Si tenés alergia a los gatos, no podés ir a este café

Producto de la pandemia tres amigas, que eran guías de turismo, quedaron desempleadas y decidieron abrir el primer "Cat Café" de la Ciudad de Buenos Aires. Así nació este emprendimiento en pleno barrio porteño del Abasto, donde los amantes de los gatos podrán interactuar con ellos mientras disfrutan de un café y un alfajor.

El lugar requiere de una reserva previa y cuenta con 11 gatos que habitan un departamento con jardín en la calle Jean Jeaures al 500, que oficia de café. Obviamente, los asistentes deben cumplir con ciertas normas para evitar que su visita quiebre la armonía de los animales llamados: Pipi, Peque, Kiki, Princesa, Luana, Rubio, Silver, Coñita, Bebé, Nigari y Chiqui.

Las reglas de comportamiento se exhiben en un pizarrón al ingreso del local y exigen ciertos detalles para una vida sin perturbaciones para los gatos. El uso de alcohol en gel es obligatorio para evitar que aromas extraños incomoden a los animales y se aclara que está prohibido alzarlos. La recomendación principal es que el visitante no vaya al encuentro de los gatos sino que esperen a que ellos se acerquen.

Liliana Raco, que creó el emprendimiento junto a Diana Capasso y Gabriela Marcos, dijo a la prensa: "Sabíamos del amor por los gatos, pero no de esta locura hermosa", en referencia a que no para de sorprenderlas el resultado de su innovación. El emprendimiento lo llevan adelante en el departamento de una de las socias, ya que en ese patio pasaban gran parte de su tiempo las tres juntas.

La idea, surgida en plena pandemia, nació de que algunos vecinos les pedían el patio para tomar un poco de aire en tiempos de restricciones. En el lugar ya habitaban tres gatos, a los que se le sumaron otros "rescatados" con el correr del tiempo. Las historias de ellos las cuentan las propias dueñas durante la "visita guiada" al lugar.

Para asistir al lugar, es obligatoria la reserva mediante su cuenta de Instagram: @cat.cafebuenosaires. La experiencia dura una hora y se puede acariciar y alimentar a los gatos, disfrutando de un café y un alfajor. El costo de la visita es de $3.000 los días de semana y $3.500 los sábados, domingos y feriados.