Educar en medio del conflicto

Cómo son las clases en las escuelas durante el paro docente

Con talleres de reflexión, actividades de mejora y de recreación en el salón de actos, docentes y directivos responden a la demanda educativa en el contexto de la medida de fuerza que culmina este miércoles. En algunos casos hubo educadores con sobrecarga de obligaciones. Los testimonios.

Zulema Usach
Zulema Usach martes, 9 de agosto de 2022 · 21:10 hs
Cómo son las clases en las escuelas durante el paro docente
En los colegios la asistencia de alumnos y docentes fue escasa Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La segunda jornada del paro convocado por 72 horas que llevan adelante los docentes mendocinos en el marco del pedido por mejoras en sus condiciones laborales, se vivenció en las escuelas de Mendoza con un alto nivel de apoyo de las familias que no enviaron a sus hijos e hijas a la escuela, en el caso de poder hacerlo.

Sin embargo, dado que la Dirección General de Escuelas (DGE) anunció que a pesar de la medida de fuerza los establecimientos deben garantizar el servicio educativo para recibir a los niños, niñas y adolescentes que sí asistieron a clases ayer y hoy, las diferentes instituciones tuvieron que aplicar distintas estrategias de enseñanza para aglutinar a los grupos de alumnos/as que fueron a dar el presente. En ese sentido, el esfuerzo fue grande para responder a la directiva de "aplicar un protocolo" de contingencia.

Mientras que hubo escuelas donde se apeló a actividades al aire libre o en los salones de actos, en otras se dictaron talleres y hasta se animó a los chicos a encargarse de reparaciones menores o mejoras ornamentales en los establecimientos. En general, la matrícula total se dividió por grupos según la edad y la cantidad de docentes disponibles. 

Lo cierto es que garantizar el servicio educativo en el actual contexto, no fue del todo sencillo para las/los directoras/es de las instituciones que si bien tuvieron una proporción mucho menor de alumnos/as, salieron a resolver situaciones de toda clase. Ni bien el segundo paro docente que en esta oportunidad se extendió por tres días -el anterior había sido de 48 horas- fue confirmado desde los gremios SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación) y SADOP (Sindicato de Docentes Privados), miles de padres y madres decidieron ya desde el lunes por la noche no enviar a sus hijos a la escuela.

Uno de los aspectos más repetidos por parte de las familias era que en realidad no se justificaría mandarlos si la maestra/o o profesor a cargo del aula no estaría presente. "No voy a enviar a mi hijo a la escuela para que esté deambulando por ahí. Yo no me quedo tranquila si no está con su maestra que es a quien él conoce bien", dijo la mamá de un niño de primer grado que asiste a una escuela privada de Ciudad.

Ocurrió que aunque el motivo de fondo de muchas familias mendocinas fue el de apoyar el reclamo del sector de la educación, en muchos casos, las causas tuvieron que ver las dudas respecto de las personas adultas que se quedarían a cargo de los estudiantes dentro de la escuela. De hecho, desde las instituciones consultadas por MDZ, mostraron un panorama variado en el que el punto en común fue la necesidad de dar un respuesta frente a la emergencia de garantizar el servicio educativo en el actual contexto.

Contenidos "blandos" y generales

Así las cosas, tanto los directivos como los docentes que asistieron a la escuela se vieron en la obligación de no tomar evaluaciones ni realizar trabajos prácticos o impartir nuevos contenidos, de manera de no perjudicar a aquellos/as alumnos/as que no asistieron. La puesta en marcha de talleres de reflexión, analizando diferentes temáticas que hoy atraviesan a estudiantes de todos los años (como el bullying) o la realización de actividades de mejoras de manera voluntaria en la escuela, fueron algunos ejemplos sobre cómo se vivenció la jornada dentro de los establecimientos casi vacíos.

Docentes y directivos apelaron a diferentes recursos durante la segunda jornada de paro en las escuelas. 

En las escuelas primarias, el común denominador para hacer frente a la obligación de responder a la demanda educativa, fue unificar a los más pequeños en grupos (que estuvieron a cargo de los pocos docentes que asistieron) y encomendarles algunas tareas puntuales, ya sea alguna página de los libros de nivel inicial o tareas "generales" como dictados. Llevarlos al salón de actos a ver una película, fue otro recurso que valió para mantener a niños y niñas con la atención puesta en la escuela.

El costo de mantener las escuelas abiertas

Directoras y vicedirectoras fueron quienes salieron a responder a esa demanda y hasta hubo casos en los que su sobrecarga fue muy grande. El testimonio de Marta Barro ejemplifica esta situación. Sucedió que frente a la ausencia del personal de maestranza, ella fue quien acudió a limpiar los baños de los tres edificios donde funciona el jardín nucleado que tiene a cargo.

En total, el jardín cuenta con doce salas que funcionan aulas de tres escuelas distintas; es decir, que comparten edificio con otros establecimientos (de allí la denominación de jardín nucleado). Si bien la asistencia de pequeños/as allí fue considerablemente menor que un día habitual de clases (el total de la matrícula es de 200 niños y niñas), la labor de las docentes y la directora fue extenuante. "Había que garantizar el servicio a los niños y a niñas y la higiene no puede faltar", compartió Barro, quien no dudó en arremangarse para limpiar ella misma los baños de las tres instituciones. "Los chicos que asistieron tuvieron su jornada normal; recibieron su merienda y en conjunto con las docentes pudimos resolver la situación", indicó la directora. 

Otra modalidad aplicada por las autoridades escolares fue realizar con los estudiantes trabajos que no son de realización obligatoria para el resto. Hubo casos en que el recurso clave fue solicitar a los docentes que habían decidido ir a la escuela, dar su clase "sin enseñar un nuevo tema ni toma pruebas".

En el caso de la escuela secundaria José Dávila (Las Heras), por ejemplo, una de las estrategias fue que los/las estudiantes que así lo quisieran podían trabajar en el espacio verde de la escuela incorporando algunos malvones que habían sido retirados cuando se realizó un arreglo de construcción. Junto al profesor de educación física y otros docentes, los/as alumnos/as se dedicaron a coser colchonetas rotas y mejorar el espacio donde realizan actividades deportivas. Todo en conjunto, está en sintonía con un proyecto que ya viene aplicando la institución y que ha contado con una alta aceptación por parte del alumnado, según indicó la directora de la institución, Eliana Moreira.

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