Cómo se puede superar la anosmia, el principal síntoma del covid que todavía persiste

En el comienzo de la pandemia de covid había mucha incertidumbre sobre los síntomas que podía tener el virus. Uno de los que se detectó primero fue la pérdida del olfato o anosmia. Entre el 60% y el 70% de los pacientes sufre alteraciones en el sentido del olfato y aunque la mayoría lo recupera sin mayores inconvenientes un grupo reducido continúa con problemas

Aunque la anosmia era una afección casi desconocida hasta la aparición del coronavirus, adquirió mayor relevancia desde hace poco más de dos años.

A pesar de su real importancia para el desenvolvimiento de las personas en la vida diaria, este sentido no fue considerado en general tan importante como lo son la vista y la audición, siendo llamado el "sentido mudo".

De acuerdo a datos brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta antes del comienzo de la pandemia, solamente un 5% de la población mundial sufría de anosmia, pero a partir de ella se multiplicaron considerablemente estos casos, aunque no es posible saber una cifra exacta.

El sentido del olfato es imprescindible para las personas, ya que facilita las relaciones, es un factor esencial en la vida social, los olores sean  agradables o no, siempre están presentes y se almacenan en la memoria, por ello ante determinados olores se evocan momentos, recuerdos, personas.

También permite una vida más segura ya que puede funcionar como alarma ante situaciones de riesgo, se pueden advertir olores a humo o gas. Por lo tanto cualquier trastorno en él puede ocasionar serios problemas en la vida de la persona que lo sufre,  su pérdida total provoca que se desconecte del mundo. La alteración  en el sentido del olfato conlleva a trastornos tanto psicológicos como alimenticios, afecta al aseo personal y el cuidado de la casa, es decir, altera la calidad de vida.

Son numerosos los pacientes que concurren, en estado de angustia o depresión, a una consulta médica, en busca de la solución para una pronta recuperación de este sentido tan necesario.

Estas personas deben ser contenidas y tratadas desde una mirada interdisciplinaria, ya que debe sentirse contenidas, comprendidas ante el anhelo de recuperar el sentido lo antes posible. Y más aún cuando vuelve el olfato ya que esta reconexión comienza con una disosmia, o sea una alteración de la calidad de los olores. Los afectados coinciden en que huelen feo, sobre todo los alimentos y esto tiene una consecuencia muy negativa en su vida.

Generalmente, esta pérdida refiere más bien a una distorsión de la percepción del gusto más que a una pérdida completa, por lo que se pueden intentar diferentes ejercicios para recuperarla, por lo menos parcialmente.

Para favorecer esta recuperación del gusto se pueden preparar comidas con diferentes texturas, usar color en la combinación de alimentos, hasta preparar salsas diversas para acompañar las carnes que son las que principalmente producen un sabor desagradable de tipo metálico.

También se recomienda ingerir comidas con ingredientes con sabores fuertes, como el limón, que ayudan a despertar más los sentidos.

Está comprobado que quienes padecen coronavirus y el único síntoma es la anosmia, transitan la enfermedad de forma leve.

Si bien en las primeras variantes del virus los afectados tenían una alteración del olfato más severa, sobre todo con la delta, la anosmia fue disminuyendo con la aparición de nuevas variantes. Y aunque hoy, con la llegada de la cuarta ola esta afección se convierte en el síntoma principal de la enfermedad, su recuperación es más rápida.