Día Internacional de la Mujer

Brecha laboral: la deuda con las mujeres que se profundizó en pandemia

Diversos estudios muestran que ellas fueron las más afectadas en el período del aislamiento social. Las desigualdades entre varones y mujeres persisten en el campo laboral, mientras que el desempleo y la falta de oportunidades profundizan su imposibilidad de inserción en el mercado de trabajo.

Zulema Usach
Zulema Usach martes, 8 de marzo de 2022 · 09:00 hs
Brecha laboral: la deuda con las mujeres que se profundizó en pandemia
La brecha laboral entre varones y mujeres se profundizó con la pandemia Foto: Pixabay

Hace cuatro años que Mariana O. (40) decidió renunciar al local de ropa en el que había trabajado durante más de diez años. Con la idea de terminar con las condiciones laborales de precariedad que nunca le fueron modificadas, decidió “romper” con la débil relación que mantenía con sus empleadores. Cuenta que trabajaba más de doce horas, ordenaba, limpiaba, ornamentaba el salón, manejaba la caja y atendía de los clientes. Pero nunca logró tener un sueldo en blanco. A diferencia de sus pares varones. “Me cansé mucho de esa situación y decidí irme”, dice la mujer que hace cinco años es mamá.

El desafío entonces, recuerda Mariana, fue volver a ubicarse en un mercado laboral despiadado. Asegura que fue con su currículum en mano a golpear puertas. Estuvo pendiente de cuanto aviso era publicado y se presentaba. “Cuando sabían que ya había cumplido 40 y que tenía una hija, directamente me decían que el puesto ya era de alguien más o ni siquiera atendían a mi experiencia”, relata la mujer que recién hace un mes logró ubicarse como vendedora en un importante centro comercial. En el medio, le tocó vivir la pandemia; un panorama que arrojó a miles de mujeres a la exclusión laboral, en un contexto marcado por despidos y extenuantes jornadas de trabajo home office. La carga doméstica y el cuidado hacia otras personas, fueron también para Mariana, el punto de quiebre en un mundo que sigue planteando profundas deudas hacia las mujeres.

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, se conmemora la lucha de millones de mujeres en el mundo. En ese sentido, la brecha laboral sigue siendo uno de los tantos indicadores que da cuenta del camino que queda por desandar. La distancia entre las posibilidades según el género sigue siendo marcada y profunda. Solo un punto más que da cuenta de que pese a los avances logrados en materia de reconocimiento de derechos, ellas aún cargan con pesados estigmas construidos socialmente. Un sistema que aún las aleja de sus posibilidades de desarrollo personal, que les dificulta el crecimiento y que pese a todos sus esfuerzos, sigue siendo inequitativo.

Pandemia, el "imán" que las postergó 

La pandemia, indican los estudios e informes ligados a la temática, profundizó situaciones contra las que (aunque de manera tímida) se había logrado avanzar. Muchas quienes se tuvieron que quedar en sus hogares a realizar tareas de cuidado, persisten en el mismo escenario. Las mujeres que lograron un menor nivel de instrucción como fruto de la falta de acceso a mayores posibilidades, siguen siendo mayoría en las estadísticas que ponen el foco a la informalidad laboral en Argentina. Otro tanto, formado por aquellas que cuentan con un alto nivel de instrucción, siguen topando su cabeza con lo que se conoce como “techo de cristal”: son muy pocas quienes llegan a ocupar cargos jerárquicos en empresas o espacios de poder.

Virginia Alonso, es socióloga de la Universidad Nacional de Cuyo; cuenta con una diplomatura en Economía Política y un doctorado en Ciencias Sociales. Pero además es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, especializada en estudios de género, economía feminista y estructura social.

En las investigaciones realizadas durante 2019, la especialista detectó (en función de los datos disponibles en relación al trabajo y sus condiciones), que las desigualdades de género eran profundas por ese entonces. “Es fundamental por ejemplo, seguir visibilizando y poniendo en foco qué es lo que pasa en los hogares, seguir trabajando en la temática de la corresponsabilidad a la hora de cumplir con las tareas de cuidado, de limpieza y programación de actividades, horarios y tareas”, detalla la profesional y aclara que si antes la problemática era compleja, la pandemia de covid llevó a complejizar la situación. 

Alonso destaca en este sentido, que la discriminación, la persistencia de estereotipos de género, la división entre “trabajos femeninos” y “trabajos masculinos”, como así también el aumento del desempleo, la sub ocupación y la falta de autonomía económica, siguen vulnerando los derechos de miles de mujeres en el país.

Con mayores exigencias

Entre los análisis realizados por el equipo de investigación integrado por Alonso, se detectó además, una sobrecarga de tareas domésticas y reproductivas que se intensificaron en el período del aislamiento social. Así, mantener el aseo y limpieza de la casa (que en crisis sanitaria implicó extremar la higienización), cuidar, entretener y acompañar a los niños y niñas en sus tareas y atender a los adultos mayores, fueron tareas que ellas realizaron con mayor intensidad que los varones garantizar la continuación de los procesos educativos de los niños, niñas y adolescentes haciendo las veces de co-docente ya que se ha resuelto que continúen el proceso de enseñanza- aprendizaje de manera virtual.

A esto se sumó la tensión provocada por el teletrabajo. "En este sentido, se observa una presión sobre les trabajadores asalariados para sostener la producción y la productividad a como dé lugar, sin consideraciones sobre las responsabilidades de cuidado incrementadas y las dificultades aún mayores para compatibilizar ambas dimensiones del trabajo", expresa  Alonso y destaca que la posibilidad de autonomía económica para las mujeres fue y es otro aspecto que se ha visto limitado e imposibilitado para miles de mujeres, que pese a intentar avanzar en la creación de espacios para afrontar emprendimientos, sus posibilidades de desarrollo se han visto cuando menos, precarizadas. 

El teletrabajo profundizó las diferencias de desarrollo laboral entre varones y mujeres

En ese sentido, la socióloga destaca que entre las mujeres que lograron insertarse en el mercado laboral, no siempre es suficiente con "mantener el puesto", sino que el desafío está en lograr mejores y mayores condiciones de oportunidades de desarrollo. 

Más agotadas y con menos tiempo

El Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21, presentó recientemente un informe en el que dejó en claro esta realidad. A través de encuestas la casa de altos estudios comparó los resultados manifestados entre varones y mujeres al hacer un balance entre su vida personal y laboral. Entre las conclusiones, se destaca que el 29,3% de las mujeres que trabajan, perciben que no les queda tiempo libre, mientras que entre ellos, el porcentaje fue del 23,4%.

Por otro lado, el 25.6% de las mujeres manifestó que les faltaba energía para realizar actividades de ocio con su pareja o familia, mientras que en los hombres ese porcentaje fue del 21,4%. En tanto que un porcentaje mayor de mujeres manifestó que su rendimiento laboral se ve afectado por los problemas con su pareja: 16,5% en comparación con 13,6% de varones.

“El Observatorio de Tendencias de la universidad sigue atentamente algunos indicadores que muestran el dinamismo de la brecha de género en el país, atendiendo el impacto que produjo la crisis por Covid-19. Luego de la pandemia, podemos decir que los indicadores de progreso que se venían tomando en cuenta para analizar la paulatina desaparición de las brechas, han detenido su crecimiento, y en algunos en particular, han dado cuenta de alarmantes retrocesos”, señala Laura Gaidulewicz, directora del Instituto de Género e Inclusión de la Universidad Siglo 21.

El agotamiento emocional con el que ellas cargan también fue otro aspecto relacionado: en una comparativa que abarca desde 2018 a 2021, los datos dan cuenta que los síntomas de agotamientos emocional se han intensificado tanto en varones como en mujeres, siendo ellas las que manifiestan una mayor prevalencia: 28,6% de las mujeres demostró más inconvenientes a la hora de relajarse luego de un día de trabajo (varones 26,5%). Además. además el 27,7% dijo no poder dedicarse a otras cosas luego de la jornada laboral (varones 20%), mientras que el 33% asume estar agotada (varones 26,6%).

“La flexibilización de los entornos laborales y las tendencias en la organización del trabajo abren oportunidades para cerrar las brechas de género. Por eso, es importante que todos los actores sociales contribuyan a crear una cultura de corresponsabilidad en las tareas de cuidado y que existan políticas públicas articuladas y consistentes para impulsar y acompañar estos cambios”, coincide Gaidulewicz.

En ese sentido, destaca que para disminuir la brecha, es necesario “seguir estimulando el desarrollo de liderazgos empáticos, gestiones políticas innovadoras y el avance de la inteligencia colectiva”.

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