Mirada nacional

Balance educativo: qué nos deja el 2022

La regla general fue la vuelta a clases presenciales. La necesidad de compensar los días perdidos por la pandemia llevó a los ministros a extender el calendario del ciclo lectivo. Urge mejorar los índices de alfabetización en el nivel primario y mejorar los aprendizajes en matemática.

Ángeles Reig
Ángeles Reig jueves, 22 de diciembre de 2022 · 07:04 hs
Balance educativo: qué nos deja el 2022
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

Se termina el año y es tiempo de mirar atrás. Para la educación, el 2022 fue un año signado por la expectativa. Si bien casi todas de las actividades volvieron a la normalidad en 2021, las escuelas no habían logrado retomar la presencialidad plena en la mayoría de las jurisdicciones.

En ese sentido, el año lectivo arrancó de forma positiva: salvo por temas puntuales, la regla general fue la vuelta a las clases presenciales.

190 días para pocos

Si bien la ley 25.864 prevé un mínimo de 180 días de clase, en octubre del año pasado, el Consejo Federal de Educación propuso extenderlos a 190 para el 2022, a fin de compensar, de alguna manera, el tiempo perdido en 2020 y 2021.

Sin embargo, solamente CABA y Mendoza asumieron este compromiso. El resto de las provincias quedó en los 180 días, salvo Chaco, San Luis y Tierra del Fuego que ni siquiera alcanzaron el piso que indica la ley.

¿Todos los días todos los chicos?

Ahora bien, del calendario inicial, ¿cuántos días se perdieron por diversos motivos?

Para el mes de junio, de acuerdo con los datos recopilados por el Observatorio de Argentinos por la Educación, el 21% de los alumnos había perdido más de 10 días de clase, el 18% entre 6 y 10 y el 21% entre 1 y 5. Es decir, el 60% ya no cumpliría con el calendario completo.

Peor se pone el panorama cuando proyectamos a fin de año ¿el doble?

A esto hay que sumarle el ausentismo, tanto de los alumnos como de los docentes. De acuerdo con algunas estimaciones, se calcula que en los barrios periféricos del conurbano bonaerense, el 20% de los alumnos falta entre dos y tres veces por semana.

Respecto a los docentes, es un dato que tanto los ministerios como los gremios guardan bajo siete llaves, pero basta con conversar con algunas directoras para saber que cuentan con los dedos de la mano los días que tienen a todos los docentes trabajando en la escuela.

Aprendizajes

Para el mes de junio se dieron a conocer los resultados de las pruebas Aprender 2021, que confirmaron lo que muchos sospechábamos. Sus resultados fueron un triste baño de realidad. Los números mostraron un importante deterioro en los aprendizajes de lengua y un descenso marcado en matemáticas.

En cuanto a las estrategias para recuperar aprendizajes perdidos durante el cierre de las escuelas, el principal fue agregar una quinta hora de clase para reforzar contenidos de lengua y matemáticas. Si bien el Consejo Federal de Educación firmó la resolución en abril, la mayoría de las jurisdicciones aplicaron la medida después de las vacaciones de invierno. Quizás el resultado de las pruebas Aprender sirvió de impulso.

A esta iniciativa, que fue la principal, se sumaron otras como la entrega de libros o programas de alfabetización.

En ninguno de los casos el Ministerio dispone, o al menos ha dado a conocer, datos de seguimiento o medidas de resultados. De acuerdo con las consultas que hizo MDZ a referentes de Padres Organizados, la aplicación de esta medida fue muy dispar. Hubo lugares en donde funcionó bien, como algunas escuelas del centro de San Miguel de Tucumán, y en otras que las horas se convirtieron en talleres de teatro o educación física, como el caso de Santa Cruz.

En la Provincia de Buenos Aires, la medida se adoptó recién a mediados de octubre, en pocas escuelas y de forma bastante desorganizada. Por ejemplo: docentes que daban sus cuatro horas de clase y luego se trasladaban a otra escuela para dar la quinta hora.

En el otro extremo, provincias como Córdoba o Mendoza ya habían implementado extensión de la jornada, antes de la decisión del CFE. CABA por su parte, puso el esfuerzo en ampliar la oferta de escuelas con jornada completa.

La educación ¿prioridad?

Hay que tener en cuenta que los avatares educativos no solo dependen del funcionamiento del sistema hacia adentro, sino también de lo que sucede en otras dependencias del gobierno. En el mes de octubre se sintió el cimbronazo del recorte presupuestario del Ministerio de Economía. $70.000 millones de pesos menos que afectarían áreas tan sensibles como el Nivel Inicial o el Conectar Igualdad. A las universidades, que cuentan con presupuestos tan abultados como poco transparentes, no se les tocó un peso.

Pero las tensiones con la economía siguieron con la aprobación del presupuesto 2023.

Si bien la contracción del presupuesto total fue de un 6,8% respecto del 2022, el ajuste al Ministerio de Educación ascendió al 15,5%.

De acuerdo con el Observatorio de Argentinos por la Educación, el presupuesto educativo del año que viene será el segundo más bajo en los últimos 11 años. Otra vez, parte del recorte cae sobre el Nivel Inicial, con el que todavía hay una enorme deuda respecto a la universalidad del acceso a la matrícula, especialmente en las salas de 2 y 3 años.

Hacia el 2023

Si de algo sirvió el cierre de las escuelas durante dos años, fue para volver a prestarle atención a la educación. Nuevos actores, hasta ahora secundarios, aparecieron en escena, como los Padres Organizados, que no parecen tener intención de retirarse. La sociedad en general está más atenta a los datos educativos, a lo que pasa con las Pruebas Aprender, a los paros o a los chicos que abandonan la escuela.

También, un número interesante de especialistas en educación conforman hoy una Coalición que está atenta a todos los movimientos de los distintos niveles de gobierno y, a la vez, trabaja en proyectos y plataformas de propuestas para mejorar la educación.

El 2023 será un año electoral y, por lo tanto, más lleno de promesas futuras que de soluciones concretas. Sin embargo, la educación no puede esperar más: es urgente mejorar los índices de alfabetización en el nivel primario, mejorar los aprendizajes en matemática, evitar el ausentismo y la deserción.

Pasó el mundial, pasarán las fiestas y llegará la calma del mes de enero. ¿Será la calma que antecede al huracán? Somos un país impredecible.

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