El conmovedor testimonio de un hombre operado del corazón en el Hospital Central

“Tengo una falla en mi corazón, que necesita una operación compleja para arreglarla”, comienza diciendo en su carta Eleuterio Osvaldo Cruceño, este hombre de 59 años. Hace aproximadamente cinco años, descubrió en una visita de rutina a un médico conocido que tenía un soplo en el corazón y que tenía que hacérselo revisar. Por varias razones, no concurrió a realizarse estudios. Más adelante, empezó a sentir palpitaciones y recurrió a un cardiólogo, que le dio el mismo diagnóstico.

Hace unos meses volvió a aparecer el tema de su corazón. Los médicos le comentaron que debía operarse y le explicaron que lo mejor era hacerlo en ese momento, que no había complicaciones, antes que esperar a que surgiera algún imprevisto y tener que operar de urgencia.

Allí comenzó la preocupación de Eleuterio por la gravedad de la operación, su condición de vegano y los cuidados que debería afrontar: "Pensé seriamente cómo iba a estar tanto tiempo en un hospital sin tener la alimentación que necesito". En otra carta había expresado cómo esperaba que fuera su “paso por la salud si me pudiera operar”: los tiempos de espera, los estudios, la higiene, la atención diaria y la alimentación.

En los últimos días, Eleuterio Cruceño fue operado del corazón y, con el alta en su poder, no quiso dejar de agradecer los cuidados que recibió en el Hospital Central. “Hoy hace un par de días que estoy de alta, mi imaginación se quedó corta. Los cuidados que necesitaba superaron por lejos mis expectativas”, señaló. 

“Espero que muchos lugares en la Argentina tengan un lugar como el que me toco a mí, aunque con respeto lo digo, la vara está muy alta. El Hospital Central de Mendoza suma una cantidad de profesionales en todos sus niveles: personal de limpieza, seguridad, enfermería, camilleros, técnicos y médicos de distintas disciplinas, con un profesionalismo impactante y, por supuesto, mucho, mucho amor y seriedad en lo que hacen”, agregó.

"Lo que yo rescato es la gente que hay en el hospital, desde el puesto más simple al más complejo, todos tienen un respeto que es digno de hacer saber. Eso es lo que yo quiero destacar y es mi agradecimiento"

“Gracias de corazón y, como le dije a una enfermera, 'un pedacito de mi corazón ya es de todos ustedes'”, cierra en la carta.