Psicología

Aprender a meditar y no fracasar en el intento

La meditación es una práctica que en numerosas circunstancias nos proponemos, nuestro columnista de cada sábado, Carlos Gustavo Motta, nos cuenta sobre este aprendizaje.

Carlos Gustavo Motta
Carlos Gustavo Motta sábado, 22 de octubre de 2022 · 07:02 hs
Aprender a meditar y no fracasar en el intento

Conocemos de sus amplios beneficios sobre todo en cuadros donde la ansiedad nos lleva la delantera, sin embargo, la proposición que formulamos tiene un entusiasmo que dura algunas semanas y no logramos incorporar una costumbre que resulta favorable
para nuestra salud psíquica. El hábito de la meditación es una práctica que no reemplaza terapia alguna. Si bien es un instrumento que hoy utiliza mucho la corriente Mindfulness debemos entender la meditación como saludable e indispensable en una sociedad donde todas las soluciones se resuelven con rapidez y que la mismas se la entiende como sinónimo de eficacia.

Algunas claves pueden ser de utilidad para adquirir la meditación de carácter activo. Su uso puede ser aplicable en cada momento de nuestras vidas si tenemos en claro los siguientes puntos:

  • Comenzar a saber quiénes somos realmente.
  • Encontrar un método adecuado.
  • Ampliar nuestra perspectiva proponiéndonos diferentes puntos de vista frente a un mismo acontecimiento.
  • Haciéndonos una pregunta básica: cuáles son nuestros miedos?
  • Encontrar respecto en las acciones que llevamos a cabo cotidianamente.
  • Que nuestra brújula sea el principio de realidad.
  • Visualizar algún momento de alegría íntimo.
  • Ser flexible como el bambú.

Una de las prácticas de meditación en boga se basa en la técnica coreana llamada Myung Sung que se define como una observación a nosotros mismos, a las circunstancias que nos rodean y como los demás intervienen en nuestras decisiones. Qué lugar ocupan los demás en los actos que cada día llevamos a cabo. Esta clase de meditación se basa en la idea de que todo lo que existe en el mundo está conectado por una misma energía o fuerza vital. En lugar de exigir que nos aislemos para meditar, esta técnica nos anima a involucrarnos para que adquiramos una conciencia de nuestro lugar y nuestro propósito en el mundo.

Para esta filosofía existen ocho de estos principios expuestos que se pueden aplicar en la vida cotidiana con el fin de estar presentes, despiertos y conectados, sobre todo en una sociedad generalizada pregnante del Tik Tok cuyo objetivo es embriagarnos atrapados en imágenes que nos distraen de nuestras metas. El camino de la meditación que nos conduce a la reflexión, permite resolver conflictos con ecuanimidad, crear buenos hábitos en relación a la mente y al cuerpo. Escoger una dirección individual y singular ubicando las decisiones adecuadas en cada situación disfrutando de una vida armoniosa y equilibrada sin importar los momentos en los que podemos sentir un derrumbe personal.

Ideas del Tao, del Psicoanálisis, del mindfulness (por qué no?) potencian el bienestar, la armonía y la felicidad a través de un pensamiento activo donde el a posteriori puede ser conciencia y sabiduría en cualquier situación que nos excede. Unir estos criterios sin pensar que uno es mejor que otro nos permite arribar a un resultado donde nuestras decisiones serán las más importantes sin lugar a dudas, encontrándonos con metas donde el bien común y el lazo social con los otros pueda constituir un Ideal difícil de alcanzar pero no imposible.

La empatía y la conciencia propia de lo mucho que nos cuidan y apoyan los demás son otra clave para nuestra felicidad.

* Carlos Gustavo Motta es Psicoanalista y Cineasta.

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