Opinión

Cómo es el plan del Gobierno que impulsa la ley del menor esfuerzo

El Gobierno de Alberto Fernández cumple a rajatabla con la ley del menor esfuerzo y desalienta la cultura del trabajo, imprescindible para que en la Argentina pueda generarse riqueza y comience a girar la rueda de la producción y el desarrollo con creación de empleo genuino.

Mariano Obarrio lunes, 27 de septiembre de 2021 · 15:06 hs
Cómo es el plan del Gobierno que impulsa la ley del menor esfuerzo

El proyecto de jubilación anticipada para desocupados varones de más de 60 años y mujeres de más de 55 se suma a una zaga cepos y de medidas asistencialistas que logran el resultado inverso al que supuestamente pretenden:

  • Si aumenta el gasto, expande la emisión monetaria.
  • Si aumenta la pobreza, redobla la distribución de planes sociales.
  • Si falta recursos apela al impuesto a la riqueza y avanza contra la propiedad privada.
  • Si faltan tierras y viviendas, convalida usurpaciones.
  • Si suben los alquileres, los congela y ahoga el mercado inmobiliario.
  • Si faltan dólares sube las retenciones agropecuarias.
  • Si aumenta el dólar, aplica el cepo.
  • Si aumenta el precio de la carne, prohíbe su exportación.
  • Si hay recesión prohíbe los despidos y bloquea la generación de empleo.
  • Si faltan pesos se los pide al Banco Central o manotea los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI para aumentar el gasto del presupuesto 2021.

La directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta, anunció la jubilación anticipada y en lugar de crear incentivos a las empresas para crear empleo para mayores de edad, decreta que éstos ya son incapaces para un trabajo digno: “Quedate en casa” porque el Estado está presente. 

Si hay desempleo que no se note: cuánto menos personas busquen empleo, menor será el índice de desempleo del Indec. Fácil y sencillo. El mundo se hace lo contrario: posterga la edad jubilatoria por la mayor expectativa de vida y porque los sistemas jubilatorios están colapsados.

De ese modo se reduce la masa de haberes jubilatorios y se expande la de aportantes al sistema. La Argentina, va en sentido contrario: expandirá la masa de jubilaciones y reducirá la de aportantes, con mayor desfinanciación, que se cubrirá con emisión, impuestos distorsivos, retenciones o DEG.

El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andres Larroque, dio la receta: “No es momento de amarretear”. Estamos en la campaña con miras a las elecciones del 14 de noviembre y hay que levantar una derrota de 9 puntos de las PASO. Claramente, no es el momento. Raverta forma parte de La Campora como Larroque y responde al diputado Máximo Kirchner, el creador del impuesto a la riqueza. La Cámpora impulsa la restitución del IFE.  

"Estamos construyendo una política que da respuesta a un problema que tenemos las argentinas y argentinos", destacó Raverta, al anticipar el nuevo DNU de Alberto Fernández.

El candidato a diputado José Luis Espert, de Avanza Libertad (Buenos Aires) señaló que “esto cuesta plata y la gente no da más de pagar impuestos, esto se paga con impuestos, explícitos o impuesto inflacionario, que es una máquina de generar pobres, es un círculo vicioso, es una bola de nieve que se va a agrandando es un verdadero delirio”.

El economista Fausto Spotorno consideró que “es otro tipo de medidas como las que se toman en la Argentina, no están dentro de un programa, nadie sabe cómo se va a pagar y tampoco hay un programa que facilite la contratación de ese sector. ¿Por qué no se da una oportunidad adicional para ser contratado, un beneficio fiscal o algo por el estilo? Son medidas a la marchanta bajo un buenismo social y esa gente estará mucho tiempo jubilada porque es joven”.

El economista Luis Palma Cane opinó que “es un verdadero disparate populista, el problema de fondo no es la jubilación sino el desempleo, que tiene un remedio de corto plazo que es el seguro de desempleo y uno estructural que es generar empleo”.

Además, consideró que “anticipar la jubilación no sólo no soluciona lo estructural, sino que además agranda aún más el agujero previsional; lo piensan únicamente en términos electorales: fuera de ese objetivo (equivocado por cierto) la propuesta no resiste ningún análisis racional”. Recordó además que “algo similar hicieron en su momento con el jubileo K de las jubilaciones para personas sin aportes en su vida”.

Según la Anses, la medida alcanzará a entre 20.000 y 30.000 personas, de las cuales el 90% son hombres. Si se toma un promedio de 40.000 pesos por haber jubilatorio, el impacto fiscal sería de 1200 millones de pesos por mes y 14.400 millones en el año. Los nuevos desempleados jubilados cobrarán en los hechos un nuevo plan social, que se llamará jubilación anticipada.

En la actualidad, según un informe de Idesa, el Estado nacional financia 11,8 beneficios sociales: planes alimentarios 1,7 millones; plan Potenciar Trabajo, 1 millón; planes de acciones de empleo y capacitación, 120 mil; Asignación Universal por Hijo 4,4 millones; jubilaciones sin aportes (moratoria) 3,5 millones, y pensiones no contributivas 1,1 millones. El costo fiscal de esas asignaciones es de 1,75 billones de pesos (4,3% del PBI), sin contar aún los 6 millones de jubilados y 5 millones de pensionados. El plan anunciado por Raverta engrosará la masa de planes sociales encubiertos.

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