Argentina tiene el mayor índice de obesidad infantil de Sudamérica

La obesidad y el sobrepeso son un problema frecuente para niños y adolescentes en todo el mundo. Las rutinas extensas, estrategias de un mercado de comida chatarra que cada vez es más fuerte y la falta de políticas públicas que favorezcan la adquisición de hábitos más saludables, son un combo perfecto que posibilita que el 40 por ciento de la población en edad escolar en Argentina tenga exceso de peso. La obesidad infantil se convirtió en un eje transversal al resto de las patologías pediátricas, desatando una pandemia dentro de otra pandemia.

Distintos estudios realizados en los últimos años, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que Argentina está entre los países que registran niveles más altos de obesidad entre los más chicos, situación que se agravó durante la cuarentena. Esta afección de salud es considerada grave y cada vez se inicia a edades más temprana, a partir de los 5-6 años y se mantiene en la adolescencia.

Según los últimos informes emitidos a nivel nacional, el 13,6 por ciento de los niños menores de 5 años tiene exceso de peso. En el caso de los niños y adolescentes entre los 5 y los 17 años, la cifra crece al 41 por ciento. Los especialistas asocian el incremento en los niveles de obesidad a los cambios en los patrones alimentarios de la población cuya causa podría deberse al aumento en el consumo de bebidas azucaradas y alimentos procesados con alto contenido de grasas, sales y azúcar.

"El aumento de casos de obesidad en niños/as tiene su causa fundamental en el desequilibrio entre la ingesta de calorías y el gasto calórico. Todo esto es atribuible a diferentes factores ya que la obesidad infantil es multifactorial" destacó el especialista en obesidad infantil, Sergio Farinelli.

Otro factor que influye en el incremento del sobrepeso en los niños en edad escolar es el escaso tiempo destinado al desarrollo de actividad física debido a la exposición cada vez mayor que tienen a las pantallas que favorece un creciente sedentarismo. Así como también la publicidad infantil que es altamente invasiva y modifica rápidamente los hábitos de consumo de los infantes que, a partir de los 6 meses de vida, son capaces de reconocer una marca. 

La problemática de la obesidad infantil requiere un abordaje multisectorial que movilice a todas las partes interesadas, públicas y privadas, así como un compromiso gubernamental sostenido en el tiempo a través de una legislación adecuada y la generación de políticas públicas. Así como también, el acceso a los controles pediátricos que puedan determinar índices que posibiliten prevenir la obesidad  infantil, como pueden ser entre los 2 y los 5 años del infante.

A pesar de la existencia de regulaciones en torno a las meriendas, son pocos los establecimientos que regulan los productos que ofrecen quienes tienen la concesión de los quioscos y comedores escolares. Una situación similar acontece en los eventos organizados para niños y adolescentes donde lo que se ofrece son exclusivamente alimentos y bebidas procesadas. Todo esto requiere de un cambio cultural que debe ser acompañado por políticas públicas y una legislación acorde.

Estadísticas que alarman

Argentina encabeza el ranking de países de Sudamérica con mayor índice de obesidad infantil que varía según la franja de población analizada,  los niños de sectores más vulnerables tienen más probabilidades de padecer obesidad infantil que aquellos de sectores medios y altos.

"Los números son alarmantes, en promedio supera el 10% y además, muestra un crecimiento significativo e impactante durante el trazado de la última década" agregó Farinelli.

Según estudios a nivel mundial y estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, es posible estimar que cada año fallecen alrededor de 3,4 millones de personas adultas en el mundo como consecuencia del exceso de peso y la obesidad. Asimismo, se estima pueden atribuirse al exceso de peso gran parte de la carga de enfermedad como el caso de la diabetes (44%) y las cardiopatías isquémicas (23%), y entre el 7% y el 41% de la carga de ciertos tipos de cánceres, lo cual torna imperiosa la necesidad de generar acciones para detener la obesidad infantil en nuestro país.

Patologías asociadas el sobrepeso

La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud e incrementan el riesgo de desarrollar problemas osteomusculares, accidentes cerebrovasculares, asma, cáncer, problemas motrices, enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y accidentes cerebrovasculares), diabetes, entre otras.

"El niño comienza a padecer problemas de salud que antes se consideraban problemas de los adultos, tal como diabetes,  presión arterial alta, el aumento del colesterol alto y problemas motrices entre otros que reducen su calidad y expectativa de vida. Los niños con sobrepeso van a vivir menos que las generaciones actuales" explicó Farinelli.

Otro aspecto no menor son las consecuencias que el sobrepeso o la obesidad pueden tener en relación al contexto donde se mueven los niños que se encuentran en edad escolar, ya que frecuentemente, producto de la patología que padecen son víctimas de bullying en los establecimientos educativos. 

Un problema de ¿difícil? solución

La disminución del consumo de este tipo de alimentos a primera vista parece algo que no resulta sencillo de realizar. Las rutinas se ven atravesadas por la vorágine cotidiana y el escaso tiempo para la elaboración de comidas saludables con el que cuentan los miembros de las familias actuales.

"Los niños no logran comprender los efectos a largo plazo de su comportamiento alimentario. Por consiguiente, necesitan una atención especial y el acompañamiento de los mayores en la lucha contra la obesidad, cuyas enfermedades conexas son en gran medida prevenibles", destacó Farinelli.

La obesidad infantil, la mala alimentación de los adultos, y el desconocimiento de lo que consumimos como alimentos se ha naturalizado como normal en nuestro país. Por ello, contar con una ley de etiquetado ayudaría a concientizar a la población en general y al consumidor en particular acerca de las características que poseen los alimentos que consumimos. 

Recomendaciones

• Favorecer una alimentación saludable desde las familias. Si en casa los padres comen mal, los hijos también...No generar el hábito de comer alimentos procesados y comida chatarra.
• Priorizar la actividad física y actividades recreativas fuera del hogar por sobre el tiempo que pasan frente a las pantallas. 
• Las golosinas, los alfajores y los dulces no reemplazan las comidas. Muchos padres piensan que porque comió golosinas todo el día, no tiene hambre.

¿Qué características tienen los alimentos procesados?

Son aquellos alimentos que han recibido alguna modificación previa a su consumo, contienen elementos adicionales a su composición natural que pueden modificar sus nutrientes originales. "Si bien aparentemente esto no tiene ninguna connotación negativa a priori, la verdad que se debe contemplar, es que estas alteraciones pueden ocasionar que estos alimentos pierdan sus propiedades o, incluso, ocasionar algunos cambios en nuestro organismo generando predisposición a enfermedades" dijo Farinelli.