La enfermedad que vuelve luego de 15 años a causa del coronavirus
Durante la pandemia murieron más de 1,5 millones de personas por tuberculosis y el pronóstico para el 2022 es desalentador. Las faltas de controles y tratamientos derivados de los confinamientos y el bajo presupuesto destinado a la enfermedad serían algunas de las causas.
El advenimiento de la pandemia provocó el colapso de muchos sistemas de salud alrededor del mundo. Los contagios y casos graves de coronavirus tomaron protagonismo dejando de lado otras patologías y enfermedades que requieren de controles previos para su tratamiento. Las muertes por tuberculosis aumentaron en relación a años anteriores y el pronóstico para el 2022 es desalentador.
Un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la tuberculosis destaca que por primera vez en 15 años aumentaron las muertes a causa de esta enfermedad causada por una bacteria que afecta principalmente a los pulmones y se propaga cuando las personas enfermas de tuberculosis expulsan las bacterias al aire, por ejemplo, al toser. Esos microbios pueden quedar suspendidos en el aire en espacios cerrados sin ventilación.
Las muertes por tuberculosis registraban un descenso a nivel global desde 2005, sin embargo, durante el primer año de la pandemia, más de 1 millón y medio de personas murieron a causa de esta enfermedad y las proyecciones para el 2022 son desalentadoras. Entre las causas del aumento de fallecimientos en relación con años anteriores se pueden mencionar la falta de diagnóstico, acceso a tratamientos preventivos y la disminución de los gastos en servicios esenciales.
Antes de la pandemia de coronavirus muchos países habían avanzado en la lucha contra la tuberculosis, lo que se tradujo en un 9% de reducción de la incidencia entre 2015 y 2019, y un 14% de disminución de las defunciones en el mismo período. Sin embargo, el informe de la OMS señala que el acceso a servicios de lucha contra la tuberculosis sigue planteando un reto, y que las metas mundiales relativas a prevención y tratamiento probablemente no se alcanzarán si no se adoptan medidas y se realizan inversiones de manera urgente.
La tuberculosis es hoy la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa, después del coronavirus que ocupa actualmente el primer lugar. El 90% de las personas que se contagian cada año a nivel mundial son adultos y viven en 30 países. En 2020, los hombres representaban el 56%, las mujeres adultas el 33% y los niños el 11%.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina se registraron 12.499 casos de tuberculosis, de los cuales 11.666 fueron nuevos, recaídas o sin información. El 17 % de los casos corresponde a niños, niñas y adolescentes y el 78% de los casos se diagnostican en la población entre 20 y 44 años. Los datos sobre la mortalidad registrada en pandemia aún no fueron comunicados.
Muchos de los nuevos casos de tuberculosis detectados a nivel mundial se atribuyen a factores de riesgo que incluyen la desnutrición, infección por el VIH, trastornos por consumo de alcohol, tabaquismo y diabetes. La pandemia impactó de forma negativa ya que los confinamientos y restricciones de circulación hicieron que las personas con síntomas de tuberculosis, no pudieran acudir a tiempo a los controles para realizar el diagnóstico y tratamiento que les permitiera superar la enfermedad. La OMS estima que unos 4,1 millones de personas padecen actualmente tuberculosis pero no han sido diagnosticadas. Esta cifra es superior a los 2,9 millones de 2019.
“Este informe confirma nuestros temores de que la interrupción de los servicios sanitarios esenciales debido a la pandemia podría empezar a desbaratar años de progreso contra la tuberculosis”, sostuvo el director general de la OMS. Según la agencia sanitaria de Naciones Unidas, el problema se agravó aún más debido a la interrupción del acceso a los servicios y la reducción de recursos destinados a la tuberculosis.
El aumento de la mortalidad por tuberculosis es paradójico ya que hubo avances en el desarrollo de nuevos diagnósticos, medicamentos y vacunas contra la tuberculosis en el mundo que se vieron limitados por el nivel general de inversión en investigación y desarrollo, que con 900 millones de dólares en 2019 está muy lejos del objetivo global de 2000 millones de dólares anuales, según la Organización Mundial de la Salud.