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El mendocino que ideó la disolución de Vialidad y la crisis de las rutas en Mendoza

El mendocino Luis Pierrini está detrás del plan para disolver Vialidad. El Estado dejará de hacerse cargo del mantenimiento de las rutas nacionales. La crisis vial que vive Mendoza en las rutas nacionales.

Luis Pierrini es el empresario contratado por Javier Milei que encabeza la Secretaría de Transporte. 

Luis Pierrini es el empresario contratado por Javier Milei que encabeza la Secretaría de Transporte. 

Gobierno

El Gobierno nacional disolvió la Dirección Nacional de Vialidad. Es una de las medidas más drásticas sobre la gestión de la infraestructura pública y en Mendoza se genera una enorme incertidumbre. Primero, por el deterioro de las rutas, principalmente en los ingresos a la Provincia. Pero también por el mantenimiento, pues Vialidad tiene a cargo las rutas en zonas delicadas, como alta montaña, y la nueva repartición que la reemplazará no tiene en cuenta esa tarea.

El enfoque de la política nacional es concesionar todo, incluido el arreglo y mantenimiento. Así está estipulado en todo el articulado del Decreto, donde el mega organismo que se crea tiene como función principal controlar lo que hagan las empresas que construyan y reparen. "Existe una diferencia de eficiencia entre la gestión estatal directa y aquella que se encuentra concesionada en el mantenimiento vial, lo que permite inferir que una eventual transferencia de esta función al sector privado podría generar ahorros significativos, debido a que en el esquema estatal actual persiste una elevada carga estructural sobre los costos operativos", dice el Decreto como argumento, antes de determinar que "resulta conveniente disponer la disolución de la referida Dirección Nacional".

La nueva "Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos tomará a Vialidad, pero también a la CNRT y a la Agencia de Seguridad Vial. En ese sentido, esa repartición tendrá como función licitar todas las rutas y los sistemas de transporte.

Todo el Decreto cita a informes y propuestas de la Secretaría de Transporte, área que pasó la tijera tras la motosierra de Milei. Allí cobra relevancia un mendocino: Luis Pierrini, el empresario que fue contratado por Javier Milei en el área y que ahora ejecuta los cambios más drásticos. De hecho la norma asegura que "la Secretaría de Transporte propició la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad, así como la CNRT y la Agencia de Seguridad. Pierrini llegó a la gestión pública en mayo de este año. La principal misión del empresario mendocino fue ejecutar "el plan motosierra" propuesto por Milei y Javier Sturzenegger. Entre las gestiones que llevó adelante figura, por ejemplo, la autorización para que el Estado mendocino pague las obras de mejora en algunas rutas nacionales que atraviesan zonas urbanas, como el Acceso Este y el Acceso Sur. Pierrini firmó el acuerdo con Cornejo para que la Provincia pague las obras sin que Vialidad ponga un peso y, también, para que se puedan poner peajes. El Secretario de Transporte viene del mundo de los seguros, pues es dueño de Triunfo Seguros, una de las compañías más grandes del rubro y también logró colocar gente cercana en su entorno, como el caso de Facundo Leal.

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Sanción definitiva al convenio para obras y mantenimiento de rutas nacionales en Mendoza.

Sanción definitiva al convenio para obras y mantenimiento de rutas nacionales en Mendoza.

El plan de desregulación y desguace se aceleró porque vencen los plazos dados por la ley de bases, que incluye "superpoderes" para ejecutar reformas. Por eso se cambian leyes a través de decretos. Además de Vialidad, todo el sistema ferroviario y de transporte automotor será modificado.

Rutas en estado de abandono

Mendoza tiene 2.391 kilómetros de rutas nacionales en su territorio; 1.865 kilómetros están asfaltadas y la gran mayoría, 1.602 Km, son de calzada simple. Solo hay 263 kilómetros de autopista o autovía. Por eso la crisis vial es profunda.

Los ingresos a Mendoza, sobre todo en el norte, el sur y el oeste, denotan la emergencia vial que vive la Provincia. Todas son rutas nacionales que requieren alto mantenimiento e inversión. En el norte de Mendoza, la ruta 40 quedó a medio hacer. Desde el Aeropuerto hasta Lavalle, hay zonas de abandono total, similares a las de un baldío. Hay que circular por tierra, baches, pozos y una ruta con falta de señalización. Esa ruta está en pésimas condiciones hace más de dos décadas. En el medio se licitó la construcción de una autopista y lo que parecía una solución, generó un mal mayor: la obra quedó paralizada y hoy está virtualmente abandonada. Por eso el portal de Mendoza desde el norte es ese: abandono.

En el extremo sur hay una causa perdida: la ruta 40 que une Malargüe con Neuquén es inexistente y solo la usan empresas petroleras y personas con vehículos que permitan el off road. En el Oeste está uno de los problemas más críticos: la ruta 7 en alta montaña está saturada, deteriorada y con un nivel de accidentes enorme. La Nación tenía un plan con financiamiento del BID que quedó a medio camino y hasta hay obras en ejecución con futuro dudoso (como el túnel ferroviario que se convertirá para que transiten autos). En ese caso, la ruta 7 ha sido incluida en el plan de concesiones, con peajes y obra privada.

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La intención del Gobierno es concesionar todo para que empresas privadas se hagan cargo.

La intención del Gobierno es concesionar todo para que empresas privadas se hagan cargo.

Pero además esa es una de las rutas que requiere mantenimiento permanente, sobre todo en invierno. Durante las nevadas y contingencias (como aludes) es Vialidad Nacional quien despeja las rutas con sus máquinas. La intención del Gobierno, liderado por el mendocino Pierrini, es que todo eso sea concesionado para que empresas privadas se hagan cargo.