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Con el temor a una derrota histórica, Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa siguen aferrados a la unidad

Finalmente, se terminó el juego de las amenazas y las hipotéticas rupturas. El miedo a la derrota y al quedar en desventaja con el otro para el día después los obliga a taparse con el manto de la unidad. Muchos arman rancho aparte mientras siguen otros debates.

Con el temor a una derrota histórica, Kirchner, Kicillof y Massa siguen aferrados a la unidad.

Con el temor a una derrota histórica, Kirchner, Kicillof y Massa siguen aferrados a la unidad.

“¿Qué cambió del martes pasado al miércoles que viene para que insistan en conseguir los números necesarios para sacar las reelecciones de los legisladores provinciales? Le preguntó MDZ a tres importantísimos jefes de bloques del Senado bonaerense.

Uno de ellos fue tajante. “Porque la tercera es la vencida. Están a un voto, mucho más cerca de los que tenían este martes donde todo el bloque era un hervidero. Ahora, con la hipótesis de la unidad, capaz atraen a alguno más”. Un reconocido compañero de ruta hasta hace poco, agregó otro detalle. "La foto de Cristian Ritondo y Diego Santilli en la Rosada unificó personería y los radicales tuvieron temor a quedar afuera de un acuerdo. Eso, quizás esta semana, puede cambiar".

La otra persona aseguró que “se insistirá hasta que salga” y si bien manifestó su confianza con que finalmente se autorice a ser reelectos a senadores, diputados, concejales y consejeros escolares, también reconoce que muchas cosas que hace es porque es una persona de fe. “Los milagros existen”, manifestó.

El off con este cronista tuvo muchos pasajes. En uno de ellos se le indicó que “ustedes, los más expertos, deben dar un gran debate sobre por qué siempre todos quieren quedarse. Eso es lo que termina haciéndolos cobardes por el miedo a perder una banca o un ejecutivo. No se proyectan, no arman otras cosas, no permiten que otros florezcan. Por eso marchitan todos los espacios tradicionales”

“Exacto. Cada vez hay menos dirigentes y más funcionarios”, ratificó. La diferencia entre funcionarios, ministros, legisladores e intendentes con dirigentes es más grande de lo que la gente supone. Los primeros siempre acomodan la carga para la subsistencia, con más o menos audacia. Los otros son los que orientan por el pensamiento y los ideales. Cada vez en menos personas se ven las coincidencias entre una cosa y la otra.

Unidad aunque duela

Por supuesto, la reelección de los intendentes quedará supeditada para otra oportunidad, que quizás aparezca o no. Más allá del diálogo entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, tal cual adelantó ayer y viene advirtiendo desde hace meses MDZ, la relación entre las partes ya está dañada y se agudiza el conflicto cuando las segundas y terceras líneas militan en sus respectivos territorios.

Ayer a la noche, en Exaltación de la Cruz, un distrito del extremo norte del Gran Buenos Aires, aparecieron carteles con la leyenda Cristina 2025. Cuando el pueblo se fue a dormir, los mismos desaparecieron. Estaban todos en un galpón de la municipalidad gobernada por Diego Nanni, del Movimiento Derecho al Futuro. Cuando se lo reclamaron, el funcionario encargado de entregárselos les dijo con claridad que “la próxima vez, no los verán sanos”.

Cuanto más se aleja del cinturón de la General Paz, y el Conurbano se transforma en un paisaje más rural, la imagen de la ex presidenta cae como un piano. En Exaltación, por ejemplo, la intención de votos de Cristina no llega a un dígito, en contraste con la que consigue el intendente Nanni, quien se había quejado cuando los vio porque “Ella es candidata en la Tercera Sección. No tiene nada que hacer en la Segunda”, les dijo a los medios locales. Como el intendente, la mayoría de los intendentes de los distritos del interior provincial tienen fobia a todo lo que tiene que ver con el kirchnerismo.

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Esta es la fortaleza mayor de Kicillof, que ve limitado su Movimiento Derecho al Futuro por la presencia de la ex presidenta en el armado de la unidad del peronismo kirchnersita renovador. Si la Corte Suprema decidiera ratificar la condena que pesa en primera y segunda instancia en su contra, lo liberaría para empezar a incorporar a varios radicales que no quieren saber nada con aliarse con los libertarios. Estos tienen un solo límite. El apellido Kirchner.

La otra barrera que tiene el gobernador es el peso del Conurbano. Fernando Espinoza y Verónica Maggario quedan inmovilizados y tienen que aceptar a la ex presidenta como candidata en su territorio, la Tercera, porque sino pueden perder la interna contra cualquiera de sus candidatos. Facundo Tignanelli, con imposibilidad de ser reelecto si no se cambia la ley, puede pelear por la primer concejalía. Un desastre para el orgullo y el poder del oficialismo matancero. Otros preferirán no acompañar la lista provincial que ella encabezará en esa región pero irán con boletas cortas, de un solo cuerpo, “un boleto de colectivo”, como se dice habitualmente. Jorge Ferraresi, Mario Secco, Juan José Mussi y Fernando Gray, intendentes de Avellaneda, Ensenada, Berazategui y Esteban Echeverría tendrían ya decidido ese camino.

En la otra región de importancia, la Primera, ubicada en la región noroeste del Gran Buenos Aires, Julio Zamora, en Tigre ya decidió no participar de Unión por la Patria. En este caso coinciden con el análisis realizado hace un par de meses por Joaquín De la Torre para potenciar un armado independiente de características seccionales, adonde se sumarían como vecinalista Gustavo Posse, en San Isidro, Juan Zabaleta, en Hurlingham, y el ex intendente de Merlo Raúl Othacehe, quien también con una lista corta, demostró siempre conseguir un 12% del electorado de la comarca que conduce Gustavo Menéndez, aliado a Máximo Kirchner.

Buena parte de la inercia y el miedo a la ruptura de Unión por la Patria viene por datos que arriman sus propios dirigentes de los distritos del Gran Buenos Aires, donde hoy un 45% dice que está dispuesto a votar al candidato libertario en las elecciones de octubre pero un 15% lo haría por un tercero, ese que no se creó. Datos observados por MDZ arrojan que la deserción electoral también será muy alta, cercana al 40%. A nivel local, el intendente vuelca la balanza y consigue que el 60% fidelice su oferta en la desdoblada de septiembre.