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A qué juegan Cornejo, Anabel y Petri y la exitosa empresa que sufren los mendocinos

El poder está en juego, pero con valores que no son beneficiosos para los mendocinos. El acuerdo entre Cornejo y Milei se dilata; Petri busca aprovechar y Anabel sigue su propia mística. La empresa estatal que "gana plata" mientras sus usuarios están en riesgo.

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La herencia, la supervivencia y el oportunismo. Tres motivaciones distintas que generan una hiperactividad política en Mendoza que inquieta. Tres catalizadores que movilizan, pero no necesariamente con energías positivas para una provincia que mira cómo cada cual sigue un juego distinto en una realidad provincial en la que hay que acudir a metáforas para evitar el mal gusto a la hora de describirla.

En la mesa de las decisiones sobre cómo se estructurará el poder político en Mendoza en los próximos años hay más dudas que certezas; y los propios actores dependen más de factores externos que del talento propio para decidir el camino. Alfredo Cornejo, por ejemplo, tacha días en el calendario sin que haya logrado el acuerdo que anhela con el partido político del presidente Javier Milei. Ese pacto tiene un objetivo único: ganar las elecciones holgadamente colgados del Presidente. Argentina es un país donde las expectativas movilizan más que la realidad y por ahora la energía del presidente puja hacia adelante. En Cambia Mendoza, la alianza que ya parece un oxímoron, creen que el pacto con Milei les daría un triunfo categórico. Lo tienen medido: creen que sería superior al 55%. Ese escenario contempla una suma aritmética que no siempre se da en política; aunque Cornejo sabe de eso. Tendrían detrás a los adherentes a Milei, a los cornejistas incondicionales y a los “antikirchneristas”.

Quienes toman distancia del exitismo que persigue el oficialismo local, hacen una salvedad (con varios asteriscos): colgarse de un éxito ajeno como puede ser la popularidad circunstancial de Milei puede disimular las carencias propias. Disimular no es apagar. Salvando las enormes distancias, es lo que le pasó al peronismo mendocino en 2011: ese sector político estaba en crisis, pero el huracán Cristina lo camufló. Cornejo no es Paco Pérez y el radicalismo local no es el PJ de entonces. Pero hay un concepto que crece por razones obvias de desgaste y que irriga en el oficialismo, aún cuando es una realidad tangible: el anticornejismo existe, puede crecer y hay sectores donde es difícil de revertir. Más complejo lo tienen en ese partido porque la herencia la administra el causante y los deudos solo esperan.

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El acuerdo que parecía inminente hace un mes, ahora está empantanado. La elección de la Ciudad de Buenos Aires cambió las reglas y La Libertad Avanza se sube el precio. Cornejo negocia y espera; pero, aseguran, no está dispuesto a ceder “todo” lo que Karina Milei pide. “Si no hay acuerdo podemos ganar o perder; si vamos juntos, es más del 55%”, aseguró uno de los allegados a la negociación. El ganar o perder es siempre en términos electorales y no institucionales. Vale la aclaración porque al ser dos paridos en ejercicio del poder, los roles se confunden. Tanto se mezclan que el Estado mendocino decidió el uso de fondos provinciales para cubrir sin queja las carencias de su potencial aliado. Si Cornejo y Milei no acuerdan podría quedar un esquema abierto para que haya una oposición provincial “por derecha” que dejaría a Cambia Mendoza en un rol extraño también: el propio Cornejo ya pidió el voto por Milei. “No es obligación arreglar”, dicen los cornejistas.

Un testigo activo de esa negociación es Luis Petri, que busca aprovechar la oportunidad. Tiempista, está subordinado como un soldado a las decisiones de Milei. Como antes lo fue de Macri, el ministro de Defensa es el principal defensor de cualquier acción del Presidente. En su entorno saben que más allá de que tiene una carrera política propia en Mendoza, ir de la mano del Presidente es un acelerador para concretar sus ambiciones. También puede ser una máscara para ocultar carencias, como la falta de estructura, arraigo y plan particular para la Mendoza que pretende gobernar. Con una agenda similar a la del primer Cornejo, Petri tiene en vista más las elecciones a gobernador que las legislativas de medio término. Las aguas que pretende dividir en el futuro incomodan en Cambia Mendoza, sobre todo a algunos aliados que Cornejo sumó, como los empresarios que devinieron en políticos.

En el peronismo local la cárcel de Cristina Fernández de Kirchner puso en pausa cualquier intento de construcción de una agenda propia. Anabel Fernández Sagasti, la dirigente más relevante del PJ en los últimos años, vuelve a quedar atrapada en la época de su mentora que fue su impulsora y también la que, con esa lealtad sanguínea, le puso techo. La mística tras la que corre no paga en votos, menos aún en el distrito al que la senadora pertenece. El resto del peronismo está sumido en la tibieza de proponer una unidad de fantasía, impulsada por Emir Félix, y el miedo escénico difícil de entender, como el que tiene Matías Stevanato, quien busca ser gobernador, pero susurrando en los oídos en tiempos de gritos y redes sociales.

Cloacas a cielo abierto

El clima electoral tiene en Mendoza una rutina clásica de los años impares, a contramano de lo que ocurre en la Nación. Sí, es un año de anuncios. Cornejo tiene además una chequera abierta para anuncios. Por eso, por ejemplo, ya se “gastó a cuenta” largamente más de la mitad de los 1.023 millones de dólares que la Provincia tiene disponibles por el resarcimiento de los perjuicios de la promoción industrial. Y en los últimos meses la tentación fue más fuerte y las obras priorizadas desde los discursos son mucho más vistosas que necesarias. Por eso el acceso Este tendrá el ingreso que pidió Marcos Calvente, mientras parte de la población esquiva líquidos cloacales y el Este tendrá un tren.

Ninguna obra es innecesaria, pero en una provincia con carencias estructurales vale la pena tensar sobre las prioridades. Claro, una de las principales carencias es, justamente, la falta de sentido crítico, pues la obediencia le ganó al debate. En el Este, por ejemplo, los problemas de movilidad son enormes. El tren del futuro, igual, no está pensado para los estudiantes universitarios que no pueden llegar a la UNCuyo, sino más para los que hoy usan el auto. Festejan quienes promueven ese tipo de movilidad que en el mundo crece y también quienes tienen casi garantizado el acceso a la obra de refacción de vías.

El efecto de la aplicación de esos fondos podrá ser medido a mediano plazo, pero lo que es seguro que tendrá matices diversos; tanto como el cambio de foco en el destino respecto al original. El PJ lo había advertido como un problema político: “si le dejan gastar a Cornejo, va a hacer política y no ganamos más una elección”, especulaban cuando se negaban a que los 1023 millones de dólares aún tenían un destino específico. La adenda que le permitió a Cornejo tener libre disponibilidad de los fondos fue la decisión política más trascendente de los últimos años y el Gobernador lo disfruta.

Determinar el éxito de una gestión es tan subjetivo que puede generar debates interminables. Un caso testigo está expuesto en Mendoza, y con todos los sentidos. Su huele, se palpa y se sufre: la provincia está en una crisis de saneamiento con pocos precedentes, donde los líquidos cloacales fluyen entre los cultivos y los barrios; brotan dentro de las casas y exponen a problemas de salud enormes. Mientras eso ocurre, la empresa que gestiona el agua y el saneamiento y el organismo que debe controlarlos, levantan la cabeza como exitosos gestores.

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El vuelco en el Pescara ha generado un problema ambiental a raíz de la contaminación de las aguas del canal

El vuelco en el Pescara ha generado un problema ambiental a raíz de la contaminación de las aguas del canal

El caso de Aguas Mendocinas (AYSAM) es sorprendente. La empresa va a cumplir 15 años desde su creación y desde que está a cargo del servicio de agua y cloacas de más del 70% de Mendoza. En los últimos años tuvo vía libre para aumentos de tarifa, sobretasas, transferencias dinerarias del Ejecutivo y también financiamiento extra de obras. Por eso en su balance dice que ganó dinero. Puede sonar curioso: la empresa asegura que en 2024 ganó 11.740 millones de pesos, aunque los usuarios del servicio de agua y cloacas perdieron todos. Claro, para entender ese voluminoso balance hay que saber que Aguas Mendocinas tiene algunos privilegios tarifarios y económicos.

El año pasado la tarifa subió un 247%. Pero además la empresa recibió 19.500 millones de pesos del tesoro provincial para fondearse, en aportes mensuales que llegaron a los 2.500 millones de pesos. Además, los usuarios pagaron una tarifa extra para obras que es igual al 20%. El año pasado se “aplicaron” casi 5 mil millones de pesos de ese fondo, aunque no se informó cuánto se recaudó.

El mascaron de los números de ese balance contrasta con la crisis ambiental que vive Mendoza por los desbordes. Según las estadísticas oficiales, el 80% de los mendocinos tiene acceso a agua y cloacas. Claro, allí no se especifica la calidad del servicio y que hay instalaciones que tienen más de un siglo, con vuelcos de líquidos cloacales en cursos de agua abiertos y una resignación sorprendente: tener agua contaminada en un canal es el “mal menor”. Por las dudas, advierten que lo ocurrido en el Canal Pescara y esa zona de Guaymallén puede repetirse en otras áreas del Gran Mendoza. Solo en ese curso de agua se tiran 300 litros por segundo de líquidos cloacales, que es el 40% del total. Algo similar ya había ocurrido con otras contingencias en Godoy Cruz, Capital, Las Heras y Guaymallén: ante el colapso de las cloacas, se arrojan a cursos de agua abiertos o canales aluvionales, o se usan "bypass" en el mejor de los casos. También como un extraño alivio explican que el Pescara ya tenía contaminación previa. Una revelación que funciona como confesión de parte y que evita ahondar en pruebas.