El fantasma de Ruckauf

Por qué motivos Axel Kicillof puede enfrentar una crisis fiscal a mitad de año

En el mundo político bonaerense temen por la situación en la provincia de Buenos Aires. No descartan que Axel Kicillof o los intendentes tengan que enfrentar una crisis por la falta de recursos.

Beto Valdez
Beto Valdez lunes, 12 de febrero de 2024 · 09:18 hs
Por qué motivos Axel Kicillof puede enfrentar una crisis fiscal a mitad de año
Axel Kicillof, en el centro de la tormenta Foto: Télam

Mientras los protagonistas del escenario nacional miran con enorme intriga la explosiva colisión entre el presidente Javier Milei y los gobernadores Martín Llaryora y Maxi Pullaro que luce con pronóstico reservado, en el universo político bonaerense agitan con preocupación la hipótesis de una crisis fiscal que pueda golpear a Axel Kicillof en el segundo semestre del año. “No tiene disponibles las partidas para abonar los salarios hasta fin de año”, coinciden en afirmar intendentes del peronismo y voceros de la UCR y del PRO. 

El mandatario bonaerense aparece como el otro lado del espejo de Milei, dispuesto a crear un relato antagónico al de la Casa Rosada, aunque al mismo tiempo exhibe una gran debilidad por la falta de recursos para  financiar la estructura pública de Buenos Aires y a los municipios de todos los colores políticos. “Kicillof es un dogmático como Milei, tienen estilos parecidos: entornos cerrados y encono a la política profesional”, describe un legislador bonaerense de la oposición. El exministro de Economía, luego de recibir millones de pesos en fondos discrecionales de Alberto Fernández, ahora tendrá que conformarse con lo justo y necesario, muy lejos de la abundancia de los años anteriores y decidido a no hacer ningún ajuste como reclaman los nuevos ocupantes de la Casa Rosada.

En esta oportunidad además de no contar con los recursos extraordinarios que le enviaba al antecesor del liberario, el gobernador sufrirá un stress adicional ante el recorte del del Fondo Nacional de Incentivo Docente anunciado por los libertarios y la suspensión de la obra pública. Encima voceros de Juntos por el Cambio aseguran que Kicillof “se quedó corto” con el duro aumento impositivo aprobado por la Legislatura en el arranque de su segundo mandato. “Tenía todo para subir más pero en su entorno no leyeron bien que estábamos dispuestos a aprobárselo”, confiesa un senador provincial del PRO. 

Nadie lo ve aplicando la motosierra de Milei y Toto Caputo, con lo cual el panorama que se le presenta es más complicado de lo que creen en la Casa de Gobierno de La Plata, según coinciden fuentes consultadas de todos los espacios políticos bonaerenses. “Luego de cuatro años de gestión, a Axel aún le falta política y ahora eso se va a anotar más en este contexto de vacas flacas”, agrega un intendente radical.

Por eso surgen pronósticos desalentadores por la escasez de recursos para afrontar los salarios y los dos aguinaldos de los empleados públicos. Ni hablar de la caída que sufrirá además la coparticipación que reciben los municipios. “Encima la planta de la administración pública pasó de 500.000 a 600.000 empleados, no podrá afrontar esos gastos y puede tener una crisis entre julio y agosto”, asegura una fuente de la Legislatura que participó en las negociaciones para aprobar el paquete impositivo y la autorización a tomar deuda. “El Gobierno nacional no le va a permitir salir a colocar un bono, entonces va a aparecer la tentación de la cuasimoneda como hizo Carlos Ruckauf hace más de 20 años”, señala un economista del PRO. En ese sentido, circula un proyecto de moneda digital del Banco Provincia. 

Nadie se anima a anticiparse por donde puede comenzar ese escenario crítico. Si bien la situación de la gestión de Kicillof genera mucha incertidumbre, lo cierto es que la falta de dinero ya está asfixiando a la amplia mayoría de los intendentes del Gran Buenos Aires y del interior bonaerense. Salvo honrosas excepciones (San Isidro, Vicente López, San Miguel, Tres de Febrero, San Fernando, San Nicolás y Campana), el resto de las intendencias tienen un déficit enorme. Con recursos propios solo pueden financiar entre un 30 y un 40% de los salarios y gastos operativos básicos para el normal funcionamiento. El resto lo venían recibiendo del Ministerio de Hacienda en La Plata.

Algunos jefes comunales, como el matancero Fernando Espinoza, tienen inversiones en el BAPRO para hacer frente al pago de los municipales durante seis meses. Pero no siquiera con esos fondos ahorrados podrían encarar el proceso que se avecina ya que los intendentes son los primeros en sufrir una caída en la recaudación de impuestos locales. Ni hablar del conurbano donde escasearán los fondos para la contención social.

“Cuando todos hablan de la debilidad política de Milei nadie está poniendo en el radar la bomba de tiempo que se está gestando en la provincia de Buenos Aires”, asegura un Barón del GBA. También es cierto que si Kicillof o los intendentes entran en emergencia fiscal la caja de resonancia bonaerense pasa a ser un también un grave problema para la Casa Rosada. No simpatizan entre ellos, pero Milei y Kicillof están atados al mismo destino. Uno no se puede salvar si al otro le va mal. Y viceversa. 

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