Tres sesiones en tres semanas

Un fin de año a toda acción y rosca en el que Axel Kicillof se juega su futuro

La legislatura bonaerense debe tratar los temas propios de la Cámara y los que tironean entre sí Kicillof, Massa y Cristina Kirchner. La oposición mira y los pro libertarios se suman al reparto casta.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 12 de diciembre de 2024 · 11:30 hs
Un fin de año a toda acción y rosca en el que Axel Kicillof se juega su futuro
Foto: Prensa

Las próximas tres semanas, las últimas de un año políticamente vertiginoso, se transformarán en frenéticas en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y por primera vez en mucho tiempo habrá sesiones durante tres jueves consecutivos.

Tal cual adelantó MDZ, este jueves, el 19 y el 27 de diciembre los legisladores provinciales, fundamentalmente en la Cámara de Diputados, debatirán varias leyes solicitadas por el gobernador Axel Kicillof como la Producción Pública de Medicamentos, el Presupuesto general de gastos para 2025 y el ingreso a la Cámara Baja de la Ley que regula el sistema jubilatorio del Banco Provincia, junto con otra tanda de proyectos que hacen a la propia dinámica de la política bonaerense como la habilitación a las reelecciones de los intendentes, hoy vedada por ley, la designación de los representantes opositores dentro de los organismos públicos y la designación de las nuevas autoridades en esa misma Casa.

Si bien la idea original fue convocar durante tres semanas a sesiones para tratar en un mismo día todos los temas, la dinámica legislativa y lo difícil que se transformó encastrar las necesidades de unos y otros hizo que se prefiriera dividir el temario en tres tandas. De las posibles a las probables y de estas a las que requieren una mayor cantidad de acuerdos, hoy inexistentes por la propia descomposición interna que atraviesa el oficialismo de Unión por la Patria.

El mayor problema, por supuesto, está en el tironeo que se produce en el seno del oficialismo, que tiene distintos intereses en juego. Luego de la reunión realizada en Moreno en el inicio de esta semana quedó en claro que por un lado están Sergio Massa y Cristina Kirchner y por el otro Axel Kicillof.

Las relaciones entre ellos tienen matices. Mientras que el gobernador y el ex candidato presidencial dialogan mucho, la desconfianza mutua pesa más que cualquier otra cosa. En tanto, la conexión que existía entre la ex presidenta y su pupilo político a cargo de la Gobernación está como nunca antes, muy mal.

Guerrera y Massa conducirán la Cámara de Diputados 

Kicillof no tiene legisladores propios, La mayoría se los aportan sus ahora aliados, que en la formalidad representan una misma fuerza. Las negociaciones entre las partes son tensas, siempre vinculadas con una contra oferta. “¿Cuánto falta para que “el rusito” los empiece a calificar de casta a Massa y Kirchner?” se preguntó un importante legislador días atrás.

Para peor, desde la Gobernación no ayudan con sus inexistentes actitudes de apertura. Al igual que lo que sucede entre buena parte de los referentes dialoguistas con Javier Milei, la frialdad y la distancia termina deteriorando la llegada de posibles nuevos aliados.

En promedio, el proyecto Fiscal Impositivo bonaerense prevé aumentos cercanos al 30% anual en promedio. Esto generaría que algunas actualizaciones lleguen casi al 60% y otras casi no tengan ninguna modificación. En cuanto al presupuesto general de gastos está previsto en casi 35.000 millones de pesos, que en los papeles quedará cubierto casi con el 90% de los ingresos contemplados para 2025.

La oposición está dispuesta a aprobar la Ley de Leyes y no mucho más. Todos los bloques no oficialistas saben que sus manos no son indispensables para que Kicillof obtenga su producción pública de medicamentos antes de fin de año. Sin embargo, ni los radicales, con los que siguen negociando en todo momento, están dispuestos a pagar el costo de modificar la ley que impide las reelecciones de los intendentes, algo que el gobernador y Máximo Kirchner dijeron que iban a impulsar cuando se encontraron al principio de esta semana.

Quien puso el grito en el cielo fue Massa, jefe de más de una docena de legisladores del Frente Renovador y con buena receptividad a sus palabras en el bloque Unión Renovación y Fe, compuesto por los libertarios que no siguieron bajo la tutela de Sebastián Pareja en la Provincia de Buenos Aires. No lo dijo en Moreno, pero luego se lo transmitió a varios referentes propios y a este cronista.

Donde no hay discusión es en el cambio de la Presidencia de la Cámara Baja. Todo indica que recaerá en Alexis Guerrera, aliado de Massa. La disputa está en la designación de una de las vicepresidencias, que podría quedar para los Pro Libertarios. ¿Para qué la quieren? Para conseguir más contratos. A pesar de sus gritos en favor del cambio, la disminución de la presión tributaria y las desregulaciones, en la Provincia no les molesta ser un poco casta.

Quizás alguno de sus miembros les pueda recordar cómo Joaquín De la Torre renunció a la vice del Senado en desacuerdo de las negociaciones que lo pusieron ahí cuando, justamente, nacía el nuevo debate por el sistema jubilatorio del Banco Provincia. Nada lo involucraba, pero estar en la conducción de una cámara lo hacía parte de todas esas charlas.

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