Cambio de época

Pánico: el PJ cree que Javier Milei puede dañar al partido por no ser gorila

Javier Milei pretende construir convocando a “abrazar las ideas de la libertad” y a vaciar al Peronismo en crisis. El factor matancero para planificar la renovación y el ocaso de CFK y su hijo Máximo.

Pedro Paulin
Pedro Paulin miércoles, 17 de enero de 2024 · 20:49 hs
Pánico: el PJ cree que Javier Milei puede dañar al partido por no ser gorila
Otros tiempos. Cristina Kirchner y Fernando Espinoza, cuando el Peronismo gobernaba y arrasaba en las urnas. Foto: prensa Fernando Espinoza.

El PJ bonaerense empieza a bosquejar una menor participación de Máximo Kirchner, de algunos caciques que transmiten peronismo explícito y que son pianta votos a pesar de haber sido grandes constructores en otros tiempos. Habrá la semana que viene un cónclave que marcará el sendero el partido que ve a Axel Kicillof con recelo, pero que respeta su autoridad como gobernador y heredero de la marca kirchnerista. El Peronsimo, según autores distintos, existe porque aún quedan antiperonistas, es parte del terror que genera que quien conduzca los destinos de la patria no odie, no mencione, no registre la actividad peronista y su parafernalia.

Hay una premisa básica que recorre todos los cafés peronistas, en mitines, unidades básicas, en el Instituto Patria y el pensamiento más íntimo de Cristina Kirchner: Javier Milei es un peligro para el PJ, su ambición reformadora y revolucionaria no incluye el sentimiento llamado “gorila” que sí vieron en Mauricio Macri y Cambiemos y que les permitió volver a al poder apenas la crisis económica de abril de 2018 posicionó al peronismo como opción de poder. 

Construcción. Javier Milei apuesta a vaciar al Peronismo sin nombrarlo.

En La Matanza se respira Peronismo, es esencialmente lo que nutre, gobierna y se vota hace cuarenta años cuando, Federico Russo llegó al poder junto con Raúl Alfonsín y Alejandro Armendáriz, el radical que llegó de Saladillo para hacerse cargo de la provincia de Buenos Aires. La Matanza no cambia, apuesta por el PJ y no piensa alternar, es lo que dicen las urnas, a pesar de que las distancias con la oposición eran mayores en tiempos de Alberto Balestrini y Néstor Kirchner. 

La dirigencia matancera le marca el pulso a la política bonaerense, y por ende a la nacional, de ahí que Fernando Espinoza planteó en más de una reunión la importancia de su opinión, recordando que aporta más votos que las cinco provincias menos pobladas del país. Ven con pánico la llegada de Javier Milei, que da por terminado el debate con el partido que fundó Juan Perón para ir en contra de una forma de hacer política. 

“El problema es que Javier Milei mete todo lo malo en la misma bolsa y todo lo bueno de su lado, eso es lo que nos puede complicar, porque Macri decía que éramos todos negros que usan un balde para ir al baño y entonces era más fácil contraatacar”. Es un dirigente del Pj que camina la provincia junto a Axel Kicillof, pero que el Peronismo es el único idioma que conoce y especialmente el peronismo matancero, un dialecto complejo, resbaladizo, cambiante y para pocos.

Derrota. Sergio Massa, candidato del Peronismo.

Son 173.500 matanceros los que pensaron que era mejor que El Dipy sea intendente en vez de Fernando Espinoza. La falta de “gorilismo” en el cantante de cumbia alerta a la política local, por lo que empiezan ahora las estrategias para reconquistar los perdidos a manos de la ola liberal y volver a las elecciones de más de 65% que se lograban en otras épocas y nos los 52% de la última elección. 

Javier Milei es hoy la centralidad absoluta, muy por encima de Cristina Kirchner y Mauricio Macri. La crítica transversal a la política pone en alerta a quienes forjaron un ecosistema endogámico y refractario que no tuvo filtraciones de magnitud por décadas, pero que ahora ve como un desconocido absoluto entró, criticó, enfrentó, derrotó y puede extinguir en pocos años. “Necesitamos un Milei gorila, éste es un problema y queremos que vuelva el Macri diciendo que el Peronismo arruinó el país”. Es la descripción más cruda de un asesor de Fernando Espinoza que no logra digerir la llegada del economista de pelos alterados y campera eterna.

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