Salieris de San Martín

Quién gana y quién pierde, luego de una campaña decadente y la conurbanización de Mendoza

Cornejo será el más votado y De Marchi podría salir segundo a nivel individual. El PJ apuesta a sumar un virtual segundo puesto con la suma de todos. La apuesta al "voto útil" en septiembre y la realidad: Las Heras como ejemplo de la podredumbre política y la conurbanización de Mendoza.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 4 de junio de 2023 · 09:00 hs
Quién gana y quién pierde, luego de una campaña decadente y la conurbanización de Mendoza
Orozco y Cornejo arrancaron el año como socios y de un día para otro se transformaron en enemigos. Un amuestra de la fragilidad de la política mendocina. Foto: Twitter

El domingo hay elecciones primarias para seleccionar a los candidatos de cada frente. Será una “encuesta” influyente hacia el futuro, pues como ya ha ocurrido en otras primarias del resultado depende cómo se reestructura todo hacia las generales de septiembre; sobre todo hacia dónde se puede encauzar el “voto útil” que puede operar entre una y otra elección. Se trata de la elección de los ciudadanos que no tienen una afinidad partidaria rígida y según su intención pueden volcarse hacia uno u otro partido. En esa pecera quieren pescar varios y es lo que más inquieta al oficialismo de Cambia Mendoza.

Aún antes de saber a quienes van a elegir los mendocinos, la  principal duda de los políticos es si los ciudadanos tienen ganas de elegir a alguien. La desmotivación, la desazón y la falta de conocimiento sobre qué y cómo se elige el domingo 11 de junio preocupa. Más por el debut masivo de la boleta única como método de votación, un cambio que puede tener influencia relevante a la hora de hilar fino. El rechazo general hacia la política puede operar en contra de todos, pues no hay en Mendoza alguien que capitalice por ahora ese mal humor, como sí puede ocurrir a nivel nacional con Javier Milei. Por eso el primer desafío es que "vayan a votar" y que lo hagan de manera positiva, es decir sin anular el sufragio o votar en blanco. 

La elección tiene un resultado casi cantado, pero no es lo que más importa. Alfredo Cornejo será el candidato más votado y el Frente Cambia Mendoza también. El dato relevante podría ser que Omar de Marchi sea el segundo candidato más votado a nivel individual. Pero la pelea de fondo es con el peronismo. El Frente Elegí apuesta a que la suma de los 4 precandidatos los posicione en segundo lugar a nivel grupal y, así, tener un resultado más decoroso. Esa disputa es virtual, pero puede tener un impacto simbólico y político importante. El PJ sabe de eso: ya tuvo elecciones en las cuales les fue mejor en las PASO que en las generales.

De Marchi podría peronizar su campaña luego de las PASO. 

La apuesta de De Marchi es que al posicionarse como segundo más votado pueda captar el voto “útil” de quienes se oponen a Cornejo y no ven en el frente Elegí una opción. Si la interna del peronismo la gana Omar Parisi, del kirchnerismo, será más sencillo para De Marchi diferenciarse y tratar de captar el electorado peronista anti k. Por eso hablan de alianzas tácitas. Todo en el marco de la teoría, los acuerdos de cúpulas y las especulaciones. El problema es que no está en disputa una fórmula matemática y la política no es aritmética: sumar a todos, no necesariamente puede dar el resultado positivo cuantitativo esperado.

Inquietos

En Cambia Mendoza saben que el escenario electoral no es el esperado. Están inquietos y la intención es lograr que la elección no se polarice y menos entre “primos”, como son De Marchi y Cornejo. La estrategia de inflar al Partido Verde parece haber fracasado y se lamentan por el pobre desempeño del peronismo. Ese frente es favorito en las encuestas, pero también es el que más arriesga y el que menos tiene para crecer. El exgobernador es híper conocido, ya fue gobernador y tiene buena imagen. Pero quienes no lo votan, difícilmente puedan cambiar de opinión, salvo que opere el “factor miedo”, esa sensación que puede volver más conservadores a los electores. Pues si el voto es una decisión emocional, no van a ahorrar recursos para que la memoria emotiva de lo que ocurrió antes de 2015 vuelva.

Las encuestas realizadas hasta ahora dan resultados poco creíbles. Cornejo es el de mejor intención de voto con un “sí” más alto, pero menos potencial de crecimiento y mayor imagen negativa. De Marchi tiene una variabilidad mucho mayor y dependiendo quién haya pedido el sondeo si queda segundo o tercero. Parisi y Carmona tienen un desempeño mediocre, pero sumados pueden “construir” una idea de más caudal.

Cualquiera sea el resultado, el escenario político será distinto para quien gobierne porque no se concretará la unanimidad deseada para Cambia Mendoza y si el PJ o la Unión Mendocina dan alguna sorpresa, dependerán de profundos consensos para tomar decisiones. La campaña ha tenido algunas particularidades que sorprenden, pues hay muchos candidatos que prometen soluciones que no dieron antes o no dan ahora. Es decir, hay información para contrastar lo que dicen con lo que hacen, y el saldo no es necesariamente positivo. Cornejo es el que menos se arriesga, pues no solo fue gobernador, sino que es el padrino político del actual mandatario, aunque evita hacerse cargo. Cualquier diagnóstico puede ser usado en su contra; incluidas decisiones estructurales con las que no está de acuerdo, como la construcción del Baqueano o el incómodo financiamiento del Metrotranvía (que incluye una millonaria parte de la obra que podría hacer sido evitada si él lo hubiera tenido en cuenta cuando era intendente de Godoy Cruz). Omar De Marchi se queja de la falta de institucionalidad y transparencia, pero abrió la puerta de su frente sin derecho de admisión y hasta votó a favor de mantener el poder del cornejismo en organismos de control. Guillermo Carmona promete plantar un millón de árboles, pero aún está fresca su gestión en la Secretaría de Ambiente, donde eso no ocurrió. Parisi tienta con la revolución de la vivienda, cuando tuvo serios problemas en la gestión del IPV, justamente el organismo específico. Y, aunque la mala calidad de los servicios públicos es uno de los problemas más relevantes de Mendoza, el encargado del área promete mejoras en el tema para Luján.

Parisi es el favorito para ganar las PASO dentro del peronismo. 

Sin embargo hay alguna señal de renovación que podría darse desde diciembre. No por rebeldía, voluntad o algún gesto patriótico, sino por obligación. Es lo que pasará en las intendencias de Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Alvear, Tupungato, donde los intendentes no pueden reelegirse. La miserable disputa en Las Heras es un ejemplo de que un cambio de nombres no necesariamente genera modificaciones. Algunos sectores apuestan a un recambio, pero lo hacen pidiendo permiso; como ocurre con el grupo liderado por Jimena Latorre en el radicalismo.

Conurbanización de Mendoza

“Acá nos tiran la basura de todos; cruzás el borbollón y hay olores de todo tipo. Somos lasherindios, lo tomamos con gracia. Pero es triste porque creen que te pueden tomar de tonto”, dice el hombre; guardia de seguridad, nacido y criado en Las Heras y acostumbrado a que le toquen el timbre año por medio, cuando el calendario termina en número impar. “Antes, cuando buscaba laburo mentía en la dirección porque hasta los políticos decían que ser de Las Heras era malo”, explica Carlos.

Orozco empezó el año como radical. 

En Las Heras se vive crudamente la “conurbanización” de Mendoza, con barrios informales que crecen, inseguridad focalizada que tiene a las familias pobres como principales víctimas y carencias estructurales en pleno núcleo urbano. También los dos extremos con los que se construye la nueva sociedad mendocina. Por un lado las familias marginadas que dependen del Estado sin que haya oportunidades de desarrollo. Por el otro, las que se organizan por sí solas, sin control y acompañamiento, para tener desde sus propios servicios básicos (como agua) y hasta seguridad. La política mientras, es testigo y acreedor del único interés verdadero: el voto cada dos años.

El prejuicio se hizo carne en la campaña electoral y ese Departamento puso de relieve algunos fenómenos políticos y sociales de Mendoza. Demagogia, decadencia, promesas ridículas; peleas de pareja. Despechos de campaña, exsocios que se acusan de pecados que compartieron hasta hace minutos. Miserias y, en el medio, uno de los departamentos más postergados de la provincia y, también, el segundo más populoso que ahora también comienza a crecer de manera fragmentada: los nuevos barrios de clase media se aíslan para tener sus propios servicios y gestiones.

De un día para otro, Orozco cambió de ideales. 

Para ser concretos: en Cambia Mendoza esperan que el intendente Daniel Orozco termine “como Lobos”, es decir preso. Pero temen que los arrastren porque hace menos de dos meses era su socio y lo fue por 8 años. El denunciado es una figura creada y apuntalada por el radicalismo de todo el Gran Mendoza. Si gestionó mal y hubo hechos de corrupción, al menos hubo complicidad con el silencio o, peor, connivencia. El propio Orozco se transformó en la figura explosiva de La Unión Mendocina, que tiró por la borda cualquier estrategia para buscar un resultado inmediato. Ninguno tiene un plan real para el Departamento, pero sí amenazas de carpetazos. Podredumbre política en un momento que puede ser bisagra para Mendoza.

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