Uno por uno: altos y bajos del segundo debate presidencial

Patricia Bullrich. Mejoró notablemente su desempeño respecto al debate anterior. Sin rodeos, atacó directamente a Sergio Massa para vincularlo con Martín Insaurralde, sus escándalos y también los errores del gobierno. También apuntó contra Javier Milei y esa necesidad de cuestionar a los dos le quita algo de potencia. A diferencia del debate anterior, aprovechó las preguntas y las réplicas. De arranque también intentó mostrar que es parte de un equipo mayor. La semana pasada la habían corrido por su poca solidez en temas económicos. Esta vez pareció más estudiada. Su punto fuerte fue la seguridad.

Javier Milei. Estuvo más predecible y apagado que en el debate anterior. Tuvo gestos de subestimación hacia sus rivales y eso le restó. Tuvo que reconocer su vínculo con Luis Barrionuevo y como parte de su estrategia de campaña hasta hizo propuestas que van contra su filosofía, como la idea de tener un seguro universal de salud. Nuevamente era el que más arriesgaba y esta vez quedó peor parado.

Sergio Massa. Se mostró extremadamente tranquilo, algunas veces hasta rozando la postura artificial. Trató de explicar pero se metió en un problema al poner como ejemplo las medidas que ha tomado a fin de año y que son eje de los cuestionamientos. Usó datos confusos para ilustrar algunos de los problemas.

Myriam Bregman. La candidata de la izquierda no arriesgó y tuvo discursos previsibles. Sí se dirigió a los ciudadanos de manera directa y trató de empatizar. Tampoco fue ella blanco de las preguntas del resto de los candidatos.

Juan Schiaretti. El Gobernador de Córdoba fue el más llano y concreto. Como le había ido bien en el primer debate por su sentido de pertenencia, repitió la fórmula. Fue el más espontáneo y se animó a buscar precisiones con datos áridos como las deudas de la Nación con las provincias. En su nicho, que es pequeño, pudo sostener y quizá ganar también en el lago de los indecisos. Bullrich está incómoda por el rol que jugará Shiaretti.

La televisación. Como en el primer debate, la transmisión fue muy buena. Se cumplieron los tiempos y las demandas. El debate tuvo ritmo y fue bien moderado

Los conductores. Con Marcelo Bonelli a la cabeza, el grupo de periodistas elegidos para la conducción estuvieron sobrios, correctos y sabiendo el rol que ocupaban. Los candidatos también tuvieron gestos hacia ellos.

Preguntas e interpelaciones. El mecanismo de darle el rol de entrevistadores a los candidatos funcionó. Esta vez las preguntas fueron concisas y más picantes. Pero  la pre producción también sirvió para preparar las respuestas y por eso el daño fue menor para los interpelados. 

Asesores. Los principales candidatos estuvieron asesorados al extremo y se notó. Quizá demasiado. Hubo mucha lectura de posturas, al punto que Patricia Bullrich se puso los lentes para leer mejor en su minuto final. Así, hubo momentos en que los candidatos perdieron espontaneidad. 

Ejes temáticos

Seguridad. En ese eje temático fue Bullrich la que mejor parada quedó. Quizá por su experiencia como ministra, tuvo un mensaje concreto y duro. Se confundió con algunas palabras, pero el mensaje fue dado. También en los matices: aunque ella ofrece una política de "mano dura", se diferenció fuertemente de Milei y de su idea de que la población esté armada. Dejó algunas dudas por falta de explicación de su idea de bajar la edad de imputabilidad. 

Trabajo y Producción. El que más rédito sacó fue Schiaretti, que habló con detalles sobre las necesidades de las distintas regiones. Desde la promoción de los biocombustibles (para su provincia) hasta infraestructura petrolera en el sur. Massa quedó golpeado de rebote porque había intentado usar sus medidas de gobierno como plataforma de propuestas; pero tuvo muchas réplicas negativas. Milei repitió su idea del ministerio de Capital Humano, con una medida que parece lejos de su filosofía; un seguro médico universal. 

Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del ambiente. Hubo ambigüedades porque los candidatos así lo decidieron. Myriam Bregman se sintió fortalecida. Pero los candidatos confundieron los temas, quizá porque eran muy amplios. Milei quedó mal parado luego de que le preguntaran sobre el cambio climático y respondió con conceptos que han sido descalificados por científicos de primera línea.