La incógnita en las embajadas: ¿quién manejará la política exterior, Sergio Massa o Cristina Fernández de Kirchner?
En el mundo diplomático quedaron más dudas que certezas respecto a cómo va a impactar en la política exterior la llegada a un súper ministerio de un aliado de los Estados Unidos como Sergio Massa de la mano de Cristina Fernández de Kirchner. La salida de Gustavo Beliz y los contactos de Juan Manzur.
La mayoría de la funcionarios de las embajadas de los países centrales venían siguiendo con enorme inquietud los rumores que hace semanas indicaban que haber intentado resolver la crisis política que se desató con la renuncia de Martín Guzmán no había finalizado con la llegada de Silvina Batakis. Sobre todo porque en las últimas horas previas al desenlace que concluyó con el desembarco de Sergio Massa como superministro trascendió mucho la llegada de Juan Manzur, otro amigo de los Estados Unidos, a la Cancillería. Pero sigue Santiago Cafiero y quedaron muchos más interrogantes.
“Massa es un amigo de la embajada de los Estados Unidos y Manzur también, ellos pueden hacer una competencia de quien tiene mejores contactos en Washington y Wall Street, pero no se percibe precisamente que haya un giro racional en política exterior porque el visto bueno de toda este reacomodamiento lo terminó teniendo Cristina Fernández de Kirchner”, comenta a MDZ un funcionario muy activo de una embajada de un país central. Una de las consecuencias de la crisis de las últimas horas fue la salida de Gustavo Beliz, uno de los pocos integrantes del ala occidental del Gobierno, como les gusta definirlos al colega Willy Kohan.
Más allá de su fracaso en la gestión diaria, Beliz representaba un foco de resistencia a cada intento de avance del cristinismo sobre la Casa Rosada en materia de política exterior. “Gustavo intentó armar una diplomacia paralela a la Cancillería en base a su larga amistad con Jorge Argüello, embajador en Washington, y Guillermo Francos, representante argentino en el BID que conduce el 'halcón' republicano Mauricio Claver Carone, a quien lograron torcerle el brazo esta semana ante su decisión de cortarle el financiamiento al país con argumentos ideológicos y muy alejados del lenguaje diplomático". Beliz, Argüello y Francos militaron juntos en el espacio político de Domingo Cavallo.
La salida de Asuntos Estratégicos de quien fuera el ghost writer de Carlos Menem en los 90’ también deja al Gobierno de Alberto Fernández prácticamente sin vínculos con el Vaticano. El Papa y sus operados perdieron a Martín Guzmán. Jorge Bergoglio se había encariñado con el exministro de Economía y se movió para ayudarlo con Kristalina Georgieva en el FMI y hasta recurrió a su buena relación con el presidente Joe Biden, ambos muy practicantes de la fe católica.
Y el desembarco de Massa abre otro interrogante respecto a un vínculo que está congelado desde hace más de una década. El jesuita aún no perdonó al tigrense porque considera que estuvo involucrado en un intento por jubilarlo de la Arquidiócesis de Buenos Aires junto a sus enemigos internos de entonces, el cardenal Tarsicio Bertone y el laico Esteban Caselli, jefe de la secta lobista llamada “Orden de Malta”.
De todas formas, las preguntas más estratégicas pasan por la relación con Washington luego del aplazamiento sin fecha de la bilateral que iba tener Fernández con Biden luego del cortocircuito que generó el discurso del jefe de Estado argentino en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. “¿Cafiero ahora para quien va a jugar?”, preguntan en varias embajadas.
Concretamente, los encargados de la sección política de esas delegaciones diplomáticas no ignoran que Cristina y sus asesores en la materia apuestan a una mirada geopolítica de alineamiento con el China, Rusia, Cuba y Venezuela. Por eso se entusiasman con Massa a quien consideran un aliado de la alianza entre Estados Unidos y la OTAN en un contexto internacional muy áspero.
“Sergio se mueve como pez en el agua en Washington DC y tiene buenos vínculos con los asesores políticos de Biden que lidera Juan González desde el Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca”, dicen influyentes analistas en la capital estadounidense.
Además, la continuidad del alicaído Manzur ha sido bien recibida por los mismos interlocutores ya que sus vínculos en Washington y New York son muy parecidos a los del nuevo ministro de Economía, compiten por los mismos interlocutores. “¿Podrán Massa y Manzur conformar una alianza en el Gobierno con un Fernández más debilitado y marcarle la agenda a Cafiero?”, preguntan también en el mundo diplomático acreditado en Buenos Aires.
La respuesta es muy complicada ya que no parece que Cristina quiere asistir pasivamente al sueño de algunos de una administración que se termine pareciendo a la del uruguayo Luis Lacalle Pou. En todo caso habrá un equilibrio interno con inestabilidad hasta que aparezca el primer tema crítico que divida aguas. Las diferencias en política exterior de Massa y Cristina será una prueba de fuego para la nueva etapa del gobierno del Frente de Todos.

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