Inflación sin control

Alberto Fernández rompe récords a pesar de estar congelado

La inflación de marzo confirma las alarmas. La ausencia de un plan económico y el problema de los funcionarios "relatores". Las comparaciones sin sentido.

Rubén Rabanal
Rubén Rabanal miércoles, 13 de abril de 2022 · 17:46 hs
Alberto Fernández rompe récords a pesar de estar congelado
Foto: Twitter (@alferdez)

Uno de los características del gobierno de Alberto Fernández que mas desconcierta al mundo de la economía es su infinita capacidad de mostrar resignación frente a lo que considera inevitable en el país. Esto derivó en que buena parte del elenco de gobierno (y en esto hay escuela heredada de los mandatos de los Kirchner) se transforme en una suerte de coro de relatores de la realidad; casi comentaristas de problemas ajenos al país. Esa sensación se vivió como nunca en Argentina en la última semana como previa al indice de 6,7 % de inflación de marzo que se conoció hoy

Ante lo inevitable Martín Guzmán ya se había entregado al 6,7% que conocimos ayer y hasta allí no hay mucho que decir sobre su actitud. El problema es que ese relato de la realidad no viene acompañado del remedio para, al menos, intentar calmar el incendio que implica haber tenido mas de 16 % de inflación en el primer trimestre. 

No hay que confundirse: Guzmán habla de Argentina como si estuviera analizando la situación de la economía de Tanzania desde algún grupo de estudio en Columbia, pero también lo hizo Roberto Feletti cuando se desprendió de la responsabilidad después de afirmar que él solo hace listas de precios recomendando mirar al costado macroeconómico. De nuevo: relatores de la realidad sin asumir la responsabilidad de estar al frente de un gobierno.

Alberto Fernández, mientras todo esto sucede, le escapa al menos hacer de árbitro de las internas de su gobierno, el que integra también Cristina Fernández de Kirchner, aunque el kirchnerismo quiera negarlo. Entre otras cosas porque el presidente ya no puede explicar ni siquiera a su núcleo mas íntimo algunas evidencias de estos días. 

La administración Fernández se enfrenta a una inflación cada día mayor, mientras su elenco solo apela a moderar el impacto haciendo comparaciones. La nefasta historia del país en materia de suba de precios ofrece comparaciones de todo tipo, pero en este caso conviene se precavido. En enero del 2002 el país tuvo una devaluación histórica con la salida de la Convertibilidad a un ratio de 1:1,40. El mercado sobre reaccionó y llevó el dólar en poco tiempo a $ 4. La calma regresó más adelante de la mano de la confianza que levantó el gobierno de Eduardo Duhalde y los buenos números que ya mostraba la economía con precios internacionales de commodities que venían a romper récords. La inflación de 10,4 % de abril del 2002 se dio en ese contexto y de allí que rápidamente comenzó a bajar.

Otro número récord registró Mauricio Macri en abril del 2016 con una inflación de 6,5 %. El gobierno había decidido en diciembre de 2015 salir inmediatamente del cepo. El dólar oficial registraba $ 9,85 en diciembre de 2015 y el blue rondaba los $ 15. La salida del cepo que había establecido Cristina Fernández de Kirchner en el 2011 fue tema de discusión, y lo sigue siendo hoy, con Alfonso Prat Gay, ministro de Economía en el medio. Si el valor del blue estaba o no descontado en precios es aun la sal de ese debate. Lo cierto es que cuatro meses después se dio el salto inflacionario mas grande desde la asunción del mandato.

La diferencia de este último ejemplo con lo sucedido en 2016, 2018 con otra suba de 6,5 en el inicio de la crisis y algo similar en 2019, es que en todos esos casos se trataba de una economía con precios, tarifas y energía, que no estaban congelados o totalmente regulados. En la actualidad, la inflación que se sigue descontrolando mes a mes, tiene aun pendiente la definición de una suba de tarifas de al menos otro 20 %, tal como fue acordado con el FMI, de un precios de los combustibles que esta en promedio 40 % por debajo de los valores reales que denuncian las petroleras y con alimentos que incluyen listas y acuerdos con los productores.

En estos términos el mercado no quiere hablar de récords aun y mucho menos cuando no hay plan a la  vista. 

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