Tarea difícil

Exclusivo: los tres capítulos que restan negociar con el FMI

El Gobierno confía en que antes del 22 de marzo estará aprobada la ley. Sólo resta discutir la política cambiaria, el ajuste tarifario y las revisiones trimestrales. Para el kirchnerismo, son cuestiones innegociables.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño viernes, 18 de febrero de 2022 · 10:30 hs
Exclusivo: los tres capítulos que restan negociar con el FMI
Foto: Télam

El Gobierno confía en su estrategia. Creen Alberto Fernández y Martín Guzmán, junto con el resto de los negociadores argentinos ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el miércoles 2 de marzo podría comenzar la aventura del debate dentro del Congreso Nacional del Facilidades Extendidas con el organismo financiero; y que, si todo sale según lo planeado, hacia el viernes 18 del próximo mes podría ya haberse convertido en ley. Exactamente cuatro días antes del vencimiento total de unos US$4.080 millones que hay que liquidarle al Fondo en marzo; dinero que el país no tiene. Ni tendrá. Si se dieran estos tiempos, el Gobierno evitaría el default y comenzaría a transitar el último tramo de las negociaciones, que derivaría en la aprobación final del board del FMI en los primeros días de abril del 2022.

El primer paso para cumplir este cronograma se da en estas mismas horas. Sólo restan cerrar negociaciones en tres rubros clave, obviamente los políticamente más complicados por resolver. Especialmente dentro de la coalición oficialista local. Estos son, la política cambiaria, la tarifaria y la manera de organizar las inspecciones trimestrales del FMI al país.

En los tres capítulos el FMI está duro, y los negociadores Julie Kozac y Luis Cubeddu empoderados por el board para exigirle al máximo a la Argentina. La directora adjunta para el Hemisferio Occidental y el encargado del caso argentino, recibieron el mandato personalizado del directorio del Fondo para cerrar el acuerdo en sus tramos finales, pero sin ceder ante las exigencias argentinas. Lo que fue aceptado por los dos funcionarios de carrera del organismo.

Ante este panorama, las negociaciones en los tres rubros aún abiertos se encuentran en la siguiente situación. El caso de la política cambiaria, implica la exigencia de parte de Washington de reducir la brecha entre los dólares alternativos (CCL, MEP, blue, etc) y el oficial a un 50% para fin del 2022. Si se tiene en cuenta que hoy la distancia supera el 100%; lo que el Fondo quiere es que haya una revalorización importante de la divisa según la cotización del BCRA y un estancamiento (o caída) de los financieros y marginales. Sólo se lograría si los dólares libres no superan su cotización en el año en niveles similares a los actuales; mientras que el oficial debería crecer no menos de un 50% entre marzo y diciembre de este ejercicio.

Según la visión oficial, podría ser más fácil lo primero que lo segundo. Sostener dólares alternativos a una cotización que ronde los 220 y los 230 pesos, en un clima de confianza y acuerdo con el FMI sería posible. En definitiva, todos coinciden, el valor del dólar financiero hoy es extremadamente caro, al punto de convertir a la Argentina en el país más barato de la región. El problema es el oficial, y la necesidad de llevarlo durante el año a cotizaciones superiores a los 170 pesos, aproximadamente. Un alza de este tipo, se coincide, tendría una repercusión negativa sobre los precios de la economía, que haría temblar aún más la estrategia de al menos no superar este año el IPC de 50,9% que se registró en el 2021.

El segundo punto donde aún no hay acuerdo, es en el tarifario. El Gobierno blanqueó el miércoles la intención oficial de aumentar tarifas en todo el país a un ritmo que no supere el 20%, con una liberación de subsidios más bien marginal y concentrada en algunos puntos del AMBA. En número, los cálculos que se hacen desde el FMI (y también en Argentina), es un nivel de actualización que no mueve la aguja del déficit fiscal; y que requiere más trabajo por parte del Gobierno.

La primera sugerencia del Fondo dio miedo en Buenos Aires, ya que se habló de un incremento tarifario de más del 100% para cubrir el desajuste del período 2019- 2022. Políticamente, para el kirchnerismo, es inaceptable. Será tarea de Martín Guzmán convencer al Fondo que para este año no es necesario un ajuste superior, y que la meta de 2,5% de déficit es fácilmente lograble con el crecimiento esperado de la economía argentina por encima del 3% del PBI. Como se sabe, y se hizo público, por ahora el Fondo no le cree al ministro de Economía. Según la visión del organismo, el país no tendría los dólares suficientes como para garantizar un crecimiento superior al 2%.

Finalmente, el tercer capítulo en debate (tal como se adelantó en estas líneas), son las misiones trimestrales del FMI. Es inevitable que estas se concreten y que en lo que reste del Gobierno de Alberto Fernández, haya que soportar unas 6 misiones que circularán por los despachos oficiales de Buenos Aires; 4 de las cuales se concretarían durante el 2023, año electoral donde el oficialismo se jugará su supervivencia. Pensar en un período marzo- octubre del año próximo, en medio de una batalla electoral épica, donde los límites de gasto y ajuste se fijen desde Washington, es para el kirchnerismo, simplemente, inaceptable.

¿Cómo deberían ser aprobados los exámenes trimestrales, ya este año? Argentina reclama que la aprobación se concrete contabilizando el tiempo por semestre; con lo cual, en el caso que no se cumpliera alguna meta comprometida en una revisión trimestral, esta pueda corregirse en el próximo. Y que la conclusión sea cada medio año y tomando un diagnóstico general. Y no con el incumplimiento de una o dos variables de las varias que están bajo revisión.

La petición no fue rechazada aún (tampoco avalada) y, se supone, pasará a formar parte de uno de los capítulos que deberá ser aprobado por el complicado board del FMI. Confía Guzmán en que todos estos exámenes (especialmente los de este año), serán aprobados. El problema para el oficialismo, es que durante el 2023, lo último a lo que se puede esperar, es a escuchar las recomendaciones de Kozac, Cubeddu y el resto de los técnicos del FMI. Será el momento de la tormenta.

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