La feroz interna bonaerense

Otro día de furia que mide la distancia del PJ con Kicillof

Los intendentes volvieron a trabar un compromiso directo del gobierno provincial, de Axel Kicillof, con los sindicatos municipales. Por eso que ayer el tratamiento del Presupuesto, finalmente aprobado, haya sido interrumpido por una protesta que rompió vidrios y dañó el Parlamento bonaerense.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare viernes, 16 de diciembre de 2022 · 15:00 hs
Otro día de furia que mide la distancia del PJ con Kicillof
Foto: Télam

Los episodios de violencia de ayer en La Plata, que rompieron mampostería y vidrios de la Legislatura bonaerense, rememoraron los graves episodios que se provocan cada vez que se trata un proyecto, que tenga que ver con los empleados municipales, quienes en su mayoría cobran salarios que están por debajo de la línea de la pobreza.

Inclusive en su momento, el intendente de Ensenada, Mario Secco, protagonizó una furiosa marcha, que llegó a iniciar la quema de la antiquísima puerta de ingreso sobre la calle 52. Quería que el cuerpo se solidarizara con el escándalo que se había generado en el Congreso Nacional, en el tratamiento de la reforma previsional que terminó con la aparición del “loco del mortero” y miles de toneladas de piedra tiradas en tal ocasión.

Pero la violencia tiene un génesis. Y está en la feroz disputa interna que atraviesa el Frente de Todos, donde los intendentes, encabezados por Martín Insaurralde en su representación formal, están pujando por fondos que Axel Kicillof se rehúsa a girarles, para hacer frente a las mejoras salariales y de los beneficios familiares reclamados por los gremios municipales.

No fue casual, entonces, que la Federación de Trabajadores Municipales que encabeza Rubén “Cholo” García fuera a manifestarse ahí y no cruzara la Plaza Moreno para llegar hasta la Gobernación. Tal cual lo había alertado el intendente de Mercedes, Juani Ustarroz, en la reunión de los intendentes del día anterior, “lo van a matar a Axel” si no votaban las modificaciones pretendidas.

Todos los presentes lo miraron. “La tiene que poner”, dijo uno de los más efusivos. La discusión llegaba a niveles jamás observados, según comentó otro testigo. “Era kafkiano todo…”, relató. 

Justo las mejoras en las asignaciones familiares, que son fijadas por los intendentes y hasta pueden ser menores a las que brinda la Anses para el resto de los trabajadores, se mezclaba con la creación de un Concejo del Salario, que no es vinculante, y la designación de los directores del IOMA y el IPS, organismos que manejan la salud pública y el sistema jubilatorio bonaerense.

“Nuestros hijos deben comer menos y vestirse peor que los de otros trabajos estatales”, se quejó FESIMUBO, que conduce García.

En medio de una feroz interna con la otra federación, que habitualmente ratifica los convenios que propone el ejecutivo, el ministro de Trabajo, Walter Correa, y los legisladores kirchneristas Teresa García y Omar Piaini le habían prometido que los temas que pedían tratar, desde hace tiempo, desde la Federación de García iban a ser aprobados. Algo falló. Pasaron todos a comisión.

Esa alianza tácita de los intendentes peronistas, que ya le vienen reclamando alguna precisión a Kicillof sobre fondos para hacer frente a los ajustes salariales que le vienen pidiendo desde los sindicatos, tienen como aliados a los radicales y del PRO que también tironean por el Fondo de Inversión Municipal, que es el equivalente a un porcentaje por autorizarle el nuevo endeudamiento, y la aprobación del presupuesto.

“Es de locos… Quedan re expuestos casi pidiendo una comisión”, le confesó un miembro del Ejecutivo provincial que no pueden creer esta dinámica. Los amigos del gobernador no tienen la lógica de los que manejan el territorio. Ahora también se agrega, como argumento para retacear la plata, que es muy factible que la Corte Suprema de Justicia le dé la razón al gobierno porteño en su reclamo por el porcentaje de coparticipación que le quitó el gobierno nacional el día de la revuelta policial de 2020 y se la restituya. Esa plata, directamente, fue a la Provincia. 

Hace dos meses, advirtiendo que Diciembre iba a ser un mes bastante complejo y repleto de demandas, los jefes comunales del peronismo, incluido su jefe de gabinete, Insaurralde, le pidieron a Kicillof que les habilitara fondos que distribuye la Provincia pero que tiene como afectación directa las necesidades municipales. “Usen lo que tienen guardado en plazos fijos”, fue una de las respuestas que escucharon y que fue la que más los irritó.

A la semana, se juntaron con Alberto Fernández y con el ministro Sergio Massa para debatir el mismo tema. Tuvieron una respuesta mucho más rápida, pero todo sigue frenado por el mismo tema.

Finalmente, en horas de la noche, hubo aprobación de la principal herramienta de gestión de las administraciones públicas. Pero la tirantez, desconfianza y pase de facturas se seguirán haciendo sentir.

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