De bombas y bombazos

La importancia y movimientos de Elisa Carrió y Cristina Kirchner tras las bambalinas de la escena política

El protagonismo de Elisa Carrió es más que notorio en el principal frente opositor. Cada palabra, cada convocatoria, encierran líneas de acción directas sobre el futuro de Juntos por el Cambio. "Me subestiman", se queja. Al igual que su contraparte en el FDT, Cristina Fernández también está enojada.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare domingo, 28 de noviembre de 2021 · 16:01 hs
La importancia y movimientos de Elisa Carrió y Cristina Kirchner tras las bambalinas de la escena política
Cristina Fernández de Kirchner | Foto: Prensa CFK Foto: Prensa CFK

"No me jodas... Para mí las dos tienen un teléfono rojo en el que se ponen de acuerdo para que todo el mundo hable de ellas y se caguen en las patas", le confesó a MDZ un reconocido referente opositor cuando se le preguntó por las misilísticas declaraciones de Elisa Carrió en contra de las decisiones políticas adoptadas por Horacio Rodríguez Larreta.

Irónico, un referente del Frente de Todos se rio del asunto, pero no lo descartó porque "siempre aparecen en el mismo momento. Una nos rompe a nosotros y la otra a ellos". 

La carta de la expresidente y actual vice de Alberto Fernández en el día de ayer coincidió con las declaraciones de la líder de la Coalición Cívica sobre su futuro político, que paradójicamente dijo no tener, y las decisiones de la alianza opositora de la cual forma parte. 

Mientras que Cristina Fernández de Kirchner hizo pública su postura con respecto a la renegociación con la deuda que el país tiene con el Fondo Monetario Internacional, "Lilita" hizo lo propio con respecto de sus socios. La primera dejó en claro que "todo está en manos del presidente... que es el que tiene la lapicera", mientras que la opositora dejó en claro qué tipo de acuerdos se pueden alcanzar y cuales no con el Frente de Todos. 

Lilita también movió sus hilos y se refirió a los posibles acuerdos con el Frente de Todos

Ambas guardan sus lógicas preexistentes, y "nadie se puede sorprender sobre lo que dicen", afirman todas las fuentes consultadas. "Y en la Argentina, cualquier momento es crucial, con lo cual, si lo dirían hoy o dentro de diez meses es lo mismo", confió uno de los asistentes al vigésimo cumpleaños de la Coalición Cívica. 

Si bien los trató cordialmente y a cada uno le dio una palmada por su labor actual y pasada, al expresidente Mauricio Macri y a Horacio Rodríguez Larreta les reclamó más que a ninguno. "No pueden pelearse por candidaturas" cuando el país "está a punto de estallar". Más claro y cierto, imposible.

Lo criticable para los presentes y ausentes a la juntada de Open Door de ayer es que "todo lo hace de manera espectacular. Te marca la cancha por los medios y luego te invita a una fiesta para retarte", se quejan. Sin embargo, una amiga confidente de Carrió suele decir que "antes de hacerlo público, Lilita lo dice en privado... Pero parece que necesitan que todos se enteren para después hacer lo que tienen que hacer".

Ese "hacer lo que tienen que hacer" tiene que ver con lo que cree la exdiputada nacional y que la mayoría considera "imposible de aplicar". Su supuesta intransigencia choca contra los deseos presidenciales y acuerdos preexistentes entre los socios de Juntos por el Cambio.

"Esto siempre fue así. Pero ella ya le recriminaba por esto a Macri cuando todos éramos oficialismo. Ahora, en el llano, tienen que aprender de las experiencias pasadas y a ella le molesta que no lo vean", confirmó una diputada nacional que siempre dialoga con ella. 

En su lista de "enemigos propios" están Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, a los que acusa de haber "operado para que el peronismo se mantuviera vivo en todo el país cuando nosotros estábamos en el poder". También siempre tuvo entre ceja y ceja a dos de los principales laderos de María Eugenia Vidal, a quien dice "adorar y defender". Cristian Ritondo y Gustavo Ferrari nunca fueron de su agrado. 

Al actual presidente del bloque PRO y candidato a gobernador propuesto por Vidal no lo quiere para seguir conduciendo ese bloque con el que debe compartir votaciones en el interbloque de Juntos por el Cambio. Sabe de su amistad con Sergio Massa pero además nunca le perdonó su accionar al frente del Ministerio de Seguridad bonaerense en la pasada gestión vidalista. 

En cuanto a Ferrari, supone que su "permanencia política entre el peronismo, Daniel Scioli, Francisco De Narváez y Vidal se emparenta con una cierta relación con servicios de inteligencia que nunca confiaron en Carrió y le han hecho más de un seguimiento. Habladurías que sirven para la ocasión. 

En la lista, que es más larga de los que muchos suponen, se incorporan los radicales. A Gerardo Morales lo incorporaría abiertamente, pero aún no tuvo motivos. Inclusive a su amigo Mario Negri, a quien pidió para ser ratificado al frente del interbloque de la Cámara de Diputados de la Nación le pegó un palito. Pero con el que no quiere ni siquiera dialogar es con Enrique "Coti" Nosiglia, el operador más importante del centenario partido. 

Por la jefatura que ejerce sobre Emiliano Yacobitti, diputado nacional que aspira a reemplazar a Negri, y en Martín Lousteau, el senador y economista que quiere ser jefe de gobierno y presidente, ambos siempre estarán en la mira de la líder de la CC. 

Todos los nombrados son aliados de Rodríguez Larreta, a quien le recrimina que más de una vez su relación con Massa le juegue una mala pasada y haya demostrado una actitud vacilante ante el Frente de Todos. Para él fueron la mayor parte de las críticas y recriminaciones de la jornada de ayer, en la que pidió "claridad en las negociaciones por la institucionalidad y la deuda" y amenazó que "cualquier otra cosa que se produzca a espaldas de ella sabrán de su resolución".

"Sin Cristina no se puede, pero solo con ella no alcanza", fue el lema que motivo a que todos los peronistas y aliados se juntaran con ella en el Frente de Todos. En el caso de Carrió, se podría decir que "con ella sola no se gana ni alcanza. Pero con Carrió fuera de la oposición, todos somos sospechosos", ejemplificó uno de los más desconfiados y agudos políticos argentinos. 

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