Obstáculos

Alfredo Cornejo y su intento por comenzar a tener relevancia en el Senado

El mendocino probará su suerte a nivel nacional en una carrera plagada de obstáculos dentro de Juntos por el Cambio, pero también dentro del mismo radicalismo. El acuerdo hecho con Rodolfo Suarez para no romper el equilibrio de fuerzas en la provincia.

Marcelo Arce
Marcelo Arce miércoles, 17 de noviembre de 2021 · 07:03 hs
Alfredo Cornejo y su intento por comenzar a tener relevancia en el Senado

Los dos, Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo, saben que lo peor que le puede pasar al radicalismo mendocino es repetir la historia. Y sobre todo, si esa historia puede terminar mal, como terminó la recordada disputa entre Roberto Iglesias y Julio Cobos que derivó para la UCR en el regreso del peronismo al poder en la provincia por ocho años.

Hasta aquí, los roces entre el gobernador y el ex estuvieron más vinculados a cuestiones de ego que a situaciones relacionadas con la política en sí. Suarez rezongó el domingo a la noche una vez consolidado el triunfo en las urnas, cuando la lectura que se hizo fue que en definitiva, lo que había sucedido, había sido la consolidación del proyecto iniciado por Cornejo en 2015. Cornejo recela a su entorno cada vez que, desde la misma Casa de Gobierno, se alienta la expectativa de la generación del “suarismo”, que apuntaría a discutir de igual igual las cuestiones internas del partido y del Gobierno.

A Cornejo le disgustan muchos aspectos relacionados a la marcha de la gestión, pero modera sus críticas en público. Suarez resiste esas críticas y hasta las ningunea en algún punto. Terminó sosteniendo a todo su Gabinete, más allá de los cambios obligados de los ministros que terminarán en el Congreso a partir de diciembre.

 

Si por las diferencias todavía la sangre no llega al río, es por varios motivos. Uno de ellos es que ambos están respetando el acuerdo que hicieron allá por 2019: el gobernador no se mete a discutir el poder político y el senador electo no obstaculiza desde lo institucional. Suarez, en el fondo, no tiene interés de dar esa batalla por ahora más allá de un entorno que lo empuja. En su fantasía a futuro, está la ambición de un esquema uno y uno, es decir, una alternancia en la gobernación con Cornejo que se prolongue por un par de períodos más. Una señal de esa escasa voluntad de competencia interna, Suarez la dio en el último armado electoral cuando discutió poco y nada el reparto de cargos en la Legislatura. En los dos años que le quedan, el cornejismo controlará los bloques del oficialismo tanto en Diputados como en Senadores.

Cornejo, a decir verdad, está enfocado en la cuestión nacional más que en los asuntos de la provincia. Volver a presentarse en 2023 para la gobernación es una posibilidad cierta, pero antes se va a probar en la carrera por la presidencia que, para él, aparece hoy plagada de obstáculos. 

Dentro de la propia UCR es donde aparecen las primeras barreras. Los radicales están convencidos de que tras este último proceso electoral lograron no sólo equilibrar fuerzas con el PRO dentro de Juntos por el Cambio. Sino que, después de la perfomance de Facundo Manes en la provincia de Buenos Aires, son el partido en alza dentro de la coalición. Cornejo fue, durante los últimos dos años de Gobierno de Alberto Fernández, uno de los garantes de la unidad tanto partidaria como del frente. Pero eso no le alcanzó para sumar voluntades detrás de sus aspiraciones personales. Dos definiciones importantes se vienen por delante y que van comenzar a trazar su futuro. 

Hacia finales de diciembre el Comité Nacional del radicalismo renovará autoridades, en una disputa en la que está en juego el sucesor de Cornejo en la presidencia y ahí existen dos líneas claras. Una es la que encabeza Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, quien con el respaldo de buena parte de los radicales del interior aparece hoy como el más firme a quedarse como la presidencia partidaria. Aquí ya están enrolados desde figuras como Luis Naidenoff y Mario Negri, Ernesto Sanz, el correntino Valdés y el jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura platense, Maximiliano Abad. En el otro frente está Martín Lousteau, recostado sobre el respaldo de Enrique Nosiglia, dirigentes de la Capital Federal y, aunque no lo defina públicamente del todo, el propio Cornejo también. 

Morales será seguramente el nuevo titular de la UCR en una elección que el mendocino quiere postergar para febrero o marzo. Pero que aparentemente no podrá: los delegados del partido le exigirían la semana próxima que convoque a la renovación de autoridades para la última quincena de diciembre.

El radicalismo definirá asimismo, con la renovación de legisladores en el Congreso, a sus nuevas autoridades de bloque y Cornejo busca ahí tener un protagonismo fuerte en el Senado para confrontar con Cristina Fernández de Kirchner. Más problemas para lograr ese objetivo. Desde Mendoza relatan que hace solo una semana esto se terminó de acordar en un encuentro con Morales, en donde se viabilizó la candidatura del jujeño al Comité Nacional a cambio de un respaldo a la pretensión del mendocino de ser el jefe de los senadores opositores.

El escenario que pintan desde el Congreso es un poco más intrincado. Son tres los cargos a definir en el Senado: la presidencia del bloque radical, la del interbloque y la vicepresidencia de la Cámara. De esos tres lugares, uno le correspondería en el reparto interno al sector de Lousteau y los otros dos serían para Morales. “Si ellos definen que sea Cornejo (por el grupo de Lousteau) será él”, disipan desde el bloque radical.

El domingo pasado a la noche, Cornejo sintió el rigor de lo que también le espera. Una vez conocido el resultado, no participó de los festejos en Mendoza a pesar de haber sido el candidato principal durante la campaña y se tomó un avión para ser protagonista del triunfo de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires. Quedó enredado en la interna del PRO entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y, por su cercanía con la exministra de Seguridad de Mauricio Macri, quedó relegado a un tercer lugar en el escenario.

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