Análisis

Las incongruencias de una campaña cruzada por varias internas a la vez

El Frente de Todos comienza a discutir antes de las elecciones lo que se produjo con posterioridad a las PASO de septiembre pasado. Nuevamente se discute si es necesario seguir bajo la tutela de la vicepresidenta mientras que esta deja trascender si está dispuesta a seguir en el gobierno.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare domingo, 31 de octubre de 2021 · 22:09 hs
Las incongruencias de una campaña cruzada por varias internas a la vez
Foto: MDZ

Los empleados del Anses de cualquier UDAI del Gran Buenos Aires no saben cómo reaccionar cuando un abuelo les pide que le autoricen un crédito de cinco mil pesos para devolver en dos años, con una tasa de interés muy ventajosa comparada con la que pide una institución bancaria tradicional.

Ese pedido, mucho más frecuente que lo que se puede suponer, no se produce para darse un gusto adicional o regalarle algo a su nieto. Simplemente lo necesita para sobrevivir. Sin embargo, esto no es tema de conversación de Fernanda Raverta cuando, acompañada por una comitiva de cámaras y asesores,  simula tomar contacto con beneficiarios de la administración que conduce y que le otorgó una millonaria compensación a su jefa y vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner, sin que la ANSES haya apelado la decisión judicial amparada por el procurador y vacunado VIP, Carlos Zannini.

En los hospitales públicos de General San Martín, La Matanza o Lomas de Zamora empieza a ser frecuente que las madres jóvenes que apenas tienen familia firmen una planilla y cedan el cuidado del recién nacido a una institución gubernamental. No pueden ni mantenerlos ni alojarlos. Sin padres conocidos o familiares que puedan dar alguna contención, son cada vez más los niños que empiezan su vida no por un hogar sino por una casa de guarda. 

De a poco se empiezan a poblar los puentes de la avenida General Paz o los autos abandonados que están a la vera de esta arteria que divide la Ciudad de la Provincia de Buenos Aires. Familias con niños pequeños y padres poco más que adolescentes conviven en una zona que combina riqueza y pobreza extrema. 

La indigencia crece y los problemas sociales derivados de la crisis económica parecen pasar por el costado de las campañas políticas

Mientras esto ocurre, hay múltiples internas cruzadas en todos los ámbitos políticos y el futuro de la clase política pesa mucho más que una sociedad que cada vez le tiene menos paciencia

La inseguridad sigue siendo el mayor flagelo de los barrios bonaerenses. Cualquier motociclista pasa a ser una amenaza pública y las comisarías tienen tanta gente como un cajero automático a la hora de las visitas para llevar comida o asistencia al detenido. No hay tampoco, para este tema, ni un proyecto ni una idea que ayude a bajar la angustia y la tensión que viene desde una economía destrozada por muchos años de frustraciones. 

Mientras esto ocurre, hay múltiples internas cruzadas en todos los ámbitos políticos y el futuro de la clase política pesa mucho más que una sociedad que cada vez le tiene menos paciencia. Eso lo vive cotidianamente el funcionario con el sensor más atento a estas situaciones, Juan Zabaleta. Esta semana, los intendentes que hablaron con los referentes eclesiásticos escucharon las preocupaciones mutuas sobre la pobreza, indignación y falta de respeto a la autoridad que ya se observa con nitidez. 

La ausencia de una conducción o la posible llegada de alguien que se aproxime a un líder agudiza la crisis. Cristina Fernández de Kirchner ya nota que ella no tiene ni el respaldo ni la fuerza para imponer sus condiciones. Los gobernadores e intendentes, aportantes vitales de votos para el Frente de Todos, empiezan a debatir si vale la pena no cortar ahora con la sangría de una discusión permanente con ella y sus fieles seguidores. 

Cristina Fernández de Kirchner ya nota que ella no tiene ni el respaldo ni la fuerza para imponer sus condiciones.

Lamentablemente para ellos, como lo vienen advirtiendo los aspirantes a conformar el nonato albertismo, es el propio Alberto Fernández el que más teme ese cisma que lo empoderaría y lo oxigenaría. La semana posterior a la elección general será crucial no sólo para su futuro, sino para el peronismo en general, que toma nota que el kirchnerismo y fundamentalmente el cristinismo exageró su importancia dentro de la fuerza creada por Juan Domingo Perón.

La situación dentro del oficialismo, en el que cada vez se nota más la preocupación de los intendentes para remarcar su protagonismo dentro del esquema de poder actual y futuro, mirando de reojo los números que aportarán los peronistas clásicos y "lxs kirchneristxs", también incidirá en la principal fuerza opositora, que también sufre la ausencia de un líder neto y definido. 

Como sucedía en el Frente de Todos, la mayor virtud de Juntos o como se llame la franquicia que se utiliza en cada territorio, es que radicales, proistas, lilitos y peronistas republicanos se mantengan unidos. Esa unidad que les permite capitalizar mucho hartazgo y alguna regenerada esperanza empieza a temblar con la caída de su espejo oficialista. 

La puja por el poder de 2023 podría llevar a que las diferencias que hoy existen en Juntos se potencien

"Nuestro espacio tiene mucho de acto reflejo del kirchnerismo peronista. Si esa alianza se desintegra, nosotros corremos el riesgo de dividirnos también. La puja por el poder de 2023 podría llevar a que las diferencias que hoy existen en Juntos se potencien. Imaginate si le hacemos caso a los radicales que no quieren saber nada con el PRO... O ellos se la jueguen por quienes consideran que somos más parecidos a los peronistas clásicos por la influencia de Arturo Jauretche...", comentó uno de los armadores políticos de Juntos bonaerense. 

Hoy la oposición tiene en el Frente de Todos la razón más importante para mantenerse unido. Sin embargo, algunos no perciben que son la herramienta elegida por una sociedad que cree que hay valores que el kirchnerismo se ufana en destratar y que la mayoría de la población quiere defender para luego pensar en una mejora económica y social.

"Si el oficialismo se destruye, hay que ver con quién elije acordar Horacio Rodriguez Larreta o si Mauricio Macri no prefiere respetar a ultranza su gen liberal con Javier Milei, Patricia Bullrich y José Luis Espert. Y guay con nosotros, que nos ilusionemos en hacer radicalismo puro y quedar más solos que Leopoldo Moreau en el 2003", confió la misma fuente, con rol decisivo en lo que viene en la alianza opositora. 

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