Educación

Escuelas: qué puede frenar el retorno a las clases presenciales

El Gobierno anunció varias veces que se reabren las escuelas. Antes, debe superar la pelea por el aula con los gremios. El SUTE se opone, pero tiene sus propios fantasmas y se debilita. Las carencias de infraestructura, los recursos humanos y la logística es lo más complejo de resolver.

Pablo Icardi
Pablo Icardi lunes, 25 de enero de 2021 · 07:02 hs
Escuelas: qué puede frenar el retorno a las clases presenciales
Foto: Prensa Gobernación

Pocas veces un hecho ha sido tantas veces confirmado y aún así está envuelto en dudas. Es lo que pasa con el retorno a las clases presenciales en las escuelas mendocinas, que tienen fecha de inicio el 1 de marzo para todos los estudiantes pero una primera prueba solo dentro de 15 días. Lo dijo el gobernador Rodolfo Suarez, luego el ministro de Educación, Nicolás Trotta, y el director General de Escuelas, José Thomas. En Mendoza volverá el vínculo en el aula entre estudiantes y docentes. Pero en el medio las propias autoridades pusieron almohadones para amortiguar el impacto de una posible desilusión.

Por un lado hay resistencia de gremios y sectores del oficialismo nacional que ponen reparos al retorno de las clases presenciales y buscan frenarlas. Incluso en dos distritos particulares: la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza. Pero además, el propio Gobierno admite que no será un retorno convencional y aún no están en detalle los protocolos para combinar dos factores difíciles de cuajar: las carencias edilicias estructurales y la necesidades que genera la pandemia para mantener distanciamiento social y garantizar las medidas sanitarias de prevención. Esa dificultad probablemente sea más compleja que la pelea política. 

La pelea con los gremios

Ni bien el Gobierno anunció el retorno de las clases, desde el gremio de los docentes dijeron que no estaban dadas las condiciones para hacerlo. Lo hicieron para reclamar por el descontento por la propuesta de aumento salarial y también por las condiciones de las escuelas. El ministro Trotta los recibió y le enviaron una carta. "No existen los elementos de bioseguridad en los establecimientos que permitan que las familias puedan enviar a sus chicos/as a la escuela sin que eso signifique el serio riesgo de enfermar y contagiar. No hay una evaluación seria de la evolución de la llamada segunda ola y su proyección para el mes de marzo. Se adelanta el inicio de la presencialidad para las llamadas trayectorias débiles para el 10 de febrero, modificando condiciones de trabajo sin discusión en al ámbito paritario. Con ello se vulneran derechos laborales y se profundiza la desigualdad educativa", denuncian desde el SUTE en un mensaje que busca también sembrar algún temor por la posibilidad de contagios.

En paralelo el gremio docente enfrenta sus propios fantasmas internos. Por las dificultades que tiene la conducción, tras las separación de Henríquez, las peleas con las otras listas y las dificultades para llegar a los docentes. En las últimas semanas hubo incluso un llamativo aumento de las desafiliaciones a ese gremio, campaña incluso agitada por sectores del oficialismo.

Para Suarez es un aliciente: el Gobierno gana con esa pelea. Aún así agitan a los gremios como obstáculos para el retorno a clase. En el mensaje hay algo de sobreactuación. En Mendoza desde la época que comenzó la "mano dura" con los paros, en la época de Hugo Duch, ese tipo de medidas tuvieron un impacto relativo. Descuentos en el sueldo primero y luego el ítem aula desalentaron el acatamiento de las medidas de fuerza. Si el gremio busca frenar el inicio de clases con paros también será un desafío para medir el poder de fuego del propio gremio. "El problema del SUTE es que no hay interlocutores ahora", explican desde el Ejecutivo. 

La estrategia de debilitamiento del los gremios con acuerdos "paralelos" funcionó en algunos casos. Suarez optó por darle a los docentes las mismas condiciones de aumento que al resto de los estatales para dar una señal y tratar de abrir más la grieta política en ese gremio. 

Hay otro factor político. La disputa del poder en ese gremio, el más numeroso de la provincia, tiene a la izquierda y al kirchnerismo como ejes. El sector allegado a la lista Celeste (y sus variantes) tiene llegada directa a CTERA y el gobierno nacional y buscan recuperar el poder. Para ese sector político es un camino para marcar oposiciones más firmes al gobierno de Suarez, incluso con más repercusión que en el plano institucional convencional. 

Cómo están las escuelas

Hay quienes piensan que en el horizonte hay más dificultades propias para reabrir las escuelas que externas. Es decir, que resolver los problemas de infraestructura, la logística y los recursos humanos es más complejo que la oposición de los gremios. En el Gobierno aseguran que han retomado el trabajo para mejorar los edificios y que tendrán todo febrero para elaborar los protocolos individuales. Habrá uno por cada escuela porque las realidades son muy diferentes. Los problemas más graves están en en área urbana. 

Uno de los temas a resolver es el del personal. Es que el sistema bimodal que se piensa ejecutar rompe con la linealidad que tenían las clases presenciales o incluso el ensayo de educación virtual del año pasado. Deberán combinar los dos, con las carencias ya conocidas. Los recursos humanos son fundamentales y hay quienes piensan que habrá más demanda. Por la complejidad del sistema y por la posibilidad latente de que haya más pedidos de licencia o incluso las y los docentes que no podrían ir a clase por tener algún factor de riesgo. 

Todos los organismos relacionados con la educación recomiendan volver a las aulas por la tragedia educativa que vive el país. Pero, claro, no a ciegas sino tomando todas las medidas necesarias para prevenir. Como no hay peor astilla que la del mismo palo, una ex funcionaria fue la que disparó en las redes algunas dudas sobre el retorno de las clases. Mónica Coronado, ex directiva de la DGE y docente, fue una de las que alertó sobre lo mismo: que se garantice el distanciamiento y la salubridad en las escuelas; que haya cobertura de cargos docentes y más inversión de parte del Estado. 

En febrero esperan que pueda comenzar la campaña de vacunación para los docentes y no docentes. No será obligatorio, pero sí recomendado. Fuera de las escuelas la logística es el otro tema complejo: cómo llegan los docentes y alumnos a cada edificio sin generar aglomeraciones. Ingresos diferenciados, transporte exclusivo, y otras medidas son analizadas por los directores de escuelas y las comisiones de padre. 

Falta una semana para que reabran las escuelas, 15 días para el retorno de los estudiantes y algo más de un mes para el inicio de clases. Aunque está anunciado que ocurrirá, aún faltan temas por resolver

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