Coronavirus

El peligro de la centralización vs la necesidad de centralizar

Esta semana se produjo el primer cruce público entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador Rodolfo Suarez. El detrás de escena de una pelea en la que todos tienen razón.

Mariano Bustos
Mariano Bustos domingo, 29 de marzo de 2020 · 06:58 hs
El peligro de la centralización vs la necesidad de centralizar
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

En medio de la crisis que atraviesa el país y el mundo, es importante destacar el trabajo conjunto que se ha dado entre el oficialismo y la oposición. Pero al mismo tiempo es inevitable que se generen chispazos como el que esta semana exteriorizaron el gobernador Rodolfo Suarez y el presidente de la nación. Es una pelea en la que todos tienen razón y que demuestra capacidad de liderazgo de uno y otro lado del mostrador.

Pasando en limpio, atento a los pronósticos de especialistas y los probables picos de transmisión que se esperan para las próximas semanas, Alberto Fernández decidió centralizar la distribución de respiradores y otros insumos médicos. La orden es lógica y tiene como espíritu repartir los materiales de acuerdo a la necesidad de cada jurisdicción.

Sin embargo, desencadenó protestas del gobernador de Mendoza porque no podrá recibir los 70 respiradores que habían comprado para preparar el sistema sanitario local. Suarez es el gobernador de la provincia y es su deber hacer todo lo posible para que la pandemia no desborde el sistema sanitario local. Desde esa perspectiva también su argumento es válido.

Con la fotografía actual, no parecen imprescindibles esos 70 respiradores que compró el gobierno y se entiende que los lleven a El Chaco, CABA o el conurbano, donde más casos se están registrando. Pero al igual que el presidente toma la medida pensando en el futuro, la protesta de Suarez también tiene un sentido de anticipación.

"Nos estamos preparando para el peor escenario, para estar listos si eso se llega a dar", esgrimen todos. Si las cosas se agravan en todo el país y los respiradores no dan a basto en el territorio nacional ¿cómo se determinará su distribución? Es lógico que el gobernador reclame por Mendoza y esgrima que la provincia compró esos respiradores para resguardar a sus ciudadanos.

Y al mismo tiempo, nadie puede cuestionar al presidente por tomar la decisión de centralizar y apagar incendios a medida que se vayan presentando. En otras palabras, centralizar es necesario pero le resta independencia a cada jurisdicción.

Existe un ejemplo que sirve para aclarar comprender la preocupación de la provincia: los reactivos del Malbrán. Desde hace semanas que Mendoza pide elementos para que se puedan hacer los testeos en laboratorios locales, pero el gobierno nacional no le ha dado prioridad. Producto de ello hay 30 casos sospechosos que llevan días esperando el resultado y sin esos datos las proyecciones que tracen las autoridades provinciales dejan de ser precisas. 

Mendoza necesita saber cuántos casos tiene para evaluar la probabilidad de transmisión y el universo de contagiados para los que se debe preparar. Pero la situación en otras provincias es más grave y los reactivos fueron enviados antes a El Chaco, Córdoba y otros municipios bonaerenses. ¿Quién garantiza que en el futuro no suceda lo mismo con los respiradores?

Para que eso no ocurra, para que la ecuanimidad sea efectiva y los insumos médicos lleguen a tiempo a la provincia será necesario retomar el principio de esta columna: el trabajo conjunto. Llegado el caso, todos los legisladores nacionales deberán sumar sus voces a la del gobernador y clamar por los recursos para los mendocinos. Sin importar banderas políticas, deberán priorizar el bienestar de las personas que los votaron y conseguir que cuente con herramientas para mitigar la crisis.

Dejando de lado el ego y la ambición de poder. Sin atribuirse a título personal las gestiones. Todos juntos, peronistas, radicales, protectora, mendocinos y mendocinas. Esperemos que ese momento no llegue y que el sistema no necesite reforzarse. Ojalá el pico de casos sea menor al esperado y la respuesta del servicio sea suficiente. Pero "hay que prepararse para el peor escenario" y eso demanda responsabilidad de todos nuestros dirigentes.

 

Archivado en