Cómo tener una planta de romero sana y hermosa
Con los cuidados adecuados, el romero florecerá y abundante.
Tener un romero en casa requiere de cuidados específicos para mantenerlo saludable y atractivo. Sigue estos pasos básicos, para que tu planta de romero se vea potente en el jardín, terraza o balcón.
El lugar donde se coloque es fundamental. Esta planta necesita la luz directa del sol al menos durante seis horas diarias. Sin esta condición, el romero crece débil y pierde ese característico follaje vibrante.
La elección de la maceta también es importante. Se recomienda usar una que tenga al menos 30 centímetros de diámetro y profundidad, con agujeros de drenaje. Esto evitará que el agua se acumule, y que no se pudran las raíces.
Prepara la tierra, pues al romero le gusta un suelo ligero y bien drenado. Mezcla tierra para plantas con un poco de arena o perlita y evita el encharcamiento. La siembra de romero desde esquejes es una manera práctica de iniciar esta planta. Escoge una ramita de unos 10 a 15 centímetros, retira las hojas de la base y colócala en un vaso con agua. Cambia el agua cada dos días y, una vez que las raíces hayan aparecido, plántalo en la maceta, enterrando unos tres o cuatro centímetros del tallo. Este proceso asegura un comienzo fuerte y saludable.
El riego es otro factor clave. El romero no necesita grandes cantidades de agua, por lo que es importante regarlo solo cuando la capa superior de la tierra esté seca. Generalmente, esto ocurre una o dos veces por semana, dependiendo del clima y la exposición al sol. La poda es esencial para mantener un aspecto ordenado y estimular el desarrollo de nuevas ramas. Cortar las ramas más largas y eliminar hojas secas ayuda a que la planta mantenga su forma y vitalidad. Al realizar los cortes, hazlo justo encima de un nudo, donde las hojas o ramas se conectan, para fomentar un crecimiento más denso y equilibrado. Para nutrir el romero, usa un fertilizante suave o un poco de compost cada cuatro a seis semanas resulta suficiente.