Cuáles son los alimentos que dañan tu hígado

La alimentación sana implica un conocimiento de cada porción comestible que nos llevamos a la boca. Sólo así podremos anticipar el impacto que las distintas comidas tienen en nuestro organismo. No hace falta hacer la carrera de nutrición, sino informarnos sobre los nutrientes de cada menú, al margen de la cantidad de calorías que contiene. Así podremos saber que hay alimentos que, si los consumimos en una proporción excesiva, dañan nuestro hígado.

Como hemos visto en anteriores ocasiones, la alimentación sana se compone de distintas propuestas que nos reportan un beneficio integral, sólo si adquirimos una rutina alimentaria que contemple todos los nutrientes necesarios en pos de ese objetivo. Así, podremos estimular nuestro cerebro, fortalecer los músculos, reforzar la vista y, ahora, reducir la ingesta de aquellas comidas que dañan nuestro hígado.

Cuáles son los alimentos que dañan nuestro hígado

Primero recordemos que el hígado es el órgano responsable de tener un cuerpo libre de toxinas, debido a que se encarga de limpiar la sangre y convertir los alimentos en energía. Por eso es muy importante cuidarlo para que no termine en cuadros de insuficiencia hepática, cáncer, hígado graso o cirrosis.

Bueno, estos son los alimentos que debemos moderar su consumo:

Carnes rojas, camarones y la yema de huevo: son muy ricos en colesterol y pueden implicar enfermedades hepáticas.

Manteca de cerdo, mantequilla, crema, piel de pollo, aderezos cremosos y mayonesa: son productos que tienen muchas calorías y aumentan los niveles de triglicéridos lo que daña directamente al hígado.

Las comidas rápidas que contienen una fuerte mezcla de sodio y calorías. 

Azúcar: La ingesta de los refrescos, dulces, jarabe de maíz y postres son un factor de riesgo para detonar las enfermedades del hígado.

Los médicos también advierten que el alto consumo de dietas con fuerte presencia de proteínas favorecen el desarrollo de cirossis o cáncer de hígado. En tanto, el consumo excesivo de sal aumenta la presión arterial y aumenta el riesgo de padecer hígado graso. Y otro tanto ocurre con las bebidas alcohólicas.