León XIV llamó a "una Iglesia unida que se convierta en un mundo de paz"

Quedó claro el mismo día de su elección, cuando junto con el nombre León XIV, se dio a conocer el lema de su pontificado "En el único Cristo, todos somos uno": la unidad será una prioridad. Unidad que es condición indispensable para la paz, una paz que hoy pareciera ser un auténtico "milagro", como lo calificó el propio Prevost hace una semana durante el saludo del Regina Coeli. En la Misa que inauguró formalmente su papado, lo reiteró al afirmar que "Amor y Unidad son las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro".
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Estilo propio con herencias de Francisco
La primera semana de pontificado, y la Misa de inicio, también confirmaron que Prevost liderará la Iglesia Católica con un estilo diferente al de Francisco, pero en lo esencial, en continuidad con Bergoglio.
El momento en el que León XIV recibe el anillo del pescador de parte del cardenal Tagle
Ha retomado signos tradicionales como el uso de la muceta roja y la residencia en el Palacio Apostólico, pero estos pasan a ser detalles si se tienen en cuenta las palabras. En la apretada agenda que llevó los días pasados, León XIV reiteró expresiones de Francisco como, la necesidad de trabajar por una “cultura del encuentro”, la denuncia a una “policrisis”, y en el encuentro con el cuerpo diplomático acreditado ante la santa sede se refirió a la “paz”, la “justicia” y la “verdad” como tres palabras que para él “constituyen los pilares de la acción misionera de la Iglesia y de la labor de la diplomacia de la Santa Sede”.
También durante la homilía y al final de la Misa de inicio de pontificado, León XIV se refirió a su predecesor: "La muerte del Papa Francisco ha llenado de tristeza nuestros corazones y, en esas horas difíciles, nos hemos sentido como esas multitudes que el Evangelio describe «como ovejas que no tienen pastor", dijo al inicio del sermón, y al concluir la ceremonia confesó: “He sentido fuertemente la presencia espiritual del Papa Francisco que nos acompaña desde el Cielo”. Dos momentos que despertaron fuertes aplausos entre las 200.000 personas que siguieron la ceremonia transmitida en las pantallas colocadas desde la Plaza hasta el final de la Via della Conciliazione.
Unidad en la Iglesia y el mundo
En contra del pronóstico común, el Cónclave del que resultó electo León XIV fue breve, y esto habla de un colegio cardenalicio unido en la diversidad. Bastaron 24 horas y 4 escrutinios para que 133 personas, entre ellas algunas que apenas se conocían entre sí, votaran a un hombre que está dando señales de continuidad con los procesos iniciados por Francisco. Esta unidad de la Iglesia, siempre ha sido y será una condición indispensable para cumplir su misión en el mundo.
En esto quiso poner el acento al inicio de su pontificado León XIV, cuando en la homilía de hoy también alentó a los fieles católicos a construir una Iglesia, “fundada en el amor construyamos una Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra, que se deja cuestionar por la historia, y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad”.
León XIV quiso saludar a los fieles antes de la Misa
En la mañana primaveral del domingo, a las 9.04, cuando faltaba casi una hora para el inicio de la Misa de inauguración, mientras sonaban las campanas de San Pedro, los fieles católicos reunidos en la Plaza volvieron a ver al Papa saludándolos desde el papamóvil. Ágil y sereno, sonriente y discreto, a paso lento para poder mirar tranquilamente a un pueblo que se unió para volver a darle la bienvenida, León XIV volvió a mostrar un tono y estilo pacíficos. Gestos que confirman la prioridad de su pontificado.