Competencia desleal: China y el estatus especial que le dio Estados Unidos
El beneficio que le brindó Estados Unidos a China para un tratamiento económico especial reservado para países en desarrollo.
El estatus de Nación Más Favorecida (NMF) que Estados Unidos otorga a China es un tema cada vez más controversial en las relaciones comerciales internacionales. Este beneficio, diseñado originalmente para promover la igualdad y la cooperación entre países, parece desfasado en el caso de China, especialmente considerando las tensiones actuales y la competencia en áreas estratégicas como la inteligencia artificial (IA).
¿Es sensato seguir ofreciendo privilegios a una potencia que no solo es el principal competidor económico, sino también un desafío en términos de seguridad tecnológica?
China mantuvo una postura ambigua en su aplicación de las reglas de NMF. Mientras que disfruta de aranceles reducidos y acceso preferencial al mercado estadounidense, impone barreras significativas a los productos y servicios estadounidenses. Estas no son solo arancelarias, sino también regulatorias. Por ejemplo, China exige que muchas empresas extranjeras, incluidas las estadounidenses, se asocien con empresas locales, lo que a menudo implica compartir tecnología y propiedad intelectual. Este tipo de prácticas desincentiva la inversión extranjera directa y coloca a las empresas estadounidenses en una posición desventajosa.
Además, China es criticada por sus prácticas de subsidios industriales y su falta de respeto por los derechos de propiedad intelectual. Esto viola el espíritu de la NMF, que aboga por una competencia justa, y afecta a las empresas estadounidenses y globales que compiten en el mercado chino.
En muchos casos, los productos estadounidenses enfrentan una competencia desleal debido a los subsidios masivos que el gobierno chino otorga a sus industrias clave, lo que permite a las empresas chinas vender a precios inferiores a los del mercado.
China, a pesar de ser una de las principales economías del mundo, a menudo se presenta como una víctima de las políticas comerciales internacionales. Exige un trato justo bajo las reglas de la NMF y se queja de cualquier medida que considere discriminatoria. Sin embargo, la realidad es que China utiliza su poder económico para presionar y manipular el comercio global a su favor. Esta dualidad en su comportamiento, exigiendo privilegios mientras no cumple con sus obligaciones, es una de las principales razones por las que muchos expertos creen que el estatus de NMF para China necesita ser reevaluado.
La situación se vuelve aún más crítica cuando consideramos el papel de China en la carrera por la supremacía en inteligencia artificial (IA). La IA es la próxima gran frontera tecnológica, con implicaciones enormes para la economía, la seguridad y la sociedad global. Tanto Estados Unidos como China invierten masivamente en el desarrollo de tecnologías de IA, y la competencia en este campo es feroz. Sin embargo, mientras Estados Unidos sigue un camino de desarrollo tecnológico abierto y colaborativo, China es acusada de espionaje industrial y robo de propiedad intelectual para avanzar en sus capacidades de IA.
En este contexto, permitir que China siga disfrutando del estatus de NMF parece contraproducente. Proporciona a China acceso preferencial a tecnología y productos estadounidenses, así como a las innovaciones que dan una ventaja en la carrera por la supremacía en IA. Es un hecho conocido que la tecnología de vanguardia, especialmente en IA, se ha convertido en un punto crucial de competencia estratégica entre las dos naciones. Mantener el estatus de NMF facilita a China el acceso a la innovación con la que podrían superar a Estados Unidos en este campo crítico.
La realidad es que el estatus de Nación Más Favorecida para China se convirtió en una herramienta obsoleta que no refleja las actuales dinámicas de poder global. China ya no es un país en desarrollo necesitado de apoyo especial; es una superpotencia económica que utiliza su influencia para moldear el comercio global a su favor, a menudo en detrimento de otros países, incluido Estados Unidos. Permitir que China mantenga este estatus, especialmente en un momento en que la competencia tecnológica se intensifica, es ilógico y potencialmente dañino para los intereses estratégicos y económicos de Washington.
Revocar el estatus de NMF de China será un paso hacia un reequilibrio de las relaciones comerciales y tecnológicas, aunque tenga implicaciones económicas a corto plazo, como el aumento de costos para los consumidores estadounidenses. Esto también enviaría un mensaje claro sobre la necesidad de reglas justas y transparentes en el comercio internacional. En un mundo donde la tecnología influye cada vez más sobre las reglas del juego, es vital que Estados Unidos tome medidas para proteger sus intereses y su posición en la economía global.
Las cosas como son.
*Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.