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Axl Rose, de Guns N’ Roses: auge y permanencia del último gran rockstar

El líder de los Guns N’ Roses volvió a hacer de las suyas como siempre. Uno de los frontman más importantes de los últimos treinta años no pudo una vez más con su genio. Y está de regreso, logrando lo que parecía imposible. Algo digno de una verdadera estrella de rock.
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La estrella de rock es una especie en extinción. Si indagamos en la historia más reciente, hay que retrotraerse a la década del noventa para encontrar una figura relevante, lúcida, políticamente incorrecta, escandalosa, inaccesible y que se mantenga activa hasta la actualidad. Ese artista es sin lugar a dudas Axl Rose, líder de Guns N’ Roses.

Gracias a su trayectoria, la banda se convirtió en una leyenda viva del rock, mientras que su cantante y líder en uno de los compositores más influyentes de los últimos 30 años. Con tan solo cinco discos, y un puñado de grandes canciones, le bastaron para estar a la altura de la épica de los mejores de la historia. Algo que enaltece aún más la imagen de Axl.

Pero, ¿por qué Axl Rose puede considerarse como el último gran rockstar? Si nos detenemos a pensar cuántas estrellas de rock quedan hoy en pie, conservando esa mística de antaño, la lista es muy acotada. Si ya no murieron, la gran mayoría se transformó en personajes mediáticamente accesibles. En un mundo signado por las redes sociales hoy sabemos todo de todos. Conocemos cada uno de sus movimientos, los cuales son publicados abiertamente por ellos mismos en sus cuentas oficiales. Además, muchos de ellos se volvieron políticamente correctos. Preocupados por la ecología y el bienestar de la humanidad, se asemejan más a un yuppie.

En cambio de Axl no conocemos nada. Sin redes sociales, solo una cuenta de Twitter que usa esporádicamente para ventilar sus ideas políticas, hoy mantiene su vida privada en completo secreto. Sin mencionar que hace más de una década que no tiene contacto con la prensa. Ese anonimato le da una mística que lo diferencia de los demás. Lo envuelve en un halo de misterio que nos recuerda a la clásica figura de la estrella de rock. Pensemos por ejemplo en David Bowie, un artista que mantuvo esta coherencia hasta los últimos días de su vida. La popularidad es clave, pero ser inaccesible también lo es.

Portavoz de una generación perdida

Sin embargo, a la masividad y a la inaccesibilidad, para ser una estrella con todas las letras es necesario sumarle talento y una pizca de escándalo.

Fue en 1987 cuando Guns N' Roses lanzó su primer trabajo de estudio, Appetite for Destruction. Un disco que significó una propuesta completamente renovadora y rupturista a lo que sonaba en la escena hard rock de la época. Bandas como Poison, RATT o Mötley Crüe eran el éxito del momento, mezclando baladas edulcoradas con guitarras distorsionadas, pelos batidos y calzas atigradas. En contraposición, aparecieron Axl y el guitarrista Izzy Stradlin, quienes reclutaron al genio de la galera y de las seis cuerdas Slash, el bajista Duff McKagan y al baterista Steven Adler. Estos cinco jóvenes de Los Ángeles y su puñado de doce canciones cambiarían de un golpe certero lo establecido.

El disco llegó al número uno y con los años se convirtió en el debut más vendido de una banda en Estados Unidos con más de 35 millones de copias. Pero eso era solo el comienzo. En solo tres años, pasaron de ser la banda con mayor proyección de la escena de la Costa Oeste a tener el mundo a sus pies.

Estaba claro, tenían todo lo que se necesitaban para lograrlo: buenas canciones, una imagen provocadora y escándalos. Los medios de comunicación se obsesionaron con la banda. Todos querían escuchar a los Guns, pero también saber de ellos. Las adicciones al alcohol y las drogas por parte de sus miembros, sumado al tremendo éxito en tan poco tiempo, desencadenaron un sin fin de polémicas tanto arriba como abajo de los escenarios. Los conflictos hacia el interior de la banda eran inevitables.

Tras su segundo disco editado en 1988, G N' R Lies, llegaría en 1991 el trabajo que los catapultó de forma definitiva al estrellato. Use Your Illusion contenía 30 canciones las cuales fueron repartidas en dos volúmenes independientes, no en un disco doble, algo inédito para la época. Entre las dos plazas se vendieron más de 58 millones de copias. Ahora si eran la banda más grande del planeta. Pero la relación entre Axl y sus compañeros era cada vez más tensa. El genio detrás de todas estas grandes canciones ya no podía soportar el reviente de sus compañeros. Él ya había decidido dejar las drogas en pos del proyecto y no soportaba que los demás siguieran en la misma. La combustión interna era un hecho. Y sucedió en el momento de mayor exposición.

Resurgiendo de las cenizas

Primero fue Izzy, su gran compañero de toda la vida, quien decidió abandonar la banda allá por 1991 en pleno apogeo. Luego de casi 18 años trabajando juntos no soportó más la inestabilidad y el ego de Rose. Había que lidiar con eso. No le importó ni los millones, ni la fama. La convivencia se transformó en algo insoportable. Tres años más tarde le seguirán Slash, mano derecha y contracara del cantante, y McKagan.

Slash y Duff McKagan.

Los Guns estaban acabados. En 1994 tuvo lugar la última aparición de Axl en un dueto con Bruce Springsteen haciendo una versión de The Beatles de la canción "Come Together". Pocas y nada se supo de él durante los siguientes seis años. Hasta que de golpe, reaparecerá en 2001 refundando la banda con integrantes nuevos. Nada podía parar su ímpetu. Se tomó 10 años para grabar las canciones de esta nueva etapa de su banda. Chinese Democracy sería lanzado en 2001 y con el disco su regreso triunfal a los escenarios con dos conciertos multitudinarios en Las Vegas y Río de Janeiro. Roses mantenía intacta su magia y esa larga etapa de reclusión terminó siendo una década ganada para él. Un paso más en la batalla que siempre lo enfrentó consigo mismo, otra victoria contra su propio peor enemigo.

Pero no solo sus seguidores y la prensa especializada caían rendidos nuevamente a sus pies. En 2016 la mítica banda australiana AC/DC lo convocó para reemplazar a su cantante Brian Johnson, quien tuvo que retirarse en plena gira debido a la recomendación médica hacia Johnson de dejar la música, ante la posibilidad de perder la audición por completo. Un nuevo desafío enfrentaba Rose en su carrera y cumpliría con creces.

Reunión y regreso triunfal

Las peleas con sus ex compañeros de banda continuaron durante años. Juraron no volver a compartir un escenario. Se había generado una distancia que parecía irreconciliable. Pero al mismo tiempo que Axl preparaba sus presentaciones con AC/DC ya tenía planeado y arreglado el regreso de Guns N’ Roses con sus miembros originales. La gira tuvo un nombre muy particular. Not In This Lifetime Tour (No en esta vida), casi burlándose de ellos mismos y de la promesa que habían hecho de no volver a trabajar juntos. El tour se convirtió en el tercero más taquillero de la historia del rock.

Los Guns en plena gira de regreso en febrero de este año.

Esa misma gira de reunión es la que los traerá de regreso a la Argentina el próximo 30 de septiembre en el estadio River Plate. El encanto sigue intacto y también la devoción de su público, que en tan solo tres horas agotó todas las entradas disponibles. Lo mismo sucedió en Chile, Perú, Montevideo y Brasil.

Axl volvió a hacer de las suyas como siempre. Uno de los frontman más importantes de los últimos treinta años no pudo una vez más con su genio. Y está de regreso, logrando lo que parecía imposible. Algo digno de una verdadera estrella de rock.