Opinión

Las chances que tiene Netflix de llevarse el Oscar a mejor película

El gigante del streaming va por la revancha tras haber apostado fuerte en años anteriores con El irlandés y Roma. Ahora, con Mank y El juicio de los 7 de Chicago, podría llegar la consagración de la plataforma en los codiciados premios de Hollywood. Un análisis sobre los dos films en carrera.

Laureano Manson
Laureano Manson domingo, 25 de abril de 2021 · 13:40 hs
Las chances que tiene Netflix de llevarse el Oscar a mejor película
Netflix apuesta por llevarse el Oscar a mejor película

Entre los tantos cambios de hábitos que trajo la pandemia, la situación de ver cine exclusivamente en casa, se transformó la tormenta perfecta para plataformas de streaming que no solo potenciaron su cantidad de suscriptores, sino que ahora se encaminan a la entrega del Oscar sin que sus films sean mirados de reojo por los votantes de la Academia, quienes en años anteriores claramente priorizaron las propuestas que se difundieron en salas. En esta coyuntura, Netflix busca la revancha por no haberse llevado el premio a mejor película con Roma y El irlandés, apostando en esta oportunidad por partida doble con Mank y El juicio de los 7 de Chicago

Con 10 nominaciones a los galardones de Hollywood - incluyendo película, director y actor protagónico - Mank es un estilizado relato que se interna en la trastienda de la escritura del guion de el legendario clásico El ciudadano. Las tensiones entre el guionista Herman J. Mankiewicz y el director Orson Welles, la batalla política y la crisis económica que sacudieron a los Estados Unidos en los años '30, así como también el esplendor de los grandes estudios que conquistaron su era de oro en medio de la debacle social; son algunos de los tópicos que aborda esta película dirigida por David Fincher, el hombre detrás de la cámara en notables películas como Pecados capitales, Red social y Perdida.

El nivel de perfección en todo lo que refiere a la ambientación de época y el refinado uso del blanco y negro, son el pasaporte directo para que este domingo Mank tenga muchas chances de llevarse los premios a fotografía, vestuario, maquillaje y diseño de producción. En cambio, en la carrera por el galardón más codiciado a mejor film, esta apuesta tiene en su contra su carácter eminentemente cinéfilo. Más allá de que cualquier espectador pueda entender que el meollo del relato gira alrededor de la lucha entre la integridad creativa de un guionista y la implacable maquinaria de Hollywood, solo espectadores afilados podrán decodificar la plena significación que tienen en esta historia personajes como Louis B. Mayer, Irving Thalberg, Willam Randolph Hearst y su pareja Marion Davies; entre otros.

La realización de Mank es un proyecto que estaba en carpeta desde hace muchos años, con un guion escrito por el fallecido Jack Fincher, padre del director. Al igual que El irlandés, se trata de una jugada ambiciosa en términos de producción, que solamente podía ser viable con el apoyo de un gigante como Netflix. A contramano de la solemnidad que pudo sofocar a esta película, el resultado general es una experiencia plenamente disfrutable, que de paso incentivará a espectadores ávidos de más información a asomarse al cine clásico de Hollywood o bien darle un vistazo a El ciudadano.

Gary Oldman tiene el magnetismo necesario para estar en el centro de la escena en su rol de un artista superlativo que incomoda a la industria con su carácter de indomable borrachín. A favor, hay que decir que Mank no se enmarca en los típicos lineamientos de toda biopic, ni tampoco es un film destinado a glorificar a su personaje central. Pero también hay que señalar que la película abre demasiadas puertas, y aunque nunca pierda su eje central, deja algunos de los temas y personajes con sabor a poco. Narrativamente, al igual que la célebre película de Orson Welles, está planteada a través de una serie de idas y vueltas en el tiempo con  flashbacks que conquistan algunos momentos notables. Mank es una propuesta más intelectual que emocional. Esto no quiere decir que esté dominada por una impronta soporífera, la historia discurre con gracia y sin mayores pretensiones, aunque se extraña la garra sensible del cine de aquella era a la que retrata.

La otra apuesta de Netflix para la gala de este domingo es El juicio de los 7 de Chicago. Basada en un sonado hecho real, la película gira alrededor del largo litigio legal que atravesaron un puñado de líderes activistas, acusados de incentivar un violento enfrentamiento con la policía en las protestas contra la Guerra de Vietnam en la Convención Nacional Demócrata en Chicago en 1968.

Narrada con un pulso ágil por el experto guionista Aaron Sorkin (Red social, El juego de la fortuna), esta película da en la tecla a la hora de abordar un hecho del pasado medianamente reciente que conmocionó a los Estados Unidos, y conectar la trastienda de aquel episodio que mostraba una sociedad agrietada, con la actual polarización que sacude un país pasado por la presidencia de Donald Trump.

A pesar de que el film esté impregnado de una filosa mirada hacia la política y los turbios manejos de la justicia, Sorkin en ningún momento cae en la tentación de la solemnidad discursiva. El juicio de los 7 de Chicago entretiene y emociona con la nobleza característica del Hollywood clásico, a la vez que dispone en pantalla un festín de reconocibles figuras como Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Michael Keaton, Mark Rylance y Frank Langella; quienes lejos de pelear por el brillo personal, saben ponerse al servicio de lo que le tienen que aportar al relato. Entre ellos, despunta Baron Cohen con su acertado arsenal de recursos humorísticos, brindándole las necesarias bocanadas de distensión a esta dramática historia que, como todo film sobre juicios realizado en Hollywood, tiene un pie puesto en los mecanismos del thriller.

A la hora de alzarse con el Oscar a mejor película, esta producción tiene un par de puntos en contra. Aaron Sorkin está nominado por el guion, pero no por su labor como director, escollo que complica un poco las cosas, pero que no es determinante ya que en algunas oportunidades el principal galardón de la Academia fue ganado por films de directores ninguneados en las candidaturas. Pero sin dudas, lo que más podría obstaculizar el triunfo de El juicio de los 7 de Hollywood, teniendo en cuenta que en estos últimos años los votantes han estado muy atentos a la diversidad y la corrección política, es la carencia de una mujer como pieza clave del relato.

 

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