Entrevista MDZ

Margarita Bullrich: “Soy fan de mi papá, la primera canción que escribí fue para él”

Es la segunda de cinco hermanos y está dando sus primeros pasos como cantante. Tiene una relación muy íntima con su papá, el exsenador Esteban Bullrich, confiesa que escuchar su diagnóstico de ELA fue muy duro pero que pronto el enojo se transformó en misión.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen jueves, 22 de diciembre de 2022 · 10:00 hs
Margarita Bullrich: “Soy fan de mi papá, la primera canción que escribí fue para él”

“Mi papá tiene un corazón de hierro, es muy fuerte”, dice con admiración Margarita Bullrich luego de revelar que el diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que él hizo público hace poco más de un año y medio “modificó las relaciones y nos unió mucho”. Ella es la segunda de los cinco hijos que tienen de Esteban Bullrich y María Eugenia Sequeiros. Su hermana mayor es Luz, le siguen Agustín, Lucas y Paz. Siempre fueron muy unidos. Tanto, que la joven artista la nombra como parte de su identidad. 

“Creo que me define mi música, mi pasión por eso, mi familia y mi fe”, dice y acota que es una persona muy sociable y muy independiente. Marga estudia comedia musical desde hace una década y se forma como artista en Otro Mundo, la escuela de arte de Cris Morena, a quien admira desde que -cuando era pequeña- miraba Chiquititas. “Siempre me encantó su trabajo. Me parece que es una genia. Estudiar ahora ahí es un placer, algo que disfruto un montón. Es un lugar de mucha inspiración, mucha música, mucho arte todo el tiempo”, explica y agrega: “Soy muy feliz ahí”. 

Este año hizo emocionar a todos en su paso por La Voz. No sólo por su forma de cantar y la capacidad de transmitir emociones sobre el escenario sino también porque eligió, para una de sus presentaciones, cantar en lengua de señas Aprender a volar. Y a la emoción se sumó la sorpresa de que apostara a la inclusión de una forma tan contundente. 

-¿Cómo fue para vos empezar a mostrarte como artista más allá de tu familia y tus amigos?
-Fue un cambio muy grande. Siempre fui muy fan de la música. Desde muy chica escuchábamos mucha música en mi casa la verdad es que antes de estar en La Voz nunca había cantado en ningún lado. SIempre con mi familia, mis amigos, cosas chiquitas pero no en público. Y ese cambio me hizo darme cuenta del talento que tenía y lo que podía dar a los demás. Fue un nuevo resurgir mío que me llevó a enamorarme otra vez de la música que es algo que quizá venía perdiendo un poco. 

-¿Qué música escuchabas?
-Me encanta conocer artistas nuevos, conocer géneros, pero más que nada pop, rock, rock nacional. Mucho de Queen con mi familia, con mi papá, y mucha música argentina también porque él siempre nos re educó en eso. 

-Estás estudiando para dedicarte a esto… 
-Quiero ser cantante. Mi sueño es estar en un escenario toda mi vida. Pero la verdad es que nadie sabe lo que va a pasar en el futuro. Entonces no sé a qué me llevará la vida, pero estoy trabajando mucho para eso, aprendiendo mucho, trabajando mucho en mi música. Ahora estos tomando el tiempo para aprender, conocer y nutrirme para poder sacar algo después. 

-¿Escribís tus canciones? ¿Qué te inspira?
-Sí, escribo. Me inspira lo que me va pasando, mi familia, mis amigos. Soy muy fan de escribir lo que siento. No me sale inventar algo, no puedo. Ojalá pudiera porque es mucho más fácil así. 

-¿Te acordás cuál fue la primera canción que escribiste?
-¡Sí! La primera canción que escribí fue para mi papá. Desde hace años que escribo pero nada en concreto y el año pasado escribí la que canté en el Movistar Arena para mi papá. La hice para que la gente se pueda sentir identificada. No nombre nada, ni a mi papá, ni a mí sino que la hice como algo más abstracto que la gente pudiera escuchar y que tuviera que ver con lo que están viviendo y lo puedan sentir ellos también. 

-¿Cómo te gustaría que te reconozcan?
-Quiero que cuando me vean, vean a Dios, que pueda transmitir alegría, perseverancia y que todos sepan sepan los momentos difíciles son eso: difíciles y todos los pasamos. Todos lloramos y nos enojamos... Lo importante es cómo salimos de eso.

Fortaleza y mucho amor: herencia de familia

La familia de Margarita siempre fue muy unida. Mucho antes de que Esteban Bullrich fuera diagnosticado con ELA, levantaba la bandera de la familia como institución clave de la sociedad, como espacio de amor, de acogida y de entrega. 

Lejos de esconder sus valores, los defendió a capa y espada. Y también reveló cada vez que pudo su modelo de familia: la Sagrada Familia de Nazaret. No es extraño que Margarita tenga una esperanza inquebrantable, un amor cariñoso por su familia y una fe que, como ella dice parafraseando el Evangelio, “mueve montañas”. 

-¿Qué heredaste de tu papá? 
-Creo que la fortaleza. Me considero una persona bastante fuerte de espíritu. También heredé su perseverancia, respeto y firmeza. La capacidad de, con respeto y desde un lugar humilde, mostrarme firme con lo que creo y lo que soy. 

-¿Siempre tuviste esa relación tan cercana con él?
-¡Siempre! Siempre fui muy de fan de mi papá, pero la verdad es que se fortaleció mucho más nuestra relación -y la de toda la familia- después del diagnóstico. Ahí nos acercamos todos muchísimo más. 

-¿Sos la mimada de papá?
-No sé. O sea, compartimos la música. Yo siempre fui muy cercana… (risas)

-Y de tu mamá, ¿qué heredaste? 
-Soy mucho más parecida a mi papá. Ojalá hubiera heredado más de mi mamá. Pero creo que la capacidad de amar tan grande que tiene. Y más fortaleza, que es algo que herederos de los dos. También la capacidad de entrega que ella tiene. Siempre trato de aprender y de imitarla cada vez más 

-¿Cómo es ella?
-Mi mamá es de otro mundo. La fuerza que tiene esa mujer es impresionante. Ver a la persona que más amás en el mundo, a la que le prometiste todo, sufriendo de esta manera y esta impotencia de no poder hacer nada para que se cure es algo muy fuerte y ella lo vive con una sonrisa, amándonos siempre, cuidándonos mucho a nosotros, sin perdernos de vista y estando pendiente para cada uno de nosotros. 

ELA: el diagnóstico que revolucionó todo

“Fue duro. Muy duro”, dice Margarita al recordar el momento en el que se enteró del diagnóstico de su papá. “Yo ya conocía la ELA por el challenge del balde de hielo y agua fría que se había viralizado un tiempo antes”, confiesa. 

“Cuando volvió papá y nos contó que le habían diagnosticado ELA y nos dijo: ‘Me voy a hacer viejo más rápido’, porque mis hermanos más chiquitos capaz no entendían tanto. Yo la conocía y fue muy duro porque sentís impotencia por no poder hacer nada por la persona que tanto amás”, afirma. 

“Él tiene un corazón de hierro, es muy fuerte”, comenta Margarita Bullrich y confiesa que si bien cada uno pasó por su momento de enojo o algo similar, después cambiaron la mirada. “Pasamos del por qué, que él siempre lo dice, que después lo transformamos en un ‘para qué’ como familia. Pero bueno, el paso real lo hizo él”.

-¿Cuál es ese para qué?
-Creo que todavía lo sigo descubriendo de a poco, pero lo principal es mostrar que existe esta enfermedad. El contexto se fue dando en La Voz y mi meta siempre fue concientizar. No me importaba si llegaba a la final o no -obvio que estos feliz por dónde llegué- pero lo más importante era que la gente pudiera ver de qué se trataba la ELA, que se conociera esta enfermedad que no es tan conocida y para la que se necesita encontrar la cura. 

-¿Y como familia?
-Ahí pienso que tiene más que ver con la unión de la familia y la importancia que tiene hoy en día, cuando hay tantos mensajes que destruyen esa imagen. En ese sentido, hay valores que es importante fortalecer. Principalmente la humildad, mi papá habla mucho de la humildad, pero no la falsa humildad que es hacerte menos que el otro ni eso de creerte menos que alguien sino la real que implica reconocer nuestros defectos y también nuestras virtudes. Y otro valor clave es el amor. 

-¿Por qué?
-Siento que hoy se pierde un poco el amor real, el que implica entregarse, el incondicional.

Así se celebra la Navidad en lo de los Bullrich

"Celebramos la Navidad todos juntos. A la mañana rezamos en familia", comenta Margarita Bullrich. Dice que disfruta cada momento de esta celebración. Su forma de expresarlo es una muestra más de cómo los une la fe.

La misma que los hizo peregrinar a los pies de la Virgen del Cerro en Salta. "Decidimos hacer la peregrinación como familia. Para nosotros sumaba mucho, fue aprender a entregarnos y ese camino lo hicimos unidos como familia. Lo hicimos por todas las personas que sufren esta enfermedad y también por papá y con muchas intenciones en el corazón", cuenta refiriéndose a la caminata que hicieron en familia y con amigos en octubre de 2021.

Comenzaron su peregrinación en Jujuy y luego de varios días llegaron a Salta. "Tres días y llegamos al Cerro de la Virgen, en Salta. Estábamos cansadísimos, llevábamos un montón de tiempo caminando. Recuerdo que yo estaba abajo y empecé a escuchar aplausos. Papá nos había dicho que no venía, se cansaba muy rápido. Y de la nada escuché: '¡Vamos Esteban!' Y con Luz, mi hermana más grande, nos dimos la mano y empezamos a correr hasta la ermita que está arriba". 

Margarita hace un paréntesis: "Quiero pedirle perdón a la gente que estaba ahí porque seguro empujé a alguien o sea, no miré nada más". 

Y entonces fue el momento más importante: "Lo ví a papá llegando después de tanto esfuerzo. Estaba hí, con una sonrisa y tanta paz", cuenta emocionada Margarita y agrega: "Con mucho gozo en el corazón fuimos corriendo a abrazarlo todo, llorando obviamente. Y nada, ahí nos apoyamos en la ermita, ahí empezó el rosario y fue algo como lindísimo".

La hija de Esteban Bullrich recuerda un diálogo que tuvo con su hermana en ese momento. "Le dije 'se va a curar, se va a curar' y mi hermana me dijo: 'Quizás no'. Y yo me ahí me dí cuenta de que no es todo el que se cure. Obvio que a mí me encantaría que vuelva a ser mi papá, hablar con él, pero encuentro en él una espiritualidad tan grande y tan poderosa. Y nosotros también que creemos mucho más importante curar nuestras almas más que el cuerpo y que sea lo que Dios quiera", dice y acota con una sonrisa: "Obvio, siempre (estamos) rezando por un milagro"

 

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