Carne a las brasas en el corazón de la Ciudad

Fue una velada agradable y relajada para dos. El ambiente íntimo, la luz y música suaves hacen de este restaurante el lugar perfecto para una cita romántica. La antigua casa de principios del siglo pasado diseñada por el arquitecto Ramos Correas (el mismo que diseño en Anfiteatro Frank Romero Day y la Plaza Independencia), es una belleza llena de detalles que aún conserva molduras y vitrales originales.

Habían varias parejas y grupos de amigos, y también algunos extranjeros que hablaban en un tono algo intenso, pero igual pudimos conversar.

Comenzamos con la llegada de una gran panera (con grisines y panes saborizados aparentemente recién horneados) y berenjenas en cubitos hechas en escabeche. Fuertes y muy sabrosas, ¡ya necesitábamos el vino!

Elegimos un malbec de Navarro Correas, fácil de tomar y buen complemento para los principales que habíamos pedido.

¿Entradas? solo una ensalada fresca, con peras y queso azul, liviana, ya que nos esperaban suculentos platos para el siguiente paso. Si sos de buen comer, pedí algo más substancioso, en la carta hay empanadas, bruschettas y un ceviche (del cuál me han hablado muy bien, será la próxima).

Después vino un Filet Gran Masala (un destacado por el chef en la carta - que aclaremos ya no es Max Casá). Tiernísimo y muy sabroso, condimentado con especias. Lo quisimos en un punto de cocción 3/4, o sea cocido pero levemente rosada por dentro. Se vería muy solito en tremendo plato, quizás unas hojitas hubieran ayudado a la presentación. Acompañamos con una ensalada de hojas verdes, palta y bocconcinos.

También pedimos unos Raviolones de Osobuco: Infartantes. La masa finita, casera, fresca. El relleno potente, exquisito, no hizo falta el queso rallado. Todo envuelto en una mezcla de crema y el jugo del osobuco. Chapeaux!

Y el postre? la cena culminó con una selección de dulces y quesos para compartir (membrillo, alcayota y zapallitos en almíbar).

Lo que más nos gustó: La calidad del filet, muy tierno y en el punto deseado (el chef sabe lo que recomienda). La masa de los ravioles, impecable. (Buena carne y buena pasta, ¡no es imposible!) Detalles cuidados como las copas con el propio logo del restaurante grabado, el cuchillo especial para carne, y el servicio muy atento.

Lo que menos nos gustó: La mesa que nos tocó era pequeña y nos resultó incómoda para dos. En la decoración falta un toque más de color a parte de los vitrales, el ambiente se siente triste quizás por el tono de las paredes. El filet estaba tibio, no caliente como debería.

Sugerencia: si vas, hacé un recorrido por la casa. Es lindo ver una propiedad tan antigua en excelente estado (ha sido declarada monumento histórico provincial). Antes de abandonar el restaurante, pasá por la cava si no lo has hecho antes para elegir el vino.

Tuvimos una buena noche, comimos rico y nos atendieron bárbaro, ¿qué más se puede pedir?

INFO ÚTIL
. Tel. Reservas: 0261 4232387
. Horarios: Abierto todos los días desde 18:30 hs al cierre.
. Precios: Entradas $35 a $70, Ensaladas de $50 a $75, Pastas $60 a $80, Carnes $55 a $100, Postres $25 a $40.
. Hay menú vegetariano y para celíacos. No hay estacionamiento. Se reciben tarjetas.

GLOSARIO: Puntos de la carne en Ocho Cepas
. Inglés: Sellada por fuera y cruda por dentro.
. A punto: Cocida por fuera, roja por dentro, muy jugosa.
. 3/4: Cocida por fuera, levemente rosada por dentro. Menos jugo.
. Cocido: Cocida por dentro y por fuera. Marrón en el centro.

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Dos más Dos - Marketing Gastronómico
Alicia Sisteró / @aliciasistero
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dosmasdosmarketinggastronomico

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NOTA DE LA REDACCIÓN: esta crítica es independiente. Los autores de la misma no tienen relación económica ni comercial con los lugares mencionados.