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Tres pueblos de Buenos Aires donde la identidad originaria sigue presente

En la provincia de Buenos Aires existen localidades que aún conservan en su nombre, sus tradiciones y su historia la huella de las comunidades originarias.

Conocé estos tres pueblos bonaerenses que conservan la huella de los pueblos originarios.

Conocé estos tres pueblos bonaerenses que conservan la huella de los pueblos originarios.

Gobierno Argentino

La provincia de Buenos Aires fue escenario de intensos encuentros y disputas entre conquistadores y comunidades originarias. Muchas de esas huellas aún se reflejan en nombres de ciudades, celebraciones populares, sabores típicos y relatos que perduran de generación en generación. Entre ellas, Maipú, Azul y Pehuajó son claros ejemplos de cómo la identidad bonaerense está atravesada por ese legado.

Maipú, historia y naturaleza

El partido de Maipú lleva un nombre de origen mapuche que significa “allanar la tierra”. Su historia está marcada por la construcción de un fortín en 1815 a orillas de la laguna Kakel Huincul, donde además se firmó el célebre Tratado de Miraflores, que sellaba la paz entre nativos y huincas.

Hoy, Maipú conserva un espíritu rural: estancias, espacios tradicionalistas y la propia laguna invitan a quienes disfrutan de la pesca, el avistaje de aves y caminatas en medio de la arboleda.

Es conocida como la ciudad de la Amistad. Esto se debe a que en la ciudad se celebra cada año, en la primera quincena de febrero, la Fiesta Nacional del Carnaval de la Amistad..

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Este pueblo está ubicado en el importante eje de tránsito de la Autovía 2, que comunica a Buenos Aires con Mar del Plata.

Este pueblo está ubicado en el importante eje de tránsito de la Autovía 2, que comunica a Buenos Aires con Mar del Plata.

Azul, tierra de flores y cultura

El nombre de Azul proviene de la traducción araucana “Callvu Leovu”, en referencia al arroyo que cruza la ciudad y a la flor azul que crecía en sus orillas. Durante el período de Rosas, fue un punto clave en la frontera con los pueblos originarios.

Con el paso del tiempo, la ciudad fue sumando otros rasgos que la distinguen: en 2007 fue declarada “Ciudad Cervantina” por la UNESCO, gracias a la valiosa colección de Cervantes que alberga la Casa Ronco. Su entorno serrano, parte del sistema de Tandilia, ofrece paisajes únicos para actividades al aire libre como trekking, mountain bike y cicloturismo.

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Entrada al Cementerio de Azul, obra de Francisco Salamone.

Entrada al Cementerio de Azul, obra de Francisco Salamone.

Pehuajó, entre guaraníes y lagunas

El nombre de Pehuajó tiene raíz guaraní y significa “terreno pantanoso” o “estero profundo”. Fundada en 1875 por Dardo Rocha, su denominación se inspiró en la batalla homónima de la Guerra de la Triple Alianza y en la similitud de sus terrenos con aquellos del Paraguay. Hoy, Pehuajó es sinónimo de turismo de lagunas: La Salada, El Cuerú y Las Tres Marías son algunos de los destinos preferidos para la pesca de pejerrey. También sobresalen sus pueblos rurales como Guanaco, Juan José Paso y Francisco Madero, que permiten descubrir la vida tranquila del interior bonaerense.

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Pehuajó es un término de origen guaraní que significa

Pehuajó es un término de origen guaraní que significa "terreno pantanoso" o "estero profundo”.

Maipú, Azul y Pehuajó no son solo ciudades con nombres de raíces indígenas, son también destinos donde la historia y la naturaleza se entrelazan. Visitar estos lugares es sumergirse en un legado ancestral, pero también disfrutar de experiencias actuales: desde la pesca en lagunas hasta el turismo aventura en las sierras o las tradiciones rurales que invitan a compartir costumbres. Buenos Aires guarda así rincones donde el presente y el pasado conviven en armonía.