Tomar caña con ruda hoy trae suerte: el paso a paso para prepararla
¿Cómo preparar la receta de caña con ruda y obtener "protección total" luego de beberla? Todos los detalles en la nota.

"La caña con ruda contra el mal ayuda", asegura la creencia popular.
@aalmazen_____Cada 1 de agosto, en numerosos hogares argentinos se revive una costumbre que, aunque no aparezca en calendarios oficiales, une generaciones y regiones a través de un ritual muy particular: beber caña con ruda. Esta práctica es vista por muchos como un escudo contra las enfermedades invernales, un llamado a la salud y un refuerzo para el cuerpo y el alma.
Esta tradición tiene raíces en el saber ancestral de los pueblos guaraníes, quienes reconocían en la ruda una planta con cualidades curativas y protectoras. Con el tiempo, se sumó la caña blanca, un licor fuerte, que ayuda a conservar y potenciar las propiedades de la hierba. Así, esta mezcla se transformó en algo más que una simple bebida: es un talismán líquido cargado de simbolismo.
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La costumbre se ha arraigado con fuerza en distintas zonas del país. En algunos casos, se transmite como herencia familiar. En otros, surge como parte de una recuperación cultural. Lo cierto es que cada 1 de agosto miles de personas comienzan el día con un trago breve de caña con ruda.
Pasos para preparar la caña con ruda
La elaboración de la caña con ruda es sencilla pero requiere organización previa. Se necesita una botella de caña blanca (de medio litro o un litro) y ramas frescas o secas de ruda macho.
Primero se lava bien la planta y se coloca dentro del envase con la caña. Luego, el frasco debe taparse herméticamente y guardarse en un lugar fresco y oscuro para que la ruda infunda su aroma y sabor al licor.
El tiempo mínimo para dejar macerar es una semana, aunque muchos optan por prepararla con más de anticipación. La paciencia es fundamental: cuanto más tiempo repose, más potente será el resultado.
El ritual indica que al amanecer del 1 de agosto se debe tomar un pequeño sorbo en ayunas. Algunos creen que hay que beber tres tragos seguidos para asegurar la protección.
Esta costumbre nació en tiempos donde agosto era sinónimo de adversidad: frío intenso, hambre, enfermedades y pérdidas. Los pueblos originarios crearon así formas simbólicas para enfrentar estas dificultades. La caña con ruda fue uno de esos mecanismos protectores.