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Rincón de lectura en casa: por qué deberías tener uno y cómo hacerlo

No hace falta tener biblioteca ni un sillón carísimo. Con estos tips, podés tener un rincón de lectura que te abrace.

Tu espacio para leer puede ser tu lugar favorito del hogar.

Tu espacio para leer puede ser tu lugar favorito del hogar.

Tener un espacio propio dentro del hogar no siempre requiere una gran inversión ni metros cuadrados imposibles. A veces, alcanza con una esquina que tenga luz, una silla cómoda y algunos libros al alcance. Un rincón de lectura puede convertirse en ese refugio íntimo. Lo importante no es el tamaño del espacio, sino cómo se habita, ¡así que empecemos con los tips!

Tips para armar tu rincón de lectura:

Empecemos por lo esencial: la iluminación. No hay rincón de lectura sin una buena fuente de luz. Si tenés una ventana cerca, ubicate del otro lado. Pero si no, una lámpara de pie con brazo flexible o una de escritorio con temperatura cálida puede ser la aliada ideal. Buscá evitar los blancos fríos que cansan la vista. La idea es que el espacio invite a quedarte, a pasar del primer capítulo al tercero sin darte cuenta.

Después viene el asiento. No hace falta que sea un sillón enorme ni de diseño extravagante, aunque si lo tenés, mejor. Un banquito con almohadones, una silla de mimbre con manta tejida o incluso una alfombra mullida con pufs pueden funcionar si están bien dispuestos. El objetivo es encontrar una postura cómoda sin que se pierda la intención estética del espacio. Que se vea lindo pero que también se sienta bien.

Los textiles hacen la atmósfera. Una manta doblada con textura, un almohadón grande, una cortina liviana. Todo lo que sume calidez es bienvenido. Incluso una vela aromática o un difusor de esencias puede cambiar la energía del espacio.

La lectura puede ser un buej ejercicio para el desarrollo del cerebro del bebé. Foto: GETTY IMAGES
Desde la lámpara hasta la manta, armá tu rincón de lectura.

Desde la lámpara hasta la manta, armá tu rincón de lectura.

No subestimes el poder de una mini biblioteca. No tiene que ser un mueble entero, con solo tener una repisa flotante o una caja de madera con algunos títulos seleccionados es más que suficiente. Lo ideal es que tenga tus favoritos y también aquellos pendientes que venís postergando. La cercanía física de los libros es una forma de no olvidarlos. Están ahí, al alcance de la mano, esperándote.

Y por último, personalizalo. Colgá una foto que te guste, poné una planta, usá una taza especial para ese espacio. Un rincón propio no se trata solo de decoración, sino de identidad, porque cuando la casa nos refleja, también nos contiene.