¿Hay que lavar el arroz antes de cocinarlo? La ciencia responde al eterno debate culinario
El enjuague del arroz divide opiniones: mejora textura y seguridad, pero puede reducir nutrientes. Esto dice la ciencia.

Enjuagar el arroz es, para muchos, un paso imprescindible.
CanvaEl arroz es uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Presente en la dieta de millones de personas, su preparación varía según la cultura y la tradición. En Asia y América Latina, enjuagar el arroz antes de cocinarlo es casi un ritual heredado de generaciones. Sin embargo, en los últimos años la ciencia se propuso analizar qué efectos tiene realmente esta práctica en la calidad nutricional, la seguridad alimentaria y la textura del grano.
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Lavar el arroz: beneficios y fundamentos
Enjuagar el arroz es, para muchos, un paso imprescindible. Diversos estudios y organismos internacionales destacan que este hábito contribuye a:
- Eliminar impurezas como polvo, restos de tierra o posibles insectos.
- Reducir contaminantes ambientales, entre ellos trazas de pesticidas o arsénico inorgánico.
- Disminuir el exceso de almidón superficial, lo que ayuda a que los granos queden más sueltos y menos pegajosos.
Investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile señalan que lavar el arroz favorece la separación de los granos, mejorando la textura final. En la misma línea, la Harvard Medical School indica que el lavado influye en la gelatinización del almidón y, en consecuencia, en la consistencia del plato.
Seguridad alimentaria: un factor clave
Más allá de lo culinario, la seguridad alimentaria es uno de los argumentos centrales a favor del lavado. El Codex Alimentarius, elaborado por la FAO y la OMS, establece límites internacionales de arsénico en el arroz pulido (0,30 mg/kg de arsénico total y 0,20 mg/kg de arsénico inorgánico). Además, recomienda medidas domésticas como el lavado y la cocción con abundante agua para reducir la exposición a este contaminante.
Estas recomendaciones refuerzan la idea de que un enjuague previo es una medida preventiva adicional que cada consumidor puede aplicar en su cocina.
¿Se pierden nutrientes al lavar el arroz?
El principal argumento en contra del enjuague tiene que ver con la pérdida de nutrientes. Algunas investigaciones advierten que un lavado demasiado intenso o repetido puede arrastrar vitaminas del grupo B (como ácido fólico y niacina) y minerales presentes en la capa externa del grano.
Por ello, especialistas recomiendan un lavado breve y delicado, suficiente para retirar impurezas y almidón, pero sin prolongar el contacto con el agua para no comprometer el valor nutricional del cereal.
Cómo lavar el arroz de manera correcta
Los expertos sugieren enjuagar el arroz bajo agua fría siguiendo un procedimiento sencillo:
- Colocar el arroz en un recipiente.
- Cubrir con agua y mover suavemente los granos.
- Desechar el agua y repetir el proceso dos o tres veces, hasta que el líquido se vea casi transparente.
Este método elimina impurezas sin afectar demasiado los nutrientes. En el caso del arroz para sushi, la técnica es aún más rigurosa, ya que de ella depende la textura ideal de los granos.
Cocción y conservación de nutrientes
La forma de cocinar el arroz también influye en su aporte nutricional. Para minimizar pérdidas de vitaminas y minerales, se recomienda usar la cantidad justa de agua: dos tazas por cada taza de arroz. Así se evita descartar líquido con nutrientes disueltos.
Un tip adicional es añadir unas gotas de vinagre al agua de cocción. Según Harvard, el ácido acético modifica la estructura del almidón, mejora la digestibilidad y ayuda a conservar el arroz por más tiempo al generar un entorno menos favorable para bacterias.
¿Qué tipo de arroz es más saludable?
El arroz integral conserva el salvado y el germen, lo que lo convierte en la opción más nutritiva. Aporta fibra, antioxidantes y vitaminas del grupo B, beneficiosos para la digestión y el control glucémico.
Otras variedades como el arroz rojo, negro o morado destacan por su alto contenido de antocianinas, potentes antioxidantes que protegen contra el daño celular. En contraste, el arroz blanco, el más consumido, pierde buena parte de estos nutrientes durante el proceso de refinado.