Cuándo hay que ir al psicólogo: las señales que el cuerpo envía y no conviene ignorar
Ansiedad, insomnio y estrés sostenido son señales del cuerpo que indican que es hora de buscar ayuda profesional.

Consultar a un psicólogo no implica estar "mal", aseguran los especialistas.
CanvaEn un contexto en el que la salud mental gana cada vez más visibilidad, muchas personas aún se preguntan en qué momento es necesario acudir a un psicólogo. La psicóloga Marisa Adaro (MP 2279), con más de veinte años de experiencia en el abordaje integral del bienestar emocional, ofrece respuestas clave para reconocer esas señales internas que el cuerpo y la mente emiten cuando algo no está bien.
“El cuerpo habla cuando no podemos expresar lo que sentimos. Lo que no se libera, el cuerpo lo somatiza”, advierte Adaro, quien se especializa en Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), un enfoque que une el estudio de las emociones, el sistema nervioso, endocrino e inmunológico.
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El objetivo es entender cómo las emociones y el estrés influyen en la salud física, y viceversa. “Solo podemos hablar de salud cuando entendemos al ser humano como un todo integrado. No somos partes separadas”, explica la especialista.
El cuerpo como brújula emocional
Según la especialista, las primeras señales suelen aparecer como síntomas físicos o anímicos: trastornos del sueño, cambios en los hábitos alimentarios, enfermedades recurrentes o estados de angustia y ansiedad sin una causa aparente. “Cuando estos síntomas comienzan a interferir con la vida cotidiana, es fundamental pedir ayuda”, afirma.
La autoobservación -es decir, la capacidad de prestar atención a lo que sentimos y pensamos- es el primer paso para iniciar un proceso de autoconocimiento y redescubrimiento personal. “Es lo que permite volver al centro, contactar con uno mismo y encarar un camino de bienestar emocional”, señala.
El riesgo de vivir desconectados
Ignorar las señales del cuerpo puede llevar a un estado de incoherencia interna, explica Adaro. “Pensamos una cosa, sentimos otra y actuamos de forma contraria. Esa desconexión nos lleva a vivir vidas que no elegimos, que nos enferman y nos alejan de nuestro propósito”.
En su práctica clínica, observa cómo el estrés crónico impacta directamente sobre la salud física. Altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, alteran el equilibrio químico del organismo y lo mantienen en un estado de alerta constante. “Si no logramos volver rápidamente a un estado de calma, esa tensión sostenida se transforma en enfermedad”, agrega.
La importancia de escuchar el cuerpo desde la infancia
Para Adaro, la escucha activa del cuerpo debe fomentarse desde la niñez. “El adulto es quien primero debe validar las emociones del niño. Si mamá y papá escuchan con empatía, el niño aprende que expresar lo que siente es saludable”, sostiene. Esta base emocional es clave para el desarrollo posterior.
En casos en los que ya existen síntomas físicos o emocionales visibles, el trabajo interdisciplinario entre psicólogos, médicos y otros profesionales de la salud es esencial. “No se puede abordar una enfermedad física sin comprender su raíz emocional. Todo está conectado”, asegura.
¿Es hora de pedir ayuda?
Consultar no debería ser un último recurso, sino un acto de cuidado personal. “A veces creemos que estamos conectados porque pasamos el día en redes sociales, pero ¿cuánto de eso nos conecta realmente con nosotros mismos?”, se pregunta Adaro. “Buscar ayuda profesional es una forma de empezar a elegir una vida más consciente, más alineada con nuestros verdaderos deseos y necesidades”, finaliza la profesional que pertenece al staff de Centro Médico Echeverría.