Cómo eliminar las callosidades de los talones y lucirlos sin vergüenza este verano
Con el calor y el uso de sandalias, los talones secos o agrietados vuelven a ser un problema común.
Consejos simples y seguros para mejorar el aspecto de los atlones sin tratamientos invasivos.
FreepikCon la llegada del verano, vuelven las ojotas, las sandalias y los pies al descubierto. Para muchas personas, eso significa enfrentar un clásico de la temporada: los talones resecos, con piel endurecida o con callosidades. Si bien es un problema muy común, existen cuidados simples que permiten mejorar su aspecto de manera progresiva y sin recurrir a tratamientos agresivos.
Los especialistas en podología aclaran que las callosidades no aparecen “de un día para otro”. Son el resultado de la fricción, la sequedad y, muchas veces, el uso de calzado inadecuado. La buena noticia es que pueden reducirse con constancia y hábitos saludables.
Te Podría Interesar
Remojar los pies: el paso que marca la diferencia
Un baño de pies es uno de los métodos más efectivos para ablandar la piel endurecida. Basta con sumergirlos durante 10 a 15 minutos en agua tibia. Puede añadirse sal gruesa o unas gotas de aceite esencial para potenciar el efecto suavizante. Este paso prepara la piel para los cuidados siguientes.
Exfoliación suave, nunca agresiva
Una vez que la piel está más blanda, se recomienda usar una lima o piedra pómez con movimientos suaves y circulares. La idea no es eliminar toda la piel en un solo intento, sino hacerlo de manera gradual para evitar irritaciones.
Los expertos aconsejan no usar hojas de afeitar ni objetos cortantes, ya que pueden generar heridas o infecciones. La constancia —dos o tres veces por semana— es más efectiva que un “raspado” brusco.
Hidratación diaria: el secreto del talón perfecto
La crema adecuada puede transformar la textura de los talones en pocos días. Las más recomendadas son las que contienen urea, glicerina o manteca de karité, ya que aportan hidratación profunda. Lo ideal es aplicarlas por la noche y, si es posible, colocar medias de algodón para potenciar la absorción.
Durante el día, conviene repetir una hidratación ligera, especialmente si se utiliza calzado abierto que favorece la sequedad.
Evitar el calzado que empeora el problema
Las ojotas y sandalias planas son cómodas para días calurosos, pero pueden aumentar la fricción y la resequedad del talón. Alternar con calzado cerrado y cómodo, o elegir sandalias con mejor soporte, ayuda a evitar que el problema reaparezca.
Una rutina semanal que mantiene los resultados
Una buena estrategia para el verano es implementar una rutina semanal:
- Baño de pies
- Exfoliación suave
- Hidratación intensiva
- Corte de uñas y revisión general del pie
Este esquema simple evita que la piel vuelva a engrosarse y mantiene los talones suaves durante toda la temporada.
Cuándo consultar a un profesional
Si las callosidades son muy dolorosas, aparecen grietas profundas o hay signos de infección, lo más seguro es acudir a un podólogo. En esos casos, la intervención profesional evita complicaciones y permite encarar un tratamiento adecuado.



