Cómo conciliar el sueño en medio de las jornadas de calor
Con noches cada vez más cálidas y tardes que superan los 35°C, muchos mendocinos enfrentan dificultades para descansar. Consejos prácticos para conciliar el sueño en plena ola de calor.
Los especialistas explican que el cuerpo humano necesita descender su temperatura interna para iniciar el ciclo de sueño.
CanvaLas altas temperaturas de noviembre en Mendoza -que por las tardes superan los 30°C- están generando un desafío cotidiano: dormir. Con noches cálidas, poca ventilación y un descanso que se vuelve esquivo, muchos mendocinos buscan estrategias para conciliar el sueño sin depender exclusivamente del aire acondicionado.
Los especialistas explican que el cuerpo humano necesita descender su temperatura interna para iniciar el ciclo de sueño profundo. Cuando el ambiente supera los 25°C, este proceso se dificulta y aparecen síntomas como dificultad para dormirse, despertares frecuentes y sensación de agotamiento a la mañana siguiente.
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Ambientes frescos y ventilación inteligente
La recomendación más efectiva es preparar el dormitorio desde temprano. Mantener las ventanas y cortinas cerradas durante las horas de mayor radiación ayuda a bloquear el calor. Recién cuando cae el sol, conviene ventilar para generar corrientes de aire que refresquen el espacio.
Los ventiladores también cumplen un rol clave. Si el calor es muy intenso, se puede colocar un recipiente con agua fría o hielo frente al flujo de aire para bajar algunos grados la temperatura del ambiente. Aunque parezca un truco sencillo, puede marcar la diferencia durante la madrugada.
Ropa de cama liviana y tejidos naturales
Las telas pesadas o sintéticas son enemigas del descanso en noches calurosas. Los expertos recomiendan usar ropa de cama y pijamas de algodón, lino o fibras naturales, que permiten que la piel respire y reducen la humedad corporal. También puede ayudar una ducha tibia (no fría) antes de acostarse para facilitar el descenso gradual de la temperatura interna.
Hidratación equilibrada, pero sin excesos
El calor aumenta la pérdida de líquidos y, con ella, la sensación de malestar. Sin embargo, es preferible hidratarse durante el día y evitar grandes cantidades de agua justo antes de dormir para no interrumpir el descanso con visitas al baño. Beber pequeñas cantidades y evitar el alcohol y las bebidas muy azucaradas también favorece el sueño reparador.
Aire acondicionado: sí, pero con moderación
Muchas familias optan por prender el aire acondicionado durante la noche, pero los médicos recomiendan mantenerlo entre 24°C y 26°C para evitar cortes bruscos de temperatura que pueden provocar resfríos, sequedad nasal o irritación de garganta. El modo “sleep” es una opción útil, ya que regula automáticamente la intensidad durante la madrugada.
Cenas livianas y desconexión digital
Las comidas pesadas obligan al cuerpo a seguir trabajando cuando debería relajarse. Por eso, se aconseja optar por platos suaves, como verduras, frutas o carnes magras. Además, reducir el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir evita la exposición a la luz azul, que altera la producción de melatonina.
Cuando el calor no cede, la siesta puede ser aliada
Para quienes pasan noches realmente complicadas, una siesta breve —de no más de 20 a 30 minutos— puede ayudar a recuperar energía durante el día sin afectar la conciliación del sueño nocturno.



