Este paraíso de aguas turquesa está en el interior de un cráter y se puede visitar

En Las Azores, este pequeño paraíso en la tierra enamora a turistas de todo el mundo. Sus color azul turquesa intenso y sus paisajes de ensueño lo convierten en una pequeña isla idílica al que todo viajero desearía ir para nadar en esas tranquilas aguas.

Se trata del islote de Vila Franca do Campo (Ilhéu de Vila Franca do Campo), uno de los sitios naturales más atractivos y visitados situado en la costa sur de la isla de São Miguel de Azores, a 1 kilómetros de la costa de la ciudad del mismo nombre.

Esta joya natural se encuentra nada más y nada menos que dentro de un cráter volcánico, algo que lo hace aún más maravilloso y deseado. "Es la parte emergente de un pequeño volcán submarino que se originó hace 4 mil años. Su forma actual es el resultado de la erosión marina sobre el cono volcánico, y los bordes del cráter forman en realidad dos islotes: el islote pequeño (Ilhéu Pequenino) y el islote grande (Ilhéu Grande)", expresan en el sitio turismoazores.es.

En este cráter se forma una auténtica piscina natural donde los locales y visitantes disfrutan dándose un refrescante chapuzón durante todo el día. Se trata de una bahía circular con unos 150 metros de diámetro, cuyo canal de entrada y las fisuras del cráter son de roca basáltica y se corresponden con las zonas más afectadas por las olas.

La isla además es uno de los sitios con más biodiversidad de esta zona, allí es posible conocer flora y fauna endémica de las Azores. En 1983 se convirtió en Reserva Natural para protegerlo contra el uso indiscriminado que se le estaba dando, privilegiándose la gestión sostenible de los recursos.

Para llegar al islote de Vila Franca do Campo es necesario tomar un ferry que tarda tan solo 5 minutos desde la marina de Vila Franca. Hay que tener en cuenta que este servicio de ferry solo funciona de junio a octubre. Además, es posible contratar excursiones que van a la isla y con las cuales se puede realzar snorkel, kayak, buceo, entre otras actividades para disfrutar de la belleza y tranquilidad del lugar.

Siguiendo la línea de preservación de este paraíso natural, hay un cupo de ingreso al islote. Solo 400 personas por día pueden arribar hasta Vila Franca do Campo.