Las razones que hacen a Carlota Casiraghi la verdadera mujer Chanel

Carlota Casiraghi no tiene título nobiliario, pero sí forma parte de una de las familias nobles europeas: la casa Grimaldi. Sus abuelos fueron el Príncipe Raniero III de Mónaco y la actriz Grace Kelly, mientras que su mamá es la Princesa Carolina de Mónaco y su papá era Stefano Casiraghi, empresario y deportista italiano que falleció en 1990.

Aunque no posea el título de Princesa o Reina, Carlota Casiraghi sí puede demostrar que el estilo corre por sus venas. Tanto su abuela, ícono clásico de la moda, como su madre, famosa por su elegancia y sobriedad, son dos de sus grandes influencias en su vida y lo prueba en cada una de sus apariciones. Pero, desde el primer momento, no lo hizo sola.

Chanel, marca cabecera de la familia Grimaldi, adoptó a Carlota Casiraghi como su musa principal desde pequeña. La joven no aceptaba modelar ni ser embajadora oficial de la casa de moda, pero sí apostar por sus diseños en alfombras rojas o eventos diplomáticos. Desde ese momento, la relación entre ambas partes se hizo más fuerte.

A la firma le pareció una buena idea captar a una mujer próxima a la realeza para que llevara sus looks. En una de sus primeras apariciones, la socialité llevó un vestido rosa pastel a la rodilla con escote barco, cintura baja y volados. La pieza poseía delicados detalles brillantes en la zona central y un moño negro en uno de los laterales. Para combinar, se decantó por sandalias negras con plataformas y tocado negro con tul.

Ese día, Carlota Casiraghi pasó a convertirse en la musa oficial de Chanel. A la vista podía notarse por qué la firma confió en ella: era una de las pocas mujeres en el mundo que podía lucir a la perfección el clásico corte de sus vestidos. Corte que se basa en la cintura baja y cuerpo recto, silueta difícil de defender debido a su estructura poco favorecedora para muchas, excepto para la noble.

El dúo se afianzó cada vez más y ya era un hecho de que Carlota Casiraghi vestiría Chanel si asistía a un evento. Este es uno de los ejemplos más claros de éxito entre Carlota Casiraghi y Chanel. La editora llevó un vestido de escote halter, cuerpo ajustado y falda corte A con transparencias, completamente bordado a mano en tonos empolvados.

Al solo añadir dos brazaletes y unas sandalias blancas, ella y su prenda brillaron por completo. Otra razón que estrechó el vínculo entre los dos: el poder de la elegancia sencilla por parte de Carlota. La nieta de Grace Kelly tiene un estilo inigualable, en el que mezcla el clasicismo y la modernidad sin fallas ni excentricidades. Esta es una clave particular que define a Chanel en cada una de sus colecciones y en su propia historia. 

Luego de varios años de confianza entre Carlota y la marca, finalmente la filósofa le dió el sí a Chanel: se convirtió oficialmente en su embajadora mundial. Esta fue la primera vez que una mujer de familia noble aceptaba ser parte de una firma internacional, de manera directa. Al develarse las primeras fotos, hubo críticas y elogios hacia la monegasca, pero Carlota decidió seguir con su elección.

Incluso, en uno de los últimos desfiles de la maison francesa, eligió un total look en denim, textil protocolarmente inadecuado por la monarquía, lo que causó muchos juicios negativos en torno a su imagen. Sin embargo, Carlota Casiraghi probó que su outfit de jeans pitillo, chaqueta y bolso, podía ser igual de elegante que cualquier vestido. 

Nuevamente, la empresaria formuló una lección de estilo junto a Chanel: el menos es más. Esa mítica frase de Coco Chanel es el lema de la casa francesa y no hay nadie que lo representa mejor que la sobrina preferida del Rey Alberto de Mónaco.

Es difícil elegir otro dúo dentro de la moda actual en el que la embajadora sea la verdadera mujer que represente a la marca por completo y durante muchos años. Carlota Casiraghi y Chanel lo lograron y esperamos que sea para siempre.