¡Cuidado!

El peligro oculto que hay en tomar vino en una copa incorrecta

Hay que tener en cuenta la forma y cómo la tomamos en el momento de degustar. Algunos detalles para que tu experiencia no fracase.

Federico Lancia
Federico Lancia viernes, 1 de octubre de 2021 · 11:52 hs
El peligro oculto que hay en tomar vino en una copa incorrecta

En muchas ocasiones, la inversión que hacemos en la compra de ese vino o ese obsequio tan apreciado que nos hicieron puede verse arruinada por la copa que usemos para degustarlo o simplemente en cómo la utilizamos cuando bebemos el vino

Si bien hay vinos más "flexibles" en su estilo que permiten un consumo más descontracturado, en líneas generales la experiencia con la mayoría de las etiquetas presentes en el mercado van a mejorar con una copa adecuada y con el correcto uso de esa copa. 

Ciertamente cada estilo de vino o varietales tienen hoy diseñadas copas especiales para afinar aún más la experiencia, pero vamos a referirnos a la copa "bomba" que funciona de manera correcta para la mayoría de los vinos.

Un experiencia en cadena

Si de manera correcta hemos puesto a temperatura ideal el vino que vamos a beber. Vale decir, los blancos (6º y 10º), rosados (9º y 12º) y tintos (15º y 18º), y la medida de servicio en la copa ha llegado al ecuador de la misma. Es decir, unos centímetros antes de la mitad de la misma, la experiencia ha comenzado bien. 

Es muy importante que tomemos la copa de su tallo, porque esto evitara en primera instancia que no modifiquemos la temperatura de servicio del vino, con la temperatura corporal que tenemos en el cuerpo. Es muy común este error porque puede resultar más cómodo, pero arruinará los aspectos sensoriales del vino. 

Sobre la medida servida también hay que prestar atención, porque si llenamos de más, cuando agitemos el vino para oxigenarlo, podemos hacer que el líquido escape de la misma y producir un desastre. 

Un vino que respire

En relación a la agitación que se hace del líquido en la copa, más allá que puede parecer snob o cool, tiene una razón real que tiene que ver con la liberación de aromas en el vino. 

Tengamos en cuenta, que el vino que probablemente descorchemos, haya estado varios años encerrado en barricas de roble y luego algunos más en la botella. 

Para poder empezar a sentir los verdaderos aromas y las sensaciones gustativas que el hacedor ideó tenemos hacer que el vino entre en contacto con el aire, es decir con el oxígeno para que se produzca ese efecto en la copa.

Por cual parece un tema menor dónde beberemos el vino, pero no lo es. Ni tampoco cómo lo hacemos.

Archivado en