Las mejores ideas para evitar el picoteo de comida por ansiedad
Estás en tu casa, buscando relajar para ver una peli en el sillón, te buscas tus snacks favoritos y procedes a verla. A medida que la tensión crece, te van quedando menos de esos tentempiés y recordás cuando también hacés un picoteo furioso mientras estás trabajando. Ahí está el estrés haciéndote comer a discreción, por lo que hay que buscar las mejores estrategias para controlar ese impulso que no está tan bueno.
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La alimentación emocional es una respuesta común ante situaciones de tensión, donde la comida se convierte en un escape. Christine Celio, de la startup Calibrate, explica que la clave es distinguir entre hambre física y emocional.
Una vez detectado eso, queda atacar el problema directamente con variantes que son más que simples y conocidas. Cabe recordar que cualquier ingesta es procesada por el metabolismo e ingerir algo no tan saludable puede hacer mella en nuestro organismo. El primer paso para evitar comer por estrés es tomar un vaso de agua, lo cual ayuda a identificar si la sensación es de sed o ansiedad.
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Otra técnica útil es escribir los factores estresantes en un papel, lo cual puede proporcionar claridad mental y reducir la impulsividad. Además, Susan Albers, psicóloga de la Clínica Cleveland, sugiere beber té para calmar los antojos de azúcar, una opción que además ofrece una pausa relajante.
Realizar una caminata de 15 minutos es un excelente método para despejar la mente y liberar endorfinas, mejorando el estado de ánimo. Pelar una mandarina, por su parte, es una técnica de relajación consciente que también aprovecha el efecto calmante del aroma cítrico.
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Optar por snacks saludables y sencillos, como tostadas con palta, es una manera de evitar comidas menos nutritivas y mantener una dieta equilibrada. La actividad física regular, ya sea caminar, bailar o hacer ejercicio en casa, también es un gran aporte para manejar el estrés y mejorar el ánimo.
Por último, pero no por eso menos importante, tomar una ducha puede ser un alivio inmediato para la ansiedad, gracias a los efectos relajantes del agua caliente. Estas estrategias ofrecen herramientas prácticas para manejar la alimentación emocional y promover hábitos más saludables, ayudando a las personas a mantener un equilibrio en su bienestar y a reducir lo más posible esa práctica de comer por estrés.
