Cuál es el hábito que practican las parejas más duraderas

Para que una relación amorosa funcione es necesario que ambas partes se esfuercen y pongan todo de sí de la misma manera, y así, construir un vínculo con cosas en común. Sin embargo, existen muchos motivos por los que la historia de amor se pueda terminar, aunque hay un hábito que practican las parejas más duraderas que permite encontrar un equilibrio en ellas.
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En ese sentido, para una convivencia armónica se deben establecer límites claros de manera a encontrar la distancia ideal entre los componentes de la pareja. Esto se explica a través del “dilema del erizo” ya que estos animales ajustan la distancia entre ellos para no lastimarse.
Qué es el “dilema del erizo”
El filósofo Arthur Schopenhauer planteó el “dilema del erizo” para graficar el equilibrio que debe existir, entre la cercanía y distanciamiento emocional, en las relaciones amorosas. Es así que, esta teoría describe que durante el invierno un grupo de erizos tratan de acercar entre sí para obtener calor, sin embargo, cuando lo hacen se terminan pinchando con sus espinas, por lo que para evitar dañarse se alejan sintiendo nuevamente frío.
Por ello, estos animales lo que hacen es encontrar una distancia intermedia, lo suficientemente cerca como para sentir calor y lo suficientemente alejada para no dañarse con sus espinas. Sin embargo, en los humanos este distanciamiento puede provocar final de la relación por lo que, si bien es beneficioso marcar bien los límites, en ocasiones la situación se puede escapar de nuestras manos generando desconexión e incertidumbre en la pareja.
En consecuencia, lo que el “dilema del erizo” muestra es la importancia de encontrar dentro de la pareja la distancia ideal marcando, reconociendo y respetando los límites del otro.