Javier Milei y Luis Caputo viven su revancha: el rescate de Donald Trump y la calma cambiaria
Con el auxilio financiero de Estados Unidos y la liquidación del agro, Milei y Caputo logran calmar los mercados y despejar momentáneamente el riesgo de default.

El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo.
PresidenciaJavier Milei y Luis Caputo viven tiempos de revancha. La estrategia armada casi en conjunto con responsabilidades compartidas, en colaboración con el canciller Gerardo Werthein y el embajador argentino ante los Estados Unidos, Alex Oxenford, parece dar resultado. Y ya es muy probable que La Libertad Avanza (LLA) vaya a las elecciones del 26 de octubre con los mercados cambiarios y financieros en cierta calma.
El "rescate" (porque esto fue lo que decidió Estados Unidos) que Donald Trump habilitó para el Gobierno nacional evitó que el país entre en default en enero o julio del 2026, meses en los que deben pagarse en conjunto unos US$8.500 millones por los vencimientos de los cupones de los bonares o globales emitidos en octubre de 2020. En consecuencia, el riesgo país navega ahora con cierta firmeza en perforar los 1.000 puntos básicos y, eventualmente, acercarse a los 800 puntos en los que cotizaba hace cuatro semanas. Por otro lado, la reducción de las retenciones a cero provocó que el dólar perfore la barrera psicológica de los 1.400 pesos en el valor del oficial Banco Nación, y navegue hacia los 1.350 pesos. El precio que según el Gobierno debería tener la divisa.
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Como dijo un viejo operador del mercado de capitales, con ambas estrategias cruzadas, el Gobierno "no sacó un conejo de la galera, sacó un capibara (carpincho para las Pampas, en idioma del sistema financiero)".
Es el tiempo, entonces, de conocer con precisión lo que se viene hacia delante. Concretamente, la manera en que el Gobierno de Javier Milei piensa saldar el escollo legal del préstamo, o dicho de otra manera, como evitar al Congreso Nacional para instrumentar la ayuda. En el caso de la llegada de dólares, cuánto tardará en recaudar el Banco Central unos U$S7.000 millones, y si comenzará a avanzar en la recuperación de las reservas del la entidad que maneja Santiago Bausilli.
En el caso del rescate de los Estados Unidos, el dinero saldrá de un fondo específico para ayudas de países en crisis que el presidente de Estados Unidos llamado Exchange Stabilization Fund, que cuenta con un monto aproximado de dinero por unos US$S25.500 millones. Donald Trump puede echar mano a estos dólares sin pedirle explicaciones a su Congreso, instrumentando el tipo de ayuda financiera que considere adecuada. Surge aquí el movimiento que Luis "Toto" Caputo y su equipo (incluyendo en este caso a Wertherin y Oxenford), de habilitar un mecanismo de "swap" o intercambio de monedas, el que, según la visión local, no necesitaría de la calificación de nueva deuda, ya que podría figurar como intercambio de monedas.
En este caso, Estados Unidos pondría dólares a cambio de bonos locales en pesos o moneda local. Otra manera de instrumentarlo sería una recompra de bonos ya emitidos en dólares en poder del Estado argentino (vía Anses o bancos públicos), por los que el ministerio de Economía recibiría los dólares en efectivo. Esas divisas serían de libre disponibilidad, pero estarían destinadas para el cumplimiento de los pagos de la deuda de enero y julio 2026. Como no hay nuevo endeudamiento, sino compra de bonos (que ya pagan intereses), no habría necesidad de pasar por el Congreso. Al menos esto es lo que piensan desde las asesorías legales de la Argentina.
Este mecanismo implicaría un piso concreto de la ayuda: los 8.500 millones que el país debe pagar para cumplir con los vencimientos de la deuda soberana privada reestructurada en 2020. Se especula que podría haber más dinero, pero para garantizar el pago de la deuda del 2027, por montos similares.
Si bien se trata de una ayuda algo más escueta que las especulaciones originales de hasta 30.000 millones de dólares, lo concreto es que el un monto adecuado para despejar las principales dudas del mercado financiero para el 2026. Quedaría aún por pagar en el próximo ejercicio unos 12.000 millones de dólares, divididos en bonos en poder del sector público, otros bonos como los Bopreales (por unos US$S4.000 millones) y organismos internacionales, todos compromisos que pueden ser renegociados o, incluso, hasta rescatados si el BCRA logra acumular reservas en el período de alta liquidación sojera, que va de marzo a junio. Todos esperan (incluyendo al FMI) que el tándem Milei-Caputo no vuelvan a incurrir en el error de este año, de no comprar dólares a la espera de una caída de la divisa al piso de la banda. Si es que para después del 26 de octubre este esquema de pisos y techos diseñado con el Fondo Monetario sigue existiendo.
Se supone que antes del viernes, las características y condicionamientos de esta ayuda desde los Estados Unidos se terminará de diseñar... y publicar.
Mientras tanto, hay mas certezas sobre el otro capítulo de la estrategia de contraofensiva de Milei-Caputo: la liquidación sojera, cerealera, aceitera. Ya es un rumor firme en los mercados, que todo se negoció el fin de semana pasado, entre embajadores diplomáticos de Economía y representantes de cuatro de las principales cerealeras del mercado mundial: Cargill, Dreyfuss, Bunge y Cofco. Entre las cuatro se comprometieron a liquidar los US$S7.000 millones de manera escalonada, lo que está ocurriendo desde el lunes y tiene sus efectos en el valor de la divisa, que perforó el martes los 1.400 pesos en la versión Banco Nación.
La estrategia de liquidación es ir colocando los dólares de manera gradual pero sistémica, con un ritmo que no destruya la demanda ante un exceso de oferta. En el caso de una de las cuatro liquidadoras, esa estrategia pactada con el Gobierno es la venta de dólares en lotes de a 50 millones, colocados de manera compacta al comprador que aparezca. El compromiso pactado con los cuatro oferentes de dólares, es a la liquidación de los 7.000 millones de dólares o el 31 de octubre. Lo que ocurra primero. Lo importante del dato es si la llegada de las divisas se cruzará con la fecha de renovación de deuda en letras. Hay dos actos programados para este evento antes de las elecciones del 26-10: el 30 de septiembre y el 11 de octubre. Habrá que ver la actitud de los inversores que deben decidir si siguen en esos instrumentos, o se van buscando dólares, tal la recomendación del JP Morgan. Y si esos dólares provienen de la oferta sojera. Y a qué precio.
Mientras tanto, el martes corría un rumor como pólvora: aparentemente, y de manera casi silenciosa, se especula que desde este miércoles aparezca en el mercado un actor importante en la operatoria de la divisa. Se cree que a estos precios por debajo de 1.400 pesos, podrían comenzar las compras del Banco Central o del Tesoro vía Banco Central.
Si esto ocurre, reflexionan cerca del Palacio de Hacienda, Luis Caputo habrá hecho un muy buen negocio: habrá vendido dólares casi a 1.500 pesos (por ejemplo los 678 millones del viernes pasado) y los habrá recomprado a más de 100 pesos más baratos.
En el medio, además, la movida de aumento de la oferta de divisas vía sojeros y cerealeros, con la consecuencia caída del precio del dólar, les hizo perder a los armadores del "rulo" entre el oficial, el MEP, y el dólar blue, casi un 7% contante y sonante. Y, como se sabe, nada enfurece más a las manos fuertes del mercado, que perder dinero medido en millones de dólares. Una lección desde Economía, donde abundan los traders, en este caso, jugando para el equipo contrario.