De hacer los vinos más premiados de Argentina a crear el marketplace más usado en el enoturismo
Sofía Ruíz es la creadora de Wineobs, una plataforma usada por más de 100 bodegas del país para gestionar sus reservas de enoturismo.
Sofía Ruíz es la creadora de WineObs, una de las plataformas de enoturismo más importantes de Argentina.
Rodrigo D'Angelo / MDZHace diez años o más, la vida de Sofía Ruíz estaba entre barricas, tanques y cortes de vino en algunas de las bodegas más reconocidas de Argentina. Si bien hoy esa realidad no cambió mucho, porque sigue recorriendo algunos de esos espacios y la vitivinicultura sigue presente, su perfil de enóloga cedió algo de espacio a la de empresaria tech y del enoturismo que creó un sistema que hoy procesa las reservas de más de 100 empresas vitivinícolas del país.
Se trata de wineobs.com, una plataforma que ella define como un marketplace donde cualquier persona puede gestionar su reserva en las bodegas que canalizan sus experiencia allí, sin costos adicionales y con la posibilidad de entender el destino y las distancias que hay entre cada una de las opciones. Eso contó en una entrevista con MDZ Online, donde también habló de otros temas como el duro momento que vive el enoturismo o cómo llegó a crear el producto que proyecta llevar a otras regiones vitivinícolas como Chile o Uruguay.
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-¿Cómo definís a Wineobs?
-Es un marketplace, es decir, una plataforma, especializada en enoturismo, donde lo que buscamos es facilitarle la vida a esa persona, ya sea turista o local, para que encuentre todas las propuestas que hay para hacer en Mendoza en términos de enoturismo. Que cuando quieran una bodega pueden encontrar qué bodegas hay, dónde quedan, a qué hora abren, cuánto sale la experiencia… toda esa información la encontrás online actualizada en wineobs.com. También podés reservar sin costo extra, es decir, al mismo precio que si llamás a cualquiera de las más de 100 bodegas que participan hoy de la página.
-Si bien estás relacionada al mundo del vino porque sos enóloga, no venís del turismo ni del mundo fintech, ¿cómo nació la idea?
-Aunque trabajé en bodega, nunca fue en la parte de turismo, siempre fue como enóloga. Yo hablaba, todavía hablo -risas-, inglés y francés, entonces muchas veces me tocaba atender las visitas técnicas, presentar vinos y demás, y siempre les preguntaba qué más iban a hacer en Argentina. Y muchas veces contaban el itinerario y me daba cuenta de que era imposible, porque quizás Valle de Uco estaba a una hora y media de donde estaban en ese momento o querían combinar en un día un extremo del Valle de Uco y con Maipú. Entonces ahí me di cuenta de que había realmente una necesidad muy grande de las personas que querían venir a Mendoza y entender el destino.
Empecé a anotar todos estos temas y quise hacer esta página. Ese fue el puntapié inicial, una página donde la gente encuentre toda la oferta ordenada. Así nació este marketplace. ¿Qué pasó? fue mutando a lo largo del tiempo, como todo. Esa era la idea inicial, pero cuando empezamos a desarrollarlo y a trabajarlo con las bodegas, nos dimos cuenta que puertas para adentro tenían un montón de problemas operativos que hacían que no les resultara tan fácil ni comunicarlo online. Nosotros queríamos vender por la web y las bodegas no tenían un sistema interno, trabajaban con un cuaderno. Entonces entre la venta online y eso había 100 abismos de diferencia.
-¿De cuánto tiempo atrás estamos hablando?
-No hace tanto tiempo, hace diez años. De hecho, hay bodegas que hasta el día de hoy nos han llamado y siguen con el cuadernito. Si les funciona bien por ellos, pero no es por lo general la manera en la que el turista te encuentra. Entonces empezamos con lo que habíamos pensado, pero le sumamos un sistema de gestión que le permitiera a la bodega tener todo de manera digital. Armamos un software que al principio era muy básico, pero que tuvo mucha aceptación por parte de las bodegas y de hecho nos empezaron a pedir más desarrollo en eso que en la parte del marketplace.
Ahí medio que le pusimos una pausa y empezamos a desarrollar mucho el software con las bodegas casi personalizado. Y empezó a crecer un montón el software y empezó a tener prioridad. Un par de años después, cuando tuvimos eso más aceitado, decidimos ponerle toda la furia al marketplace.
Relanzamos la página, porque la primera, por suerte nadie se acuerda -risas-. Siempre se dice en el mundo emprendedor que si tu producto no te da un poco de vergüenza, lanzaste tarde. Nosotros lanzamos a tiempo porque nos da un poco de vergüenza. Empezó a funcionar muy bien y vino la pandemia. Así que ahí hubo un nuevo parate para pensar. Ahora estamos próximos a lanzar todo nuevamente.
-¿Cuántas visitas procesan por día?
-Cambia mucho según la temporada. Ahora estamos en una época baja, pero en una época eran 2000 reservas por día.
-¿Cuántas bodegas trabajan con ustedes?
-Hoy tenemos más de 100 clientes en Argentina. Pero también hemos llevado el producto a otras regiones. Ahora estamos esperando el relanzamiento para volver a salir a mercados nuevos. La idea es salir a Chile y Uruguay como próximos destinos.
-¿En qué momento la enóloga tuvo que dejarle lugar a la empresaria tech/turística?
-En realidad a la enóloga no la quiero soltar porque me encanta, siempre me encantó la enología. Realmente es una carrera y un trabajo que disfruté un montón. Tengo mi marca de vinos y es una producción muy chiquita. Tuve un tema con la marca cuando la estaba por lanzar, porque una multinacional se oponía, por lo que quedó medio en segundo plano, pero logré ganarlo, registré la marca y pronto la vamos a lanzar.
Y cuando trabajaba en la bodega, me pasó que tengo dos hijas chiquitas, ya no tan chiquita de seis y ocho años, pero que en esa época eran bebés y me pasaba que ir hasta la bodega, estar un montón de horas y todo eso era muy estresante y demandante. En paralelo tenía el proyecto de Wineobs, entonces decidí tomarme una pausa para dedicarme a eso y a mi vino.
Pero me pasó que Wineobs lo tenía y lo trabajaba fuera de hora, pero en esa época me terminó demandando muchísima más tiempo del que yo pensaba, entonces también quedó un poco relegada la parte del vino, pero el vino está, tiene que salir, hay que pegarle la etiqueta.
-¿En qué bodegas trabajaste?
-Trabajé en Trapiche, Catena Zapata, Nieto Senetiner y Finca Flichman en Argentina. Después trabajé en la bodega de la familia de Monteviejo en Francia, en Estados Unidos en Gallo, que es la bodega más grande del mundo. También trabajé en Sudáfrica.
-Volviendo un poco a Wineobs, hace poco lanzaron el observatorio…
-Me da un poco de risa esto porque yo soy enóloga y trabajo en el mundo del turismo que son como dos mundos que se súper tocan, pero que son bastante antagónicos. En la enología, al menos en los años en los que trabajé, había un montón de cosas super matemáticas, por más de que después tenés toda la parte artística del corte. Y después tenés el mundo del turismo que es súper laxo, y lo digo como algo positivo.
Me pasó que para analizar incluso mi propio proyecto necesitaba números para ordenarme y saber qué hacer. Cuando empecé yo me los inventé con lo poco que conseguí y arranqué. ¿Qué pasó? Ese problema que tuve cuando empecé se sostuvo en el tiempo y es un problema que también tienen las bodegas. No sabían si los números que tenían estaban bien o mal o si representan la media del mercado.
Como nosotros tenemos este rol intermedio, donde las bodegas centralizan su gestión en nuestro sistema y tenemos la capacidad de ver la realidad de muchas bodegas, hay varias que nos consultan para saber qué está pasando en el mercado. Entonces la necesidad era muy clara. A mi me gustan los números, me dan seguridad, entonces decidimos tomar cartas en el asunto, sobre todo sabiendo que tenemos toda esta información que es muy rica y que el mercado la necesita, más allá de que si la bodega es cliente o no de Wineobs.
Mendoza es un destino enoturístico y eso depende de los clientes y no clientes que tenemos para que siga siendo un destino bien posicionado.
Lo que hicimos fue procesar toda esta información de manera siempre agregada, respetando el secreto estadístico y la privacidad de las bodegas, pero generando informes de mercado que les permitiera a las bodegas e intermediarios, porque el enoturismo tiene un montón de actores. Procesamos estos reportes que son los que estamos publicando y es de libre distribución y después tenemos diferentes capas de reportes donde vos puedes ver hasta dispersión de precios, el peso que tiene cada destino en el total de la gente que viene dentro de nuestra muestra y un montón de información súper rica para tomar decisiones estratégicas y potenciar el enoturismo, que es el objetivo de nuestra empresa.
-¿Cuál es la región más elegida en Mendoza?
-No traje la compu, pero me acuerdo que con el 52% o 53% la más elegida es Luján de Cuyo, dentro de la muestra que nosotros tenemos. Después están Maipú, Valle de Uco y otras regiones.
-¿Qué es lo que prioriza el usuario de Wineobs al momento de reservar?
-En realidad, de todo. Justamente el que busca online puede ser alguien que busca alta gama o no, va por algo más accesible. Eso es lo bueno del marketing digital, el espectro que tenés es súper amplio. Nosotros hacemos comunicaciones para los distintos segmentos y funcionan. Tenés gente que busca alta gama y funciona y tenés gente que busca propuestas más accesibles y también las encuentra. Eso es un poco lo rico que tiene la plataforma, donde nosotros no nos centramos en un solo segmento, tenemos propuestas de todo tipo y todas tienen su público.
-No se si lo podés decir, pero, ¿cuál es la bodega más elegida?
-No me he fijado en las últimas, pero Monteviejo es muy elegido, Velasco de Baquedano, Norton, es muy elegido. Bodegas López es otra.
-¿Cómo viene este 2025 en las proyecciones?
-No son las más alentadoras, es lo que se viene viendo en todo lados. De hecho, si comparás los interanuales, ya el año pasado no había sido mejor que el 2023. Sin embargo, de acuerdo a nuestros números, febrero tuvo una baja de 43% en la cantidad de personas y se trata de un buen mes. No tenemos números definidos o no los queremos definir porque todavía somos optimistas.
También un poco hay que entender que el público que está viniendo es distinto, está buscando otras cosas y está buscando de otra manera. Creo que si el destino logra hablarle a ese público de una manera correcta, puede funcionar.