Finanzas públicas: ¿y por casa cómo andamos?
Los tesoros provinciales sufrieron en la primera parte del año una abrupta caída de los ingresos ante el combo del ajuste fiscal y el impacto de la recesión. En Mendoza, donde los fondos nacionales representan más de la mitad de los recursos provinciales, los ingresos reales cayeron casi 25% interanual solo en el primer trimestre. A pesar de la mejora registrada en mayo, vinculada a una mayor recaudación de Ganancias, hay temores de que haya sido algo transitorio.
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Ocurre que también la recaudación de impuestos provinciales ha caído en términos reales, aunque en menor medida, donde la mayor baja fue en el impuesto de Sellos, asociado a contratos (operaciones inmobiliarias, de créditos y de ventas de automotores). El único recurso que se ha incrementado más que la inflación han sido las regalías, debido a la devaluación de fin de 2023. Sin embargo, cada vez tienen menor participación en los recursos totales del gobierno mendocino, según datos de la Fundación Mediterránea.
“Toda esta situación se está dando en el primer año del nuevo gobierno provincial. Es una costumbre que, en esa etapa no electoral, el gobierno tienda a sanear sus finanzas. Ahora, con menores ingresos y escasez de financiamiento, ese saneamiento implica una mayor contención en gastos. Habiendo una inflación alta (aunque decreciente), esa contención ha consistido en una licuación de gastos”, explica la fundación.
Cita como ejemplo, los salarios públicos que se han incrementado por debajo de la inflación, lo que se viene observando en varias provincias, con la excepción de Neuquén, la cual se ha visto favorecida con las mayores regalías, asociadas a Vaca Muerta.
Pensando en el futuro, es posible que los ingresos públicos provinciales puedan ir mejorando gradualmente, por un lado, gracias a una recuperación (lenta) de la actividad económica y, por otro lado, la aprobación de la Ley Bases generaría mayores ingresos vía Ganancias.
Los números de Mendoza
Dicho esto, vale la pena analizar la evolución de las finanzas públicas en Mendoza, según el último informe regional de la Fundación Mediterránea.
Se observa por el lado de los ingresos, que los fondos nacionales sin estacionalidad, y netos de inflación, cayeron un 38% entre noviembre de 2023 y marzo de 2024. En abril y en mayo tuvieron un crecimiento extraordinario, gracias a una mayor recaudación en Ganancias. Mientras que la recaudación de impuestos provinciales cayó 26% entre noviembre del año pasado y marzo de este año, mejorando levemente en los dos meses siguientes. Acumulados doce meses, esos menores ingresos se tradujeron en una reducción del superávit primario.
Por el lado de los gastos, la mayoría, netos de inflación, disminuyeron en los primeros cinco meses del año, destacándose el del Personal, con una caída del 23% interanual, similar a la disminución del poder de compra de salarios públicos a nivel nacional. Además, siendo un año no electoral, también ha disminuido significativamente los montos en obra pública.
Un interrogante es si está ocurriendo lo mismo en otras provincias: Sí, afirma la fundación, en los fondos coparticipados, mientras que en transferencias discrecionales, que se han reducido a un mínimo, ha afectado menos a Mendoza, porque es de las provincias que menos venían recibiéndolas. Más perjudicadas deben estar las que eran más dependientes de esos fondos (por ejemplo, las del Norte argentino).
En cuanto a la recaudación de impuestos provinciales, también bajó en la mayoría de las provincias con excepción de Neuquén. El balance general muestra una menor caída en provincias petroleras y una mayor en algunas del Norte. “Dados los menores recursos y con escasez de financiamiento, se ha generado un ajuste en el gasto público licuándolos vía inflación. En varias provincias, el monto destinado al pago de salarios de empleados públicos ha aumentado menos que la inflación (no así en Neuquén, con mayores recursos gracias a Vaca Muerta)”, señala la fundación.
Proyecciones
¿Qué se espera para los próximos meses? Hasta ahora los gobiernos provinciales se han visto obligados a ser más cuidadosos con sus gastos, inicialmente recurriendo a la licuación (gastos que se rezagan con respecto a la inflación). De ahora en más, es clave lo que acontezca con la economía en general.
“La impresión es que la economía ha dejado de caer, pero la duda está en su recuperación, que parece ser mucho más lenta de lo esperado. Siendo así, lo mismo ocurriría con los recursos del sector público. En un contexto de bajo financiamiento, existe el temor de que eleven las alícuotas impositivas, jugando en contra de la recuperación económica. Además, como ha mostrado la historia reciente del impuesto a los Ingresos Brutos, es fácil aumentarlas, pero muy complicado disminuirlas luego a su valor inicial”, consideran los economistas mediterráneos.
La entidad opina que es un buen momento para revisar los excesos de gastos en diversas áreas del sector público, y reducir aquellos servicios estatales que pueden ser prestados por el sector privado. “Claramente, no son tiempos de bonanza para el Estado y, por ende, la gestión en este sector juega un rol más importante”. Mientras rija el “no hay plata”, no hay margen.

